El Tiempo en Cuenca

miércoles, 25 de febrero de 2009

Era de esperar que la gestión de Cenzano al frente del Ayuntamiento de Cuenca, acabara en manos de la Fiscalía y del Servicio Jurídico del Estado

De izda. a dcha. Martínez Cenzano, Alejandro Gil -fue consejero de Vivienda-, y Aurelio González



LA OPINIÓN.- Era de esperar que el propio Tribunal de Cuentas, de oficio, haya puesto en conocimiento del Ministerio Fiscal y del servicio jurídico del Estado las posibles irregularidades detectadas en el Ayuntamiento de Cuenca en los años 2004 y 2005; eso es lo normal ante la gravedad de lo las conclusiones de su informe, si realmente funcionan las instituciones del Estado encargadas de velar por la legalidad en un Estado Democrático y de Derecho Constitucional.

Ahora, es de suponer que se inicie una investigación exhaustiva para delimitar, en primer lugar, si han existido delitos, y en segundo lugar, para que se puedan llegar a depurar las responsabilidades en caso de haberse producido.

Es momento de plantarse si una persona cuya gestión al frente de una institución importante de Castilla la Mancha, como es el Ayuntamiento de Cuenca, está más que puesta en entredicho, debe seguir al frente de la Oficina del Defensor del Pueblo de esta Comunidad Autónoma.

Desde Independientes por Cuenca, han sido múltiples las ruedas de prensa que se han dado avisando de la situación financiera del Ayuntamiento en la etapa en la que fue administrado por José Manuel Martínez Cenzano; es más, manifestamos muchas veces que se estaban llevando a cabo operaciones de tesorería más que cuestionables, como, por ejemplo, el dinero que se recibe de la constructora e inmobiliaria DAVECON, 3 millones de euros para pagar una parte de los costes del Bosque de Acero de Moneo, y los 4 millones 200 mil euros más que le presta la misma empresa como consecuencia de un convenio para recalificar un espacio que figura en el actual Plan General de Urbanismo, como zona verde y dotacional, además de afectar a unos terrenos que se encuentran en la rivera del río Júcar, y que ofrecen dudas sobre su inundabilidad.

Lo anterior es solamente un ejemplo de los malabares financieros que realizaba Cenzano, tambaleándose por un cable que lo hacía balancearse entre los márgenes de la legalidad.

En el ejemplar nº 2 de La Gaceta Independiente de Cuenca, editado en febrero de 2004, decíamos que era ya entonces inaceptable que el Ayuntamiento llevara cinco años, al final fueron ocho, sin aprobar unos presupuestos, y por tanto incumpliendo la Ley; y que no es sostenible el déficit anual y el endeudamiento a largo plazo. Por eso pedimos un pacto unitario para librarlo de la grave crisis financiera, que nos fue rechazado.

Para ello proponíamos un programa de actuaciones, entre las que se encontraban: hacer un estudio para conocer las necesidades reales; revisar todos y cada uno de los servicios municipales, para saber su grado de utilidad y su nivel de funcionamiento, evitando en el futuro el desorden actual y la dejadez; dar fin al despilfarro de los fondos municipales con un programa de actuaciones y de seguimiento de las obras y servicios, que impidiese duplicar los gastos en obras mal planificadas, entre otras medidas.

Decíamos, y es algo que sigue ocurriendo con la corporación actual de Partido Popular, que es incomprensible que un Ayuntamiento casi arruinado mantenga en una situación de privilegio a una serie de señores; como a unos políticos privilegiados –Equipo de Gobierno, concejales liberados, y múltiples cargos nombrados a dedo con sueldos todos desproporcionadamente elevados-; algunos funcionarios favorecidos por su aquiescencia y cercanía al Partido gobernante, que doblan y a veces casi triplican sus sueldos mediante pagas extraordinarias que se les otorga por decreto, a sabiendas de que de esta forma se vicia el sistema, que impide la oferta de empleo público adecuada y multiplica de manera improductiva los gastos; las concesiones y adjudicaciones de obras y servicios a determinados empresarios también privilegiados, con ejecución de ello sin respetarse los proyectos, sin supervisión municipal, lo que motiva replanteamientos al alza del dinero presupuestado.

