El Tiempo en Cuenca

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cuenca es única, desde luego que lo es


Quien inventara, allá por los años sesenta, el eslogan aquel de que Cuenca es única, y que muchos de los conquenses que empezaron a veranear por las playas de Benidorm, de Cullera o de Gandía, lo pegaron impreso en pegatinas en sus “seiscientos”, “sincamil” o “r-12”, para lucirlo con el orgullo de quien está seguro de ser embajador por aquellas tierras modernas llenas de turistas y de suecas en "biquini", y en las que incluso las españolas empezaban a insinuar su palmito; quien tuviera aquella ocurrencia posiblemente no imaginaba que con esa frase más que conseguir el reclamo del visitante ansiado, lo que se hacía es resumir en tres palabras lo que podría ser un libro completo sobre la antropología y la idiosincrasia del pueblo conquense.

Lo de Cuenca no es fácil de entender, claro que es única Cuenca; que vengan a prometernos infinidad de veces una cosa, y que nunca se cumpla, debería ser motivo más que suficiente para que, al menos, no digo ya que se fuera forjando una memoria colectiva para que dejaran de tomarnos el pelo, pero alguna crítica, aunque fuera a nivel de taberna de barrio, sería lo normal, ¿no?

Pero aquí se olvidan las cosas en un “tris-tras”; que cada vez que llegan elecciones nos prometen el Palacio de Congresos y Exposiciones, y lleva siendo así desde las primeras autonómicas que se celebraron en el 83, pues aquí como si la última fuera la primera, es más, es que a muchos ni les suena. Si hace décadas ya se garantizaba la Autovía Cuenca-Teruel, y sin embargo, se la cargan con la disculpa del medio ambiente veintitantos años después, pero eso sí, con la promesa de estudiarla de nuevo, pues los conquenses, los pocos que se enteran de algo, encima incluso algunos ilusionados porque el Gobierno de España va a tratar de hacer posible lo que les ha convencido de que es imposible.

Aquí ya nadie se acuerda de que la Autovía de Tarancón se dijo que estaría terminada, a mucho tardar, en 2007, que era la fecha en la que deberían estar finalizadas todas las obras del Plan Director de Infraestructuras que se aprobó en el año 94; o, que la misma ya figuraba en el II Plan de Carreteras del Estado que se marcaba como fecha límite para su conclusión el año 1993. Pero sin embargo, y tras la promesa del Psoe de finalizarla un año después de la investidura de Zapatero como presidente del Gobierno en su primera Legislatura, y el charlestón de fechas que ha protagonizado el subdelegado del Gobierno en este último año, la realidad es que las obras se han parado de nuevo. Se dice, a hurtadillas, en algunos despachos, que se ha producido un incidente grave con la rotura de una de las estructuras principales del viaducto; pero lo cierto y verdad es que desde Independientes por Cuenca siempre hemos dicho que si hay partidas presupuestarias de gran calado para el año 2010, es porque la Autovía no va a estar operativa al menos hasta ese año. Y eso lo dijimos hace ya mucho.

Los conquenses somos únicos olvidando las promesas de los políticos. Digan lo que digan ahora los dirigentes del Psoe con la Autovía Cuenca-Albacete, ahora llamada Autovía del Júcar, ya se ha incumplido lo anunciado por Barreda en el Parador de nuestra ciudad, porque el 10 de noviembre de 2005, el presidente de Castilla la Mancha dijo que “La autovía que unirá Albacete y Cuenca supondrá un tiempo récord en cuanto a la rapidez de la ejecución de este tipo de infraestructuras”; y que la conclusión de la obra, que realizará íntegramente el Gobierno regional, está prevista para finales del año 2008 o principios de 2009. Barreda hizo estas manifestaciones en el acto celebrado en el Parador Nacional de Cuenca, de presentación del protocolo que en materia de infraestructuras para Castilla-La Mancha firmó con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Pero como sabemos ahora nos hablan de 2014 o 2015 para su finalización.

Cuenca es única, porque aquí nadie se acuerda, por ejemplo, de los más de 200 millones de euros que figuraban en los presupuestos del año 2001 para reparar, modernizar y adaptar al tráfico mixto de pasajeros y mercancías el Ferrocarril Convencional Madrid-Cuenca-Valencia. Es más, con toda la honestidad, yo creo que salvo un servidor no ha habido conquense que los haya mencionado, al menos en público. Tampoco se hace el más mínimo esfuerzo de memoria con respecto a lo prometido por la Junta hace unos meses en la cuestión del Tren Convencional.

