Asegura que la fecha de caducidad para el trasvase “no está puesta por capricho”
El vicepresidente primero de Castilla-La Mancha se muestra satisfecho por la opinión favorable del MIMAM sobre la Ley Ambiental de Castilla-La Mancha y renueva la llamada a la unidad en torno a las negociaciones de la OCM del vino.
El vicepresidente primero de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata, ha reiterado hoy en Ciudad Real que el fin de los trasvases desde la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura es “cuestión de tiempo” y ha asegurado que “2015 no es una fecha de caducidad puesta por capricho, ya que es en ese año cuando se prevé que nuestra región necesitará toda esa agua, y entonces ya no se podrá trasvasar”.
Lamata ha insistido en que el Gobierno de José María Barreda no va contra nadie y que lo único que pretende es crear las condiciones necesarias para asegurar el desarrollo socioeconómico de la región, un crecimiento que depende de que “el agua que necesita Castilla-La Mancha se quede en Castilla-La Mancha”, afirmó.
El vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo autonómico ha apuntado que en los últimos años nuestra población se ha incrementado en medio millón de personas con el consiguiente aumento del consumo de agua, un crecimiento que va a seguir en el futuro.
Según Fernando Lamata, la normativa que regula el trasvase Tajo-Segura estipula que la cuenca cedente tendrá prioridad sobre la receptora y que no podrá haber transferencia de agua cuando la cuenca cedente la necesite. Por tanto, “como cada vez necesitaremos más agua, está claro que cada vez podremos derivar menos”, concluyó.
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