Hace ya unos días que dos altos ejecutivos de RENFE mostraron su opinión contraria a la revitalización de la línea de Tren Convencional por Cuenca. Sin embargo el nuevo Alcalde, aún con su imagen flamante cada vez que aparece en las fotos de algún acto protocolario, no ha tenido tiempo, o no ha querido contestar a unas declaraciones tan peligrosas, como poco fundamentadas.
Hace más de una semana, dos altos jefes de la Empresa Pública Estatal encargada de gestionar los servicios ferroviarios de nuestro país, utilizaban la verdad de Perogrullo para intentar argumentar lo que está claro que es la intención del Gobierno de España, que no es otra que continuar inhibiéndose de la obligación de conectar debidamente el primer y tercer mercado del Estado por el camino más lógico, que evidentemente es el que lo marca la línea recta, con la única finalidad de favorecer perversamente otros intereses ajenos al concepto de igualdad territorial. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no tiene ningún interés en esta cuestión, por revertir el sentido de todos los que le han precedido, si exceptuamos el que marcó el de Aznar en la decisión final sobre el trazado del AVE, en su segunda legislatura, una vez que se había desprendido de las ataduras nacionalistas; y, no lo olvidemos, porque es algo que los conquenses deberemos llevar siempre en nuestras conciencias, motivado por una estrategia dirigida desde Cuenca, que lo situó en esa otra dirección.
Parece más concentrado el Sr. Alcalde de Cuenca en que le salgan bien las ferias y fiestas de S. Julián, a las que no queremos desde aquí restarles valor; o en cómo ir lavando la imagen de la vergüenza que supone explicar a los conquenses la situación de deuda en la que se ha encontrado al Ayuntamiento -es algo que desde Independientes siempre lo hemos explicado-, mientras aprueba en el primer Pleno ejecutivo de su primera legislatura como Alcalde y político, una subida disparatada de sueldos que, evidentemente, la mayoría de los conquenses no podemos entender -no ha esperado siquiera ni a darnos la oportunidad de que haya habido una cosa; una sola cosa ya hecha, que alimente nuestra comprensión-.
Sin embargo, ahora que le surge la primera cuestión realmente importante a la que tiene obligación de responder con prontitud, parece que, o no sabe, o no cree que sea lo suficientemente interesante para situarla arriba en su jerarquía de preocupaciones.
Algo así nos imaginábamos cuando, en una entrevista que se publicó ya siendo Alcalde en "Global Castilla la Mancha", dijo que dentro de su catálogo de pretensiones en materia de infraestructuras, aspira para esta legislatura al cierre de la Autovía de Tarancón, y a que se inicie la de Albacete. Y es que este Alcalde empieza a hacernos pensar, de seguir por donde ha comenzado, que como sus predecesores tiene una de las mayores carencias que existen para practicar la política con éxito, y sobre todo para beneficio de los administrados; y ese problema, no es otro que proyectar su propia incapacidad en quien se tiene la obligación de defender -ciudadanos y territorio-.
Ya se le dijo que "mal empezamos señor Pulido, mal empezamos", con referencia a algunos puestos clave que ha situado en el Pleno, como el de un Concejal de Urbanismo que tiene intereses propios en el sector, lo que va a generar dudas razonables e incertidumbre de cara a la imparcialidad con la que se debe a llevar a cabo “la política del suelo” en el municipio; y también en cuanto a la laxitud que intenta aplicarnos, para que en unos días suavice -si no cambie- lo que aparentaba formar parte fundamental de su programa: así, las auditorías a algunas empresas municipales autónomas muy cuestionadas, las transforma ahora en simples revisiones de su funcionamiento; o la prometida sustitución de un POM especulador, que no cumple ni de largo con los principios de igualdad, de respeto por el paisaje y el patrimonio, de reserva del suelo necesario y de calidad que garantice todos los servicios que necesita una sociedad moderna en crecimiento, y que favorezca la implantación de industrias y en general de empleo; sustitución que convierte después en una raquítica "revisión parcial".
Mal empezó, rebajando dos días después las pretensiones que había planteado a los ciudadanos antes de la jornada electoral; peor, subiéndose los sueldos de forma injustificada en el primer Pleno corporativo, mientras anunciaba la necesaria austeridad presupuestaria que marcará su política en esta legislatura, debido a la situación heredada de enorme precariedad económica de nuestro Ayuntamiento. Pero aún se seguirá agravando, si su mansedumbre deja que "los lobos de siempre" campen a sus anchas, sin tan siquiera soltar una voz para intentar auyentarlos.
Y ahora con el tema del Ferrocarril, a reflexionar.
JL Collada
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