jueves, 9 de agosto de 2007
La línea ferroviaria Utiel-Cuenca “desaparecerá cuando se inaugure la alta velocidad”
Estación de Ferrocarril de Tarancón
No somos los únicos en pensar que el AVE puede servir de coartada para cerrar definitivamente la línea de Ferrocarril Convencional, pero de llegar a ocurrir, lo que sí tenemos absolutamente claro en independientes por Cuenca, es que la puesta en marcha del Tren de Alta Velocidad no tendrá absolutamente nada que ver con ello.
Desde que a principios de los años ochenta, el Goberno en minoría de la UCD tomara la decisión de que los nuevos Trenes Intercity fueran en exclusiva por la Línea de Alcázar y Albacete, cerrando el servio de Talgo que unía Madrid con Valencia y Barcelona por Cuenca, la suerte estaba echada, si no había una respuesta importante por parte de la sociedad conquense.
El viario por Alcázar y Albacete, a partir de ese momento, comenzó a recibir todas las inversiones del Estado, mientras el de Cuenca comenzaba su rumbo hacia el abandono completo.
A penas diez años después, la Directora General de Renfe, Mercé Sala, emitió una circular que trasladaba las intenciones del Gobierno de Felipe Gonzalez de cerrar este corredor.
En el año 1995, la Diputación de Cuenca, impulsada por el debate que existía en nuestra provincia, encargó un estudio para demostrar la viabilidad del trazado, si se recibía el dinero necesario para hacerlo posible; cantidad que el informe valoró en unos 35 mil millones de las antiguas pesetas.
En el año 2000, se incluyó una partida de más de 200 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado, que nunca se llegaron a gastar en esta infraestructura.
El 8 de Enero del año 2001, se firmó el Acuerdo de Murcia, por el que se decidió que el trazado del AVE discurrirá por nuestra ciudad, pero también se firmó en ese mismo documento, que las Administraciones se comprometen a realizar las inversiones necesarias para la modernización del Ferrocarril Convencional.
El Tren de Alta Velocidad y el Ferrocarril Convencional, son dos infraestructuras necesarias para una sociedad moderna, y tienen cometidos diferentes. El AVE está concebido para trasladar exclusivamente viajeros, entre ciudades separadas por distancias medias y largas, en un espacio muy reducido de tiempo. Cuando se trata de la media distancia, como le sucede a Cuenca con respecto de Madrid y Valencia, esto es realmente efectivo para directivos de empresa, trabajadores y estudiantes, que deben realizar ese viaje de manera rápida y rutinaria -con las ventajas de los bonos y siempre que sea de núcleo a núcleo urbano-; mientras que este medio adquiere menos valor, en esa distancia, cuando se trata de viajes más esporádicos, pues resulta demasiado caro y poco competitivo con el transporte por carretera, que sí es competitivo para las distancias mas largas.
El Ferrocarril Convencional cumple con tres funciones: En primer lugar, garantiza la potencialidad para el desarrollo industrial con el transporte de mercancías; en segundo, contribuye a la vertebración del territorio, ya que discurre con parada por muchas poblaciones que jamás contarán con el AVE; y, en tercer lugar, una utilidad social, porque permite el acceso a un medio de transporte cómodo, seguro y moderno, a aquellas personas con menos posibilidades.
Si no se hacen las inversiones que obliga el Acuerdo de Murcia y la Ley Presupuestaria, y ahora nos ponen el AVE de por medio, para cerrar la Línea de Ferrocarril Convencional, será una mera disculpa de algo que está en la intención de los diferentes gobiernos de España, desde muchos años antes de que se decidiera el Trazado por Cuenca. Y se volverá a cometer una injusticia con nuestra Provincia.
Diario "Las provincias"-
“El Ministerio de Fomento está limitando las inversiones en la línea Utiel-Cuenca porque una vez esté inaugurada la línea de alta velocidad, desaparecerá.’’ Así opinan los miembros de la Asociación de Amigos del Ferrocarril, que han detectado que en los últimos años no se ha puesto en marcha ninguna inversión para renovar una línea que está todavía sin electrificar.
Según Vicente Miralles, la falta de usuarios que utilizan los trenes que circulan por este trazado se debe a la limitación de horarios y trenes. “Es como la pescadilla que se muerde la cola, si no hay trenes no hay usuarios, y al revés”.
La comodidad y la rapidez de los trenes de alta velocidad permitirán incrementar de forma exponencial los viajeros entre la capital conquense y Valencia. Ahora el ferrocarril no es una opción, la mayoría de los trayectos entre las dos ciudades se realiza en vehículo privado.
Sin embargo, todavía quedan al menos tres años, hasta 2010, para que entre en marcha la línea de alta velocidad. Mientras, el futuro del actual trazado está hipotecado.
Una de las alternativas planteadas desde la Cámara de Comercio de Valencia es desviar el tráfico de mercancías con Madrid por esta línea, después de remodelarla. “Es la forma más directa de conectar las dos capitales”, asegura su presidente, Arturo Virosque. La entidad empresarial ha elaborado un proyecto que debe estudiar Fomento.
M. J. C./ VALENCIA
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