El Tiempo en Cuenca

domingo, 15 de noviembre de 2009

Es rotundamente falso lo que dice hoy en El Día Gonzalo Igualada de que él perteneció a la Plataforma que logró el AVE por Cuenca.


Gonzalo Igualada en un acto de la Fundación DALPA, de la que es Presidente



OPINIÓN.-
Es el colmo del cinismo, y de la cara dura, lo que aparece hoy reflejado en El Día de Cuenca dentro del reportaje sobre el acto protocolario de la colocación de la primera piedra de las obras del Apeadero del AVE ; las declaraciones que hace hoy en El Día de Cuenca Gonzalo Igualada, de que él perteneció a la Plataforma Cívica, y que formó parte del grupo de personas que lucharon para conseguir que el AVE pasara por nuestra ciudad, son rotundamente falsas; es más, la única intervención que ha tenido él en este tema, ha sido para realizar un informe, como responsable del área de planificación del Ayuntamiento, con datos falsos que impidieron el plan que tenía el Ministerio de Fomento para Cuenca, que era hacer una Estación Central e Intermodal, y favoreciendo así los intereses urbanísticos de DALPA, que es la empresa constructora e inmobiliaria de la que es propietario y que adquirió terrenos para edificar, en consorcio con otras cuatro constructoras a través de DAVECON, en el entorno del paraje de La Estrella que es donde va a estar el Apeadero.

La opinión de Gonzalo Igualada en los momentos más difíciles y complicados que tuvimos en la lucha por el trazado del AVE, como algunos compañeros míos de la Plataforma recordarán, es que éramos unos ilusos los que estábamos embarcados en aquel movimiento; es más, las palabras concretas que nos dedicó fueron que él, como ingeniero de caminos, había sido compañero y amigo personal del también ingeniero de caminos, por aquel entonces vicepresidente del Gobierno de España, más tarde ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, y que se nos quitara la idea del AVE por Cuenca de la cabeza, porque se haría por Albacete y Alcázar adecuando el vial existente para la alta velocidad, y que eso lo había hablado él en persona con el que fue su compañero y miembro del Gobierno de España. Estas palabras agoreras y cargadas del pesimismo habitual del carácter conquense, a las que afortunadamente no les prestamos la menor atención, nos las dedicó en el bar Choco mientras él se comía unos carabineros y nosotros unos boquerones fritos de los del aperitivo, con la correspondiente cerveza.

Más le vale a Gonzalo Igualada ir preparando su defensa por su posible implicación en lo que ya se empieza a conocer en los medios informativos de ámbito nacional, por ejemplo el ABC, como “el caso Cenzano”, por las gravísimas irregularidades de todo tipo detectadas por el Tribunal de Cuentas, entre ellas las urbanísticas y de empresas que han sido beneficiadas de forma especial por la gestión municipal, de las que son propietarios algunos funcionarios responsables de algunas de las áreas del Consistorio, entre ellas la de planificación urbanística, de las que el propio Tribunal de Cuentas ya ha advertido que podrían desprenderse diversos delitos, y por tanto responsabilidades penales, en lugar de pavonearse a base de mentiras, alardeándose de haber luchado por los intereses de Cuenca dentro de un movimiento reivindicativo en el que él nunca ha estado.

Cuando empezó todo esto de la Estación del AVE, todos los defensores de que la Estación del AVE se situara en la Estrella, siempre aludían a una imposibilidad técnica para que el Tren de Alta Velocidad llegara soterrado hasta la ciudad. Nunca mostraban cuáles eran los estudios que avalaban esas aseveraciones; pero el efecto que pretendían producir sobre la opinión pública era claro; si lo decían los ingenieros, era como si se tratase de la palabra de Dios.

Sin embargo, Independientes por Cuenca se hizo con dos documentos que cambiaron de forma radical la táctica a seguir por parte de quien pretende hacer de un vertedero a más de cinco km de Cuenca, uno de los mayores lugares de especulación urbanística de nuestra historia. Conseguimos dos informes; uno, que pretendía demostrar la inviabilidad del soterramiento del viario hacia los terrenos de RENFE; y, otro que demostraba exactamente lo contrario. Lo que nadie se podía imaginar, era que mientras el primero pasó a ser la herramienta del engaño; el segundo fue ocultado rozándose incluso su desaparición.

Pero si eso ya de por sí era suficiente para generar la alarma, pues suponía una actitud inmoral y de legalidad cuestionable; aún era peor el hecho, de que se trataba de dos informes contradictorios, elaborados por los dos ingenieros de caminos municipales. Que el mismo servicio del Ayuntamiento emitiese informes con conclusiones radicalmente dispares era sospechoso.

El informe desfavorable a la Estación en el centro, y que fue utilizado por el anterior Alcalde Martínez Cenzano tanto en la Mesa del Pacto por Cuenca, como para frenar el ofrecimiento del Ministerio de Fomento de ubicar la Estación en el Centro con una dotación de 108 millones de euros, contenía datos que no se correspondían con los que están en la cartografía oficial. En concreto situaba el lugar de la Estación actual, los suficientes metros por debajo del nivel que viene señalado en los mapas tanto del Estado, como en el que se presentó para aprobación en el POM. Ello supone que para llevar las vías bajo tierra, tendría que cruzar el río por debajo, para evitar el hacerlo sobre 20 m de nivel que lo considera arriesgado. Al tener que ir por debajo del río, se tendrían que hacer túneles de más de 40 m de profundidad y de 20 km de longitud, lo que valoraba un sobrecoste de 300 millones por encima de lo presupuestado por el propio Ministerio. Pero claro, eso si hubieran sido ciertos los datos que se expresaban para hacer los cálculos.

El segundo informe, que contenía datos cotejables con los mapas oficiales, estimaba un soterramiento en falso túnel, con una longitud de unos 3,5 km; y una sobrecarga de presupuesto de unos 40 millones de euros; que es una cantidad asequible para ser asumida a cuatro bandas entre las administraciones locales, autonómicas y del Estado.

Pero como ya se ha dicho antes, una vez descubiertos, nunca más se volvió a hacer referencia a esos técnicos espectrales y a sus informes fantasmagóricos que nunca fueron mostrados a la opinión pública. Y claro, si no lo enseñaban, lo normal es que hubiese gato encerrado.

El informe que sirvió de coartada para Cenzano, Cordente y a quien servían éstos, había sido elaborado por Gonzalo Igualada, que era quien lo firmaba; y eso, si lo anterior generaba dudas, ahora se transformaba en certidumbres. Se trata de un funcionario municipal, que es jefe del Servicio de Ingeniería del Ayuntamiento de Cuenca, pero que también es propietario de una constructora llamada DALPA, que a su vez está asociada con otras cuatro para conformar DAVECON, que ya anunció tener intereses comerciales en el ámbito inmobiliario en las proximidades del paraje de La Estrella, donde acaban de empezar las obras del Apeadero.

Enlace a la noticia en la que aparecen las declaraciones de Igualada El Día (15/11/09)

No hay comentarios: