viernes, 1 de febrero de 2008
Palacio de Congresos y Exposiciones. La historia de un incumplimiento que se sigue incumpliendo; y ya van 25 años
Palacio de Exposiciones y Congresos de la ciudad de Oviedo del Arquitecto Santiago Calatrava Valls
No es algo nuevo, ni mucho menos, la promesa de hacer en Cuenca un Palacio de Congresos y Exposiciones.
En el año 1983, en plena campaña electoral, el entonces todavía joven Diputado por Albacete en las Cortes Nacionales, y candidato para el cargo de Presidente de Castilla la Mancha en aquellos comicios, hizo en Cuenca la promesa de realizarlo si ganaba las elecciones, como proyecto estrella del Partido Socialista en la siguiente legislatura para nuestra provincia.
Efectivamente, Bono fue elegido por los castellanomanchegos, pero ni en los cuatro años siguientes, ni en sus cuatro legislaturas posteriores la Junta invirtió un solo céntimo en cumplir esa promesa.
Tuvieron que pasar ventitres años y más de cinco legislaturas y media, para que un miembro de la Junta, Díaz Salazar, viniera a Cuenca a firmar un protocolo en el que Castilla la Mancha destinaba algunos euros para este motivo. No, no se trataba del dinero que costarían las obras si finalmente se hiciera, ni tan siquiera del proyecto de construcción con los planos y demás. No, no se trataba de ir a cumplir ya con la promesa que hizo el antes retirado de la política y ahora candidato a diputado, José Bono, allá a principios de los años ochenta. Se trataba de pagar un estudio que demuestrara, o no, la viabilidad de cumplir con la anciana promesa del Partido Socialista de Castilla la Mancha con Cuenca, y luego ya se vería. Ahora, dos años y tres meses después de aquella firma, está claro que se trataba de un nuevo engaño electoralista.
Mientras en otras capitales de esta autonomía ya cuentan con su Palacio de Congresos y Exposiciones, como muy pronto va a suceder en Guadalajara, casi sin enterarse, porque no es para tanto bombo, en Cuenca nos volvieron a mentir.
Se le podía dar la interpretación que conviniera, como la del entonces Tte. de Alcalde Juan Ávila, actual Presidente de la Diputación, que nos contaba que era necesario hacer un estudio para que el futuro Palacio se ajustara a las características de Cuenca. Nos dijo que era lo mejor para que fuera un proyecto rentable. Pero el caso es que después de venticuatro años y medio de engaño a los conquenses, la Junta de Comunidades lo más que ha llegado es a comprometer unos míseros 58 mil euros, que no han sacando al Palacio de Congresos de la teoría.
En aquel acto protocolario, el Consejero Díaz Salazar, seguramente con sonrojo hacia sí mismo, intentó exculpar, en la medida de lo posible, a los socialistas manchegos porque sabía que se iba a mantener el engaño y lanzó los balones fuera, para culpar al ADIF -heredera de Renfe-, por no firmar –se firmó en julio-el convenio tan ansiado por Cenzano, de los terrenos donde ahora dicen que se instalará este pabellón.
Desconocemos en este momento las verdaderas intenciones del actual Alcalde, Francisco Pulido, con respecto a los terrenos de RENFE, él dice que para llenarlo de jardines, bancos y columpios de niños; aunque si es así, ¿por qué destruir el gran espacio verde natural que supone las riveras del Júcar a la altura de las hueras de la Alameda y el antiguo Club Serranía. En todo caso serán perjudiciales, porque busca la eliminación del Tren Convencional, y tratar de que sea irreversible la mala faena de la Estación del AVE; pero lo que está claro es que las diecisiete hectáreas de terreno de uso ferroviario con lo pactado entre el Ayuntamiento y Adif , se convertirían, si se mantiene, en suelo cargado de edificios. Con lo que el Ayuntamiento dispondría de más del 20%, que en su mayor parte adjudicaría a algún empresario para la construcción de viviendas, y Adif, con el 60% sería la mayor especuladora de suelo de la provincia.
Y Cuenca seguirá sin el Palacio de Congresos y Exposiciones que prometió Bono en las primeras elecciones autonómicas, allá en la primavera del año 83
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