El Tiempo en Cuenca

lunes, 25 de mayo de 2009

Barreda sigue utilizando la demagogia, para hacer ver como una fuente de desarrollo, lo que en realidad es el derecho a disponer de agua en los grifos


LA OPINIÓN.- Y sigue Barreda erre que erre, a base de demagogia, pretendiendo hacer ver una fuente de riqueza y desarrollo en el hecho simple de que muchos pueblos cercanos al trasvase vayan a conseguir, por fin, lo que es una necesidad doméstica básica; es decir, que van a disponer de agua en los grifos. Que utilice esta palabrería el presidente Autonómico, ofreciendo agua en las casas como compensación a décadas de espolio de agua, y para enmascarar la realidad de una nueva infraestructura, que va a suponer un nuevo canal de trasvase de agua del Tajo a la Mancha, principalmente de Ciudad Real, no solamente es tomarnos el pelo, sino además también por analfabetos cuando estamos ya concluyendo la primera década de este siglo XXI.

Si estos municipios fueron claramente perjudicados cuando se hizo el primer reparto de los recursos hídricos dentro del ámbito del Estado, con la nueva situación -la tubería manchega- seguirán marginados, pero esta vez con la pérdida absoluta de derechos sobre el agua que se siga trasvasando, pues se dará la paradoja de que la nueva comarca beneficiada, será ya por ley a la vez cuenca cedente y receptora. Aunque se encuentre fuera del contexto geográfico en cuanto a la cabecera y el almacenamiento del agua y, en general, lejos de la realidad física del Tajo.

Sin embargo, para llevar a cabo un trasvase desde Carrascosa del Campo –Cuenca- a Ciudad Real, el ejecutivo manchego no solamente da su beneplácito, sino que lo impulsa.

La llaman Tubería Manchega, por aquello de que retorciendo el léxico, y buscando sinónimos o frases con el neosocialista seudo-estilo rococó, las cosas parecen diferentes a lo que son; pero como dice el proverbio castellano “al pan, pan; y al vino, vino”, y ni la crisis era una desaceleración, ni la Tubería Manchega es algo diferente a un nuevo trasvase.

Ya parece seguro que el nuevo Estatuto de Castilla la Mancha no va a incluir de forma específica entre su articulado la fecha de caducidad del Trasvase Tajo-Segura, pero con toda certeza que algún malabar lingüístico se sacarán de la manga. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda; por más que pretendan disfrazar a base de palabrería lo de la fecha de caducidad del Trasvase Tajo-Segura, si la Reforma del Estatuto no la establece, por más que se haga mención a que es el deseo del Parlamento de Castilla la Mancha, éste seguirá en 2015 canalizando centenares de hectómetros cúbicos hacia Murcia y el Levante.

Y mientras tanto los pueblos ribereños siguen sin recibir los centenares de millones de euros que se deberían haber invertido por ley, desde que se empezó a trasvasar agua, y con el cambio de concepto que introduce el Gobierno manchego, estableciendo la prioridad que le reconoce la Ley del trasvase a la cuenca cedente, o sea, a la zona afectada, por la Comunidad Autónoma en su conjunto, pues en el futuro ni siquiera se tendrá derecho a reivindicar estas compensaciones.

Eso sí, el Gobierno de Barreda se habrá salido, en gran parte, con la suya, al haber conseguido generar la presión suficiente para disponer de una nueva infraestructura, otro Trasvase que llaman “Tubería Manchega, para llevarse agua hasta las llanuras de parte de la Mancha, principalmente de Ciudad Real, y en menos medida de Toledo y Albacete; además de haber generado a través del lenguaje ambiguo y de la confusión, una gran dosis de conciencia favorable en la población, hacia esta obra que de nuevo traerá a nuestra provincia más pobreza y despoblación.

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