En definitiva, con el incumplimiento de la Ley al no elaborar Presupuestos, está claro que Martínez Cenzano y su Equipo de Gobierno Municipal, ocultaban lo que es un cúmulo de desatinos e irregularidades que hacían presagiar lo que evidencia ahora el informe del Tribunal de Cuentas; y que han supuesto una gran pérdida de ingresos y un disparatado incremento en los gastos.

Estaba en boca de casi todo el mundo, los altísimos niveles de morosidad a los que llevó el Sr. Martínez Cenzano al Ayuntamiento en su primera legislatura; y lo peor, la forma de abandonar a los conquenses en los duros momentos en que se perdió la Autovía Madrid Valencia. En las dos últimas, el despotismo en su forma de gobernar, y la manera solapada de disfrazar el déficit a base de convenios urbanísticos más que cuestionables con algunos constructores.

En urbanismo, en la etapa de Cenzano no había control ni en los convenios, muchos de los cuales ahora los asume Pulido, seguramente mal asesorado por el concejal de Urbanismo, Pedro Vallejo, por cuestiones ya comentadas, ni en las recalificaciones y modificaciones del Plan General, no había actividad inspectora, es decir, todo estaba permitido para beneficio exclusivo de algunos. No pedían los informes correspondientes a la Comisión Regional de Urbanismo.

En sus doce años de mandato, permitió la desaparición de patrimonio importantísimo, que formaba parte del paisaje arquitectónico de la ciudad de Cuenca, para beneficio de algunos constructores; y el último ejemplo es la calle Calderón de la Barca, donde edificios representativos del siglo XIX, han dejado de existir y están siendo sustituidos por otros de mucha más altura, y con un aspecto horrendo, mucho más feos que los que se hacen hoy en día en los pueblos costeros. También acabó con la imagen y la paisajística de la Plaza Mayor, la Plaza del Carmen, la bajada de “Las Angustias”; y perforó la muralla antigua, destruyendo varios paños de la misma, para hacer un aparcamiento que ni siquiera atenúa los problemas de tráfico en la Parte Alta; y dejando como testigo del desaguisado, ese boquete que hiere de forma permanente la calle Alfonso VIII en la plaza de Los Oblatos.

Después de dos legislaturas de pactos, y chanchullos, permitiendo que ciertos empresarios se favorezcan por su condición de funcionarios en el Ayuntamiento. La promiscuidad para trasformar terrenos verdes y dotacionales, en terrenos edificables. La jugada con DAVECON, en las Huertas de la Alameda y el Club Serranía, para conseguir dinero que solape su mala gestión, e incluirlo en los presupuestos del Ayuntamiento. Los pactos con el Sr. Cordente para sacar la Estación del AVE fuera de la ciudad; utilizando un informe que le es favorable para ello, pero que contiene contradicciones con los datos oficiales, y que además está elaborado por un empresario interesado en vender pisos cerca de “La Estrella”; y escondiendo otro que dictaminaba la viabilidad de ubicar La Estación en el Centro. ¿Después de todo eso, puede ser Defensor del Pueblo?

Con las sentencias que se están dictando estos meses por parte del Tribunal de los Contencioso Administrativo de Cuenca, y del Tribunal Superior de Justicia de Castilla la Mancha, anulando varias convocatorias de oposiciones para personal fijo del Ayuntamiento; que afectan a 61 trabajadores que se ven con unos nombramientos invalidados, y por tanto volverán a ser interinos; vemos ratificada nuestra postura de que el alcalde anterior, Martínez Cenzano, y su equipo de Gobierno, hacían y deshacían que les venía en gana dentro del Consistorio para promover ciertos favoritismos que luego se convertían en un servicio clientelar hacia sus propios intereses.

Aunque nos tememos que ese descontrol puede ser el mismo con algunos de los responsables que ha instalado el Partido Popular en el equipo del actual Alcalde Francisco Pulido.

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