Ávila se ofrece otra vez, como con el Nuevo Hospital o el Palacio de Congresos, para gestionar una cesión en El Terminillo para un proyecto importante

Hoy en Cuenca, tras la firma del Convenio


OPINIÓN.- Nos parece una buena noticia que se intente ubicar en Cuenca el Instituto del Conocimiento, la Digitalización y el Emprendedor Audiovisual de España; de igual manera, nos congratulamos de la labor política que está llevando a cabo el presidente de la Diputación, Juan Ávila, en los últimos meses, sobre todo por su actuación con respecto al desbloqueo de la situación en la que se encontraba el proyecto del Nuevo Hospital, y su gestión en la cesión de los terrenos de “El Terminillo”, para este fin; sin embargo, la intervención de la Junta de Comunidades en la foto del convenio firmado por el presidente de la Diputación de Cuenca, Juan Ávila, y el presidente de EGEDA, Enrique Cerezo, sin ninguna propuesta concreta para que se haga realidad, sobre todo en forma de dinero “contante y sonante”, como sucede con la totalidad de convenios que está firmando en otros sitios, de momento no llega mucho más allá que al lanzamiento de fuegos de artificio para dejarse notar en lo que de cumplirse, sería bueno para los conquenses.

Si el Gobierno de Castilla la Mancha tuviese de verdad intención de que Cuenca se convierta en un lugar importante dentro del mundo audiovisual en España y Castilla la Mancha, hubiera apostado por Cuenca para situar la Filmoteca Autonómica, pero sin embargo optó por Albacete. Si de verdad la Junta quisiera que el convenio firmado hoy fuera pronto una realidad palpable en nuestra ciudad, no tendría en un cuartucho abandonado e inactivo, dentro del Campus, el Instituto de Comunicación Audiovisual “Pedro Almodóvar”.

La promesa de la Junta -aplaudida y creída a pies juntillas por nuestros gobernantes locales- era convertir a Cuenca en capital autonómica de la comunicación audiovisual, un verdadero lugar de referencia. Otro paso más en esa excusa falsa ante nuestro subdesarrollo industrial de que a nosotros nos corresponde ser la capitalidad cultural de la región.

Es cierto que nos corresponde y que, en cierto modo, lo somos pero sólo por la tradición, el paisaje y las iniciativas de la sociedad civil porque las inversiones de la Junta van en sentido contrario. El ejemplo más paradigmático es la marginación a la hora de implantar carreras universitarias. Somos la capital de provincia del territorio UCLM con menor número de titulaciones. ¿Ciudad cultural sin ser ciudad universitaria? Difícil, la verdad.

El centro "Pedro Almodóvar", que se creó en la universidad, está prácticamente inactivo desde hace años y el anunciado y ambicioso máster sobre el tema no se puso nunca en marcha. Con lo de centro de "comunicación audiovisual" del convenio de hoy, puede que vaya a ocurrir algo parecido.

Se ha hecho una nueva ampliación de titulaciones universitarias, y de las carreras de C.Audiovisual, Publicidad, o Arte Dramático, nada de nada; y si se incluyen en el catálogo de la UCLM, acabarán yendo a otro sitio; y ya veremos cuánto tarda en implantarse Periodismo, o qué va a pasar con Telecomunicaciones.

Pero el colmo lo fue que la Filmoteca de Castilla-La Mancha no se implantó tampoco en Cuenca, sino en Albacete. Por eso aunque aparece el consejero y ha mostrado el apoyo del Gobierno del presidente Barreda a la firma de un convenio de colaboración entre el presidente de la Diputación de Cuenca, Juan Ávila, