El Tiempo en Cuenca

lunes, 21 de julio de 2008

Ahora culpan a la crisis; pero el turismo en Cuenca no arranca.

Parte de los terrenos que el Adif posee en el centro de la ciudad; 172 mil metros cuadrados.


Estamos acostumbrados a la marea de cifras cada vez que intentan hacernos ver que aumenta el número de turistas en Cuenca; pero lo cierto y verdad, es que la sensación que existe en la calle, la que todos percibimos, es que el turismo aquí no avanza. Cada verano el ambiente de julio está más entristecido.

Ahora, cuando ya incluso es alarmante, los propios hosteleros reconocen que la cosa va mal, que no hay movimiento y que los negocios andan fríos; y la presidenta de la Agrupación de Hostelería, Jennifer Morter, como no podía ser de otra forma, culpa en exclusiva a la crisis, faltaría más.

Pero como siempre surge el dato enmascarador y nos muestran los números de las ventanillas, o del Centro de Recepción que vaya usted a saber; el caso es que nos lo dicen una y otra vez para ver si a base de repetirlo hasta la saciedad, terminamos por creerlo. Es como el juego aquel que de niños juntábamos las cabezas de dos en dos, apoyadas frente con frente y los ojos cerrados mientras se repetía: uno, calavera, dos, calavera y, así, hasta que al llegar a no sé cuántos, abríamos los ojos de golpe y realmente se nos representaba por unos instantes la imagen de la temida calavera en el rostro del amigo.

Es cierto que en los últimos 10 años Cuenca ha tenido un crecimiento en número de visitantes y pernoctaciones, pero igual de cierto es que ese crecimiento ha sido inferior a la media nacional, y menor que el registrado en provincias como Albacete o Ciudad Real.

El sector turístico en Cuenca no arranca, no acaba de despegar; es incapaz hasta el momento de ofrecer una alternativa que no solamente pase por la explotación pasiva de la exposición del patrimonio natural e histórico, sino que además estimule su crecimiento con opciones de ocio que indujeran a los visitantes a tener en cuenta nuestra provincia para mucho más que el simple hecho del esparcimiento contemplativo, que no retiene a los visitantes en la mayoría de los casos más de unas horas.

El Plan estratégico del sector turístico en Castilla la Mancha para 2006-2009 reconoce que el aumento en la estancia media y el gasto medio por turista son las asignaturas pendientes para el sector. Y ocurre que Cuenca, con 1.69 días por viajero, se encuentra entre las 10 provincias con menor estancia media de España, cifra que además no ha conseguido incrementar en los últimos 10 años.

Incrementar en Cuenca la estancia media hasta los 2.05 días de Albacete, no digamos hasta los mas de 3,74 días en que se sitúa la estancia media a nivel nacional, supondría un aumento de algo más de 122.000 pernoctaciones para el mismo número de viajeros entrados en el año.

Es necesario dotar el sector turístico de personal más cualificado; y para eso es necesario desarrollar proyectos como la incumplida promesa, siendo Marina Moya la Presidenta de la Diputación, de instalar la Escuela de Hostelería de Lausanne.

No se puede incrementar las cifras de visitantes, si se continúa parasitando a la espera de un turista atraído exclusivamente por la contemplación de los recursos naturales, arquitectónicos o museísticos. Por eso se deben fomentar los circuitos turísticos que contemplen, no solamente la observación como única actividad, sino además otra serie de atractivos, como una gran variedad de espectáculos culturales y de ocio. No se puede entender, que la ya pobre oferta del Ayuntamiento en este sentido, se paralice totalmente en los meses de verano. Es inaudito que el Auditorio se encuentre prácticamente cerrado en el periodo estival.

Se debe cuidar escrupulosamente la gastronomía local, como fuente de atracción. Es una imprudencia intolerable, que el turista sea objeto de la picaresca de algunos empresarios que le ofrecen "gato por liebre"; es decir, le presentan como ejemplo de la cocina autóctona, aquello que no pasa de ser el plato de una tarde de excursión campera. Tampoco favorece el baile especulativo de precios que, muchas veces, supera ampliamente el de otros sitios de mayor resonancia y empuje turístico.

Y encima las Instituciones no ayudan; el 3 de octubre del 2005 iXC presentó una moción para que se creara y se ubicara en nuestra ciudad el Instituto de Turismo de Castilla la Mancha; pero, se fue a Toledo. Tampoco el Plan de Dinamización Turística, que lleva consigo inversiones del Estado, que pasó de Cuenca a Hellín -Albacete-, y de allí, este año a la sierra de Guadalajara.

La construcción de un Palacio de Congresos es imprescindible para el desarrollo del turismo de reuniones en Cuenca ya que es un yacimiento de prosperidad y empleo que no podemos seguir desaprovechando.

Igual que en Albacete, en Cuenca se debería haber inaugurado ya su Palacio de Congresos -lo prometió Bono en su primera campaña electoral en el año 83-, pero a cambio sólo recibimos excusas para explicar que los presupuestos de la Junta de Comunidades no han consignado partida alguna para esta infraestructura en los próximos años.

50 ciudades españolas cuentan actualmente con esta infraestructura, o van a inaugurar su Palacio de Congresos en los próximos años.

El turismo de reuniones –congresos, convenciones y viajes de incentivos- mueve 2.000.000 de turistas al año, más de 10.000 reuniones, 1.500 millones de euros de negocio, y lo hace en la que para otros tipos de turismo es temporada baja. Viajeros cuya media de gasto supera con claridad a otra clase de turismo.

La ubicación de Cuenca entre Madrid y Valencia, y su potencial en el turismo cultural y en la naturaleza, la convierten en destino ideal para el turismo de reuniones.

Con los actuales niveles de ocupación –en torno al 30% en los meses de temporada baja sobre un total de casi 2.000 plazas-, Cuenca debe aumentar su capacidad de alojamiento suficiente como para asumir un eventual aumento de la demanda en congresos y reuniones, pero claro está, esto tampoco se escapa de la ley del mercado en cuanto a la oferta y la demanda. Un Palacio de Congresos induciría además la construcción de nuevos hoteles que a su vez permitirían aumentos en la afluencia de turistas.

Un Palacio de Congresos estimularía al sector turístico, no solo de la capital, también de su cinturón provincial más cercano. Según los expertos de la FEMP, “Los beneficios de los Palacios de Congresos no distinguen entre destinos litorales, industriales o monumentales, y siempre mueven nuevas inversiones en las ciudades en las que se ubican. Nuevos hoteles, galerías comerciales y centros de ocio son consustánciales a estas edificaciones, como lo son también las empresas de profesionales relacionadas con las relaciones públicas”.

Independientes por Cuenca presentó una Moción en el Pleno Municipal de enero de 2006, para que se instara al Gobierno autonómico para que de forma inmediata se consignara la financiación necesaria para la construcción del Palacio de Congresos de Cuenca, cuyo proyecto arquitectónico debe diseñar un edificio con la capacidad y el carácter emblemático que Cuenca merece. Pero no ha habido ninguna respuesta a nivel presupuestario.

Sin embargo, lo único que se ha hecho al respecto, es un estudio de viabilidad –la disculpa eterna para que parezca que se tiene interés-, y el baile de ubicaciones que nos sitúa en un laberinto del que no sabemos ya ni dónde estamos.



El Laberinto de las Ubicaciones.- (lean por favor, por duro que les parezca mirar la parrafada de abajo, lean y si después de leer saben dónde tienen intención de poner el Palacio de Congresos, si es que lo hacen, que me da la impresión de que no quieren, si son tan amables, me lo comentan)

Unos meses antes de la campaña electoral de 2003, Bono, Cenzano y Muelas por fin situaban el Palacio de Congresos en algún lugar; en concreto en el Terminillo; pero, un par de años después, para potenciar el convenio especulativo con Adif, ya lo ubicaban en los llamados terrenos de Renfe. Más tarde, tras la victoria del Partido Popular, Pulido guiado por los malos consejos de los protegidos del secretario del Pp, que son el concejal de Urbanismo, Pedro Vallejo, y el gerente municipal del sector, Héctor Álvarez, nos lo planeaban en "El Cerro de la Horca", al final de la ronda oeste junto al polígono de almacenes y talleres de coches de La Cerrajera, lógicamente entre ruidos de camiones, contaminación y malos olores, creando otro foco de interés para tirar del urbanismo hacia La Estrella, que es donde nos dibujan el Apeadero del AVE, y por donde personajes del organigrama del Pp, como el propio Germán Chamón y Perfecto Álvarez, que es el tío del gerente Héctor Álvarez, a través de Verdes Desarrollos Urbanos, en sociedad con el editor de La Tribuna de Cuenca, pretenden edificar centenares de viviendas. Luego, una vez presentado el nuevo emplazamiento que quería el Ayuntamiento para el proyecto fantasma, la Junta en boca del consejero de Industria y Sociedad de la Información, José Manuel Díaz-Salazar, amenazó con que la Junta no financiaría las obras de mantenerse esa ubicación y no la de los terrenos de Renfe, lo que provocó un paso atrás de Pulido que lo sitúa de nuevo en este lugar y pide colaboración a la Junta para desarrollar el convenio urbanístico con el Gestor de infraestructuras que afecta al antes PERI 9, ahora APR-11-01. Sin embargo, el 28 de abril pasado, a la vez que anunciaban el nuevo emplazamiento para el Nuevo Hospital, el Gobierno autónomo y la Diputación, Barreda y Ávila, cambian otra vez de planes, y el proyecto fantasmagórico y sin dotación presupuestaria durante 25 años de promesa, de Palacio de Congresos de la Ciudad de Cuenca, se lo vuelven a llevar al lugar planteado en aquellas elecciones de 2003, o sea, de nuevo al Terminillo. Pero no termina ahí la cosa, pues en declaraciones de hace unas semanas, el delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Valiente, lo vuelve a situar, eso sí, con una verborrea cargada de cierta ambigüedad, otra vez en los famosos terrenos de Renfe. Y no piensen que ahí se termina todo; el presidente de la Diputación, Juan Ávila, en el protocolo de cesión de los terrenos del Terminillo a la Junta, volvió a instalarlo otra vez en ese lugar, es decir, en El Terminillo.

Si al final de toda esta trama en el juego de emplazamientos, todavía son capaces de seguirle el hilo y de intuir dónde anda ahora el proyecto añejo del Palacio de Congresos y Exposiciones de Cuenca; no se dejen llevar por algún grado de optimismo únicamente debido a su propia capacidad de concentración; no, no se confíen, pues lo realmente importante es que en los Presupuestos Generales de Castilla la Mancha no se destina ni un solo euro para empezarlo; ni para esta anualidad ni, de momento, en las previsiones de la propia ley para 2009 y, por tanto, nada de nada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendes de turismo de hidrologia, de dinamica de fluidos... menos saber escribir (aun siendo maestro nacional...).de contructores...
Lo que se ha perdido en este pais so tontuno y cansino.

Anónimo dijo...

tontuno....
prevaricador...
chorizo...
y encima mandas a tu mujer a la Tribuna a pedir trabajo de periodista...
Tontuno.

independiente dijo...

sin palabras