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lunes, 13 de agosto de 2007

Castilla la Mancha; un "invento" que sigue marginando a Cuenca"


Tal vez algún conquense iluso, pensó que al irse Bono de la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha las cosas iban a ir mejor para Cuenca. Sin embargo, nada más lejos de la realidad; y es que la cuestión de la política discriminatoria de los poderes autonómicos, como no cabía esperar de otra forma, transciende de lo meramente personal.
Si durante la dictadura todas las provincias que integran este “invento” estábamos inmersos en el terreno de la marginalidad, era de esperar que por la propia definición de lo que se estaba perfilando como “Ente Preautonómico”, se nos viniera encima una nueva situación de exclusión.

La denominación de Castilla la Mancha, sitúa como una categoría administrativa en la configuración del Estado, lo que es meramente una zona geográfica. Si los catalanes, vascos y gallegos tienen su principal seña de identidad en el idioma -aunque en algún caso estuviera prácticamente agotado, en deshuso-, los castellanomanchegos se identifican cada vez más por la comarca que define la Autonomía. Si aquellos créen tener razones de peso para considerarse más que una región o comunidad autónoma -dicen que son una nación-, éstos piensan que por el hecho de estar en “la mancha” tienen derecho a ser comunidad autónoma, región, y luego ya veremos. Si no tienen el idioma para diferenciarse, utilizan la figura del Quijote como divisa -aunque haya que inventarse que “el caballero de la triste figura”, visitó sitios en los que ni cayó la imaginación de Cervantes, pero eso sí, son lugares de “la mancha”-. Si la historia de esta tierra nos habla siempre de Castilla, ellos se inventan que en 1493 un castellanomanchego acompañó a Colón en su segundo viaje a las Américas -lo dicen los libros de texto-, aunque aún faltaran 487 años para que surgiera “el invento” y el tal castellanomanchego fuera de Cuenca, comarca de “la sierra”.

La inclusión de la denominación de una zona geográfica en el propio nombre del “invento”, no solamente la elevó a ésta al rango de Región o de Comunidad Autónoma, y luego ya veremos; sino que además estableció una diferencia en detrimento claro de los territorios que no pertenecen a esa demarcación, al menos por concepto -si la provincia de Cuenca tiene una parte importante de mancha, su capital está en la sierra y muchos de sus pueblos en la alcarria-.
Albacete, Ciudad Real y Toledo, que son las tres provincias manchegas por definición, se han eregido en los tres vértices de la prosperidad y el poder de la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha, mientras que la alcarreña Guadalajara se queda bajo la inercia expansiva de Madrid, y Cuenca en tierra de nadie, marginada.

Éste es un capítulo más en el quehacer político del Gobierno autonómico. Conforme se han ido transfirendo competencias del ámbito estatal, esas tres provincias han ido subiendo en la capacidad de autogobierno y gestión de los servicios públicos, así como en su potencial económico y generador de empleo reflejado en el PIB. Guadalajara, al amparo de Madrid se está convirtiendo en un eje de desarrollo, que el Gobierno manchego ya percibe importante para su propio suministro, y por eso cambia su orientación y comienza a invertir de forma considerable -180 millones de euros para el nuevo campus universitario, 30 millones más para el parque científico y tecnológico empresarial; su Hospital es Universitario

Pero, ¿y Cuenca?. ¿En Cuenca el AVE, que no querían ni Bono ni Barreda porque perjudicaba los intereses de Alcázar y Albacete, y ya veremos para cuando? ¿La autovía, que es sólo una parte de lo que se reivindicaba y era la más lógica entre Madrid y Valencia, y con más de veinte años de ejecución para terminarla? ¿Una promesa de nuevo hospital, que ya veremos si se cumple para cuándol? ¿Una universidad sin carreras científico-tecnológicas, porque esas se las reparten las demás provincias? ¿Un Instituto de la Comunicación Audiovisual, el Pedro Almodóvar, que sirve para pagar un par de buenos sueldos y tener colgado algún cartel de los que anunciaron alguna de las películas del director manchego? ¿La promesa de una Autovía para unirnos con Albacete, ya incumplida porque se ideó en las Cortes manchegas en 1993 y la prometió Barreda para el 2008, y ni se ha empezado a estudiar, ni los PGCLM contemplan el tramo Cuenca-Motilla? ¿Una Autovía de Teruel que está en letargo desde el 3 de abril del 2003, porque el Gobierno manchego ha promovido otra que se llevará hacia Albacete parte del flujo de tráfico para el que se diseñó la Cuenca-Teruel? ¿Un Palacio de Congresos y Exposiciones que no tiene ni proyecto de construcción, y que se ha pensado modesto, como para que no estorbe a otros de capitales del entorno, y que lo prometió Bono en su primera campaña electoral del año 83? ¿Un jardín botánico, disfrazado con el nombre de Ars Natura, y prometido mucho antes del que ya está a pleno rendimiento en la ciudad de Albacete? ¿Un Edificio Centro de Empresitas “El Terminillo”, que fue noticia hace unos meses porque se ampliaba en 200 metros cuadrados, para doblar los que tenía -de eso los dirigentes locales y autonómicos del Psoe vivieron casi una década-?

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