Lo de las comisiones políticas de investigación, ofrece poca credibilidad, ya que los partidos gobernantes siempre hacen prevalecer sus mayorías

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LA OPINIÓN.- Como mínimo, lo que está pasando en el Ayuntamiento de Cuenca se puede calificar de vergonzoso; si es que ya no somos capaces de sentirnos escandalizados en esto de la política. El que un concejal tenga que acudir a los juzgados para defenderse de una serie de amenazas, que según apuntan todos los indicios, se han vertido desde un ordenador ubicado en el despacho del marido de una concejal de su mismo grupo, y que el amenazado se vea además desde un primer momento desamparado por sus aún compañeros de bancada en el Salón de Plenos, y que ni siquiera el Alcalde haya manifestado el menor gesto de apoyo hacia la presunta víctima, ni de reprobación hacia conductas ilegales y mafiosas, por más que se respete el derecho de la presunción de inocencia, pero al menos eso, hacia este tipo de acciones aunque no se señale a culpable alguno en tanto no se pronuncie un juez; ni tan siquiera de indignación por lo que haya podido suceder, es cuanto menos sospechoso de que lo que se estaba cocinando entre los populares podría no ser con trigo limpio.

Lo de las comisiones políticas de investigación, a estas alturas de nuestra democracia, ofrece poca credibilidad ya que los partidos gobernantes siempre hacen prevalecer sus mayorías para dirigirlas hacia sus intereses partidistas, sin importarles lo más mínimo lo que debe ser el objetivo, que no debiera ser otro que esclarecer la verdad y que se puedan depurar las responsabilidades políticas. Si no la del “Once M”, la del “Espionaje por los cargos del Pp de Madrid”, o tantas otras que nunca han llevado a nada. Una comisión de investigación no debería estar formada por quien es parte, y encima tener la mayoría para citar y aprobar conclusiones, porque está claro que la parte no puede ser imparcial jamás. En esta clase de comisiones debería haber participación directa y soberana del pueblo, algo parecido a los jurados; eso sí, también como sucede en los juicios, de forma auspiciada por algún experto.

Las declaraciones del portavoz del Grupo Popular, Miguel Ángel Monserrat, en las que expresa que se iba a pedir, en exclusiva, la documentación a quien se sabe que no la va a proporcionar, que es el juzgado que sigue la causa; y el que ya empiecen con los recortes, las trabas, los inconvenientes, nos hacen temer que los concejales del Pp tienen su parte ya bien definida, con el Alcalde a la cabeza, y que más que ir en busca de la verdad, van a utilizar esta comisión para intentar ponerle losas y a ser posible para que prevalezca la mentira, aunque mucho nos tememos que en este caso concreto lo tienen bastante más que complicado. Quien quiere encontrar la verdad, no pone zancadillas en el camino, y a quien la defiende, no le importa llevarla donde sea. Hoy Ortiz ha declarado que quiere comparecer cuanto antes en la Comisión, mientras que los de su lado de bancada, los otros concejales del Pp no quieren que haya comparecientes; lo que deja claro quién se muestra transparente en este asunto, y quien no.

Hace unos días decíamos que flaco favor le está haciendo el Pp de Cuenca y de Castilla la Mancha a Pulido, con separar en lugar de procurar unir, con enfrentar en lugar de mediar desde el principio; y haber hecho, de forma clara, que sea irreversible lo de la expulsión del Concejal Miguel Ortiz, es la forma más fácil de convertir a Pulido en el único alcalde de la historia de la democracia de Cuenca, que ha sido apeado de su cargo en contra de su voluntad, a pesar de empezar la Legislatura con mayoría absoluta.

Nos da la impresión de que al Pp que preside Mª Ángeles García a nivel provincial, le interesa más quitarse de encima a Pulido, sacrificar para ello si es necesario la legislatura, que Cuenca y su Ayuntamiento.