El Tiempo en Cuenca

jueves, 19 de febrero de 2009

Pulido que se comprometió a apoyar, no sólo en lo moral sino en lo logístico, la manifestación del sábado en Teruel; tampoco cumple en esto

Imagen de la renunión que tuvo Pulido con el secretario de Estado, Víctor Morlán -uno de los mayoresresponsables cntra la Autovía Cuenca-Teruel-, con el único objetivo de sacar de Cuenca las vías del Tren


LA OPINIÓN.- La vida se puede percibir con mayor o menor pesimismo o, lo que es lo mismo, afrontar la realidad con más o menos optimismo; o sea, ver el vaso medio lleno o medio vacío por más que el líquido en cuestión ocupe la mitad exacta del recipiente. La forma de ver las cosas se contagia entre los individuos de una sociedad, sobre todo si ésta es pequeña.

Está claro que los conquenses vemos casi siempre el vaso medio vacío, si es que no casi vacío por completo y, seguramente, los turolenses también, motivos tenemos ambos para ello. Pero, sin embargo, el percibir de igual modo la realidad que nos encontramos, no nos lleva a mirar el futuro de la misma manera.

El optimista ve posibilidades de solución a los problemas, y se enfrenta a ellos utilizando todos los recursos que tiene, por que cree que es posible; sin embargo, el pesimista no es capaz de imaginar un futuro mejor porque piensa que haga lo que haga le va a dar lo mismo, ya que está predestinado para lo peor.

Si para algo siempre he pensado que sirve el estudio de la conducta de las personas, y su intervención para modificarla desde la ciencia del convencimiento de las mentes humanas, o sea, la Psicología, es precisamente en el ámbito de las relaciones humanas. Uno no actúa de forma individual de una determinada manera o de otra, sin que exista de por medio cierta actitud exhibicionista, incluso a veces hacia sí mismo. Las conductas casi siempre son el reflejo de cómo nos gusta ser vistos, y eso precisamente es uno de los parámetros que hacen que los grupos de personas, las sociedades, se diferencien por la manera de actuar.

Otra de las variables que influyen más en el resultado de las interacciones y sus consecuencias es, sin duda, un fenómeno que lleva a los seres humanos a tomar decisiones inimaginables; es ese fenómeno de la responsabilidad compartida que hace que el hombre mueva montañas o llegue a la Luna, pero que también es el motivo de que se cometan las peores atrocidades, incluso la guerra y los genocidios.

Una decisión compartida, se percibe como una decisión partida en miles de pedazos, tantos como elementos forman parte de ese conjunto; y esos cachitos de decisión se dividen tanto y se hacen tan pequeños, que incluso se dejan de percibir. Uno puede perder la conciencia sobre la importancia o la gravedad de lo que se decide de forma compartida con los demás; nos sentimos menos culpables, menos responsables. Y eso nos hace ser llanos y vulnerables a la despersonalización; vestimos, comemos, bebemos y vivimos como quieren otros que lo hagamos.

Un líder es líder, precisamente, porque interviene y sabe modificar la conducta de los integrantes de su grupo; y eso es algo que solamente sucedió en Cuenca en la primavera del año 92.

En Cuenca somos pesimistas, siempre vemos el vaso medio vacío y estamos convencidos de que es imposible que se llene alguna vez; y en lugar de fijarnos en las herramientas que existen en un Estado de Derecho y democrático, para utilizarlas y hacerlo bien, seguimos comportándonos como en las épocas de las dictaduras; compartimos cada día con el resto de los conquenses la responsabilidad de tomar la decisión de no hacer nada, porque para eso ya están los dirigentes que votamos cada cuatro años; y esta forma de pensar nos hace inmunes a cualquier sentimiento de culpabilidad de estar peor que las demás sociedades de nuestro entorno; esa sensación de malestar que deberíamos tener por no preparar para nuestros hijos un futuro mejor de bienestar dentro de nuestra propia sociedad conquense.

El próximo sábado se va a producir un hecho, con el que si somos capaces de evaluarnos nos daremos cuenta de que sí que somos culpables del retraso de Cuenca, y de que nosotros mismos somos los responsables de la incapacidad de nuestros dirigentes y de su inoperancia.

El sábado día 21 a las 12 de medio día, está convocada en Teruel, en la Plaza de la Catedral, una manifestación contra la decisión del Gobierno de España de vetar la parte de la Autovía A-40 que une las ciudades de Cuenca y Teruel, y de comenzar, como hace una década, desde cero, el estudio de otra autovía diferente para unir las mismas ciudades y que puede concluir dentro de otros diez años con el mismo engaño que esta Autovía que han ajusticiado con la coartada de unas conclusiones de un informe medioambiental mentiroso y sesgado.

Y aquí, los conquenses a verlas venir, si es que vemos algo que no sean los partidos del Madrí o el Barsa y la serie de turno o el Gran Hermano; y el Alcalde de Cuenca que se comprometió a apoyar, no sólo en lo moral sino también en el terreno de lo logístico, esta manifestación de la que la Plataforma Cívica por Cuenca es una de las entidades convocantes, ni siquiera ha sido capaz de facilitar el transporte para unas cuantas decenas de conquenses, los diferentes. Y es que Pulido no es líder ni de su grupillo de amigos; si consigue su foto para la prensa local cerca de la pancarta por alguna de las calles de Teruel, pues ya lo da por bueno. En esto tampoco ha cumplido Pulido.

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