El pasado 23 de enero, haciendo alusión a lo declarado por el presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Agustín Tello, decíamos que no tuvo desperdicio nada de lo tratado en la reunión que mantuvo el Comité Ejecutivo cameral, con el presidente del Gobierno de Castilla la Mancha, José María Barreda; y decíamos que no lo tuvo, no solamente por la importancia de lo que trataron, sino además porque algunas de las afirmaciones que les hizo Barreda se acercan más al mundo de lo abstracto, que al de lo real.

En aquella reunión, Barreda les anunció que el Gobierno regional apoya la propuesta de las Cámaras de Comercio de Cuenca y Valencia y que en unas semanas se presentaría un proyecto, para restaurar, reconvertir y adecuar la Línea de Ferrocarril Convencional Madrid-Cuenca-Valencia de cara al transporte de mercancías, pero añadiendo que además de mercancías deberá transportar viajeros para lo que el servicio se adaptaría teniendo en cuenta la demanda. Además la estación para esta línea también estaría fuera del centro, concretamente a 11 kilómetros, con lo cual la capital llegaría a tener dos estaciones. También se crearían tres puertos secos, en Utiel, Cuenca y Tarancón.

Ahora nos encontramos con que no se ha presentado el Proyecto de la Junta, y el Gobierno, a través del Ministerio de Fomento, ha vuelto a mostrar su negativa a invertir un euro; bueno, perdón, se me olvidaba, va a emplear 1 millón de euros en arreglar unas cuantas traviesas entre Cuenca y Camporrobles

El año pasado, en concreto el 29 de noviembre, el diputado socialista en el Parlamento Nacional, Luis Carlos Sahuquillo, declaraba con respecto a la Autovía la A-40, en el tramo Cuenca-Teruel, que el Psoe trabaja en silencio y que ofrece realidades a los conquenses, y lo mismo dijo el verano de 2007 al referirse al Ferrocarril Convencional.

A Luis Carlos Sahuqillo lo que menos le importa es que se haga o no la Autovía de Teruel, o el Ferrocarril Convencional. Él a lo suyo, a la pugna con el rival, y a las palabrerías con las que solamente busca llamar la atención. Hay políticos que se aprenden una frase y la repiten una y otra vez como autómatas. “El-Psoe-trabaja-en-silencio-porque-así-es-como-se-consiguen-frutos”, es lo que dijo Luis Carlos Sauquillo el jueves 17 de julio de 2007 refiriéndose a la reparación y modernización de la línea de Ferrocarril Convencional Madrid-Cuenca-Valencia. Y lo mismo repite ahora cada vez que habla de la Autovía de Teruel. Pero según lo que expresa el Gobierno de Zapatero, ni lo uno, ni lo otro.

Dos años y pico después, y muchos más de gobierno socialista, no sabemos muy bien si el Psoe trabajará en silencio o no, aunque pensamos que a la más mínima de lo que les dé para presumir lo cantan y vociferan a los cuatro vientos; pero lo que está claro es que por Cuenca no trabajan ni en silencio ni gritando.

“El Psoe sí está trabajando por el tren”, afirmó Sahuquillo aquella tarde de verano; y nosotros decíamos que conforme se lee esta afirmación, lo primero que se nos viene a la cabeza es preguntarnos dónde y cuándo está el Psoe trabajando por la modernización del Ferrocarril Convencional. Y ahora también nos pasa cuando tiene la osadía de repetirlo al respecto de la Autovía Cuenca-Teruel, justo cuando el propio Psoe que es quien gobierna España veta, después de 5 años y medio y bastantes más de engaños, cualquier posibilidad de que se haga esta infraestructura con la coartada del impacto medioambiental.


Cuenca es única porque se pierden generaciones enteras de historia, de arquitectura y de arte, de universidad, de industria, de modernidad, de progreso, pero nadie se inmuta; y también lo es porque tiene un alcalde y unos concejales que más que rozar lo esperpéntico lo inundan y gastan decenas de millones de euros en obras ridículas, eternas, mal planteadas, improductivas e innecesarias; pero aquí tan tranquilos, sin inmutarse, tampoco eso importa. Y si riñen el alcalde y sus concejales, o se amenaza a uno de ellos y se rompe el Equipo de Gobierno, pues algún chascarrillo en un bar y a seguir hablando de fútbol.

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