El Tiempo en Cuenca

martes, 4 de diciembre de 2007

Del “Jardín Botánico de Castilla la mancha” al “Ars Natura”; una historia de 14 años; pero Guijarro sigue diciendo que estará cuanto antes










LA OPINIÓN.- Llevan diciendo la misma frase desde hace mucho; "estará cuanto antes". El caso es que hace ya más de catorce años que lo prometieron, y aún continúan las obras.


Era la primavera de 1995 y el PSOE se preparaba para afrontar unas elecciones que presagiaba muy complicadas. El 25 de junio del año 92, los conquenses habían salido en masa a la calle para reclamar la Autovía Madrid-Valencia por Cuenca, prometida desde el 89, e incluida en el BOE en el 91. Salieron más de veintisiete mil personas, pero el que debía haber estado a la cabeza, Martínez Cenzano, entonces Alcalde de Cuenca, esa tarde se quedó en su casa, algo que muchos entendieron como un acto de cobardía.

En aquella campaña electoral, si el PSOE quería afrontarla con alguna garantía, era necesario engordar la chistera de los engaños.

Por aquel entonces se repitieron promesas, como la del Palacio de Congresos y Exposiciones que llevaba más de diez años guardada entre nactalina en el baúl de los recuerdos; o, la Autovía de Tarancón, que repetían una y otra vez que estaba en fase de proyecto y que se empezaría al año siguiente; o la Joven Orquesta Nacional de España, que sin duda se instalaría en Cuenca, en el nuevo edificio de Palafox. Pero eso, por sí solo, era insuficiente ante el fiasco y el sentimiento de iniquidad que sentían los conquenses. Era necesario inventarse algo nuevo. Y Cenzano se sacó de la chistera el “Museo de las Ciencias” y el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”. Pero eso no le sirvió, y el Partido Popular se hizo con la Alcaldía de Cuenca en manos de Ferreros –a pesar de que el apoyo al PSOE fue todo un récord-.

Ya para las elecciones del 99, con un PP en clara desventaja por la mala gestión de Manuel Ferreros que repetía como candidato, para el PSOE sólo era necesario repetir las mismas promesas porque se habían incumplido, con la salvedad de un pobre y poco competitivo “Museo de las Ciencias” que no crea ningún interés en los turistas y nada más es visitado por escolares y ancianos en viajes subvencionados por la Junta. De nuevo, presentaron en su programa la ejecución y puesta en marcha de lo que todavía llamaban “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, y la JONDE. Y Cenzano consiguió su segunda legislatura.

Pero éste -el Jardín- no se ubicó, ni jamás lo hará en Cuenca, ya que el día 6 de mayo del 2003, con la presencia del rector de la Universidad Regional de Castilla-La Mancha, el director de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Albacete, el director de la Oficina de Gestión e infraestructuras de la UCLM, el alcalde de la ciudad, el consejero de Ciencia y Tecnología, y el presidente de la Asociación Española de Jardines Botánicos, se plantó una encina y se descubrió un monolito conmemorativo en el lugar donde está en la actualidad; Albacete.

Unos meses antes, a lo de Cuenca ya lo empezaron a llamar de otra forma: “Ars Natura”. Estaba claro que tenían que buscar un nombre sugerente, casi exclusivo, para lo que ya no podía ser el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, porque ese ya estaba en Albacete. No se sabía lo que se pretendía con ese proyecto, pero el nombre tenía que ser atractivo para presentarse a las elecciones del 25 de mayo de 2003, con algo que fuera llamativo para los electores. Se habían intentado apropiar del logro del trazado del AVE, repartiendo miles de boletines a todo color con la leyenda “hacemos” y grandes carteles en las paradas de autobús, pero eso la mayoría sabía que no era cierto.

Y de nuevo llegaban unas elecciones complicadas, con un nuevo Partido Político emergente, Independientes por Cuenca, fundado por los líderes de la Plataforma Cívica, que además de contar con el gran aval de esta infraestructura que supone la esperanza de futuro para nuestra tierra, había captado el interés de los conquenses reivindicando la Estación en el Centro –se recogieron unas diez mil firmas-. El PSOE, una vez más, tenía que abrir el baúl de los recuerdos, y desempolvar la chistera de las falsas promesas para intentar revalidar su mayoría absoluta: Que si de nuevo las autovías, que si el tren, que si el Palacio de Congresos; y, esa vez, como novedoso por el nombre, “Ars Natura”, que se encargó el propio Bono de presentar en un acto despampanante, entre multitud de medios de información y autoridades, la maqueta de un edificio rodeado de ríos, lagos y bosques, ubicado en la ladera del Huécar del Cerro del Socorro. No se corresponde ni el edificio, ni afortunadamente el lugar en el que se va a alojar.

Los socialistas sabían que el peligro no era el PP, que presentaba un candidato de repuesto; sin embargo los de la Plataforma…

Pero el PSOE revalidó la mayoría absoluta por un par de decenas de votos -nunca olvidaré la imagen de Cenzano, aúpa del entonces Secretario Provincial de su partido, Máximo Díaz Cano, cuando se conocieron unos resultados, de los que siempre me quedará la duda por no haberse consentido abrir la caja de los nulos-.

Hace poco se presentó en Cuenca el Vicepresidente de Castilla la Mancha, para llenarnos la cabeza de la riqueza y el turismo que va a generar este proyecto para la ciudad. Igual que lo hizo cuando inauguró el nuevo Tanatorio de la Ronda Oeste y habló de la vitalidad de la industria y el empleo en Cuenca; y suponía el traslado de una empresa con unos diez puestos de trabajo.

Ars Natura, como el incompetente “Museo de las Ciencias”, servirá de nuevo para que las escuelas y hogares de pensionistas lo incluyan en sus itinerarios, pagados por la Junta; y me temo que también pasará desapercibido para el turismo.

Lo mejor, que se atreven, ahora sí, a dar un plazo; para finales de 2008 o principios de 2009, aunque siguen sin el proyecto museístico y de viabilidad; es decir, ni qué va a haber allí, ni para qué va a servir.

Pero lo peor de todo, no es que un alto cargo de la Junta venga a Cuenca a decirnos estas cosas; a eso ya estamos acostumbrados. Lo peor es que el Vicepresidente Lamata esa vez, como en aquella de la funeraria, lo hizo en presencia del nuevo Alcalde de Cuenca, que ya no es Cenzano, y Pulido le dedicó los mismos elogios y alabanzas de siempre.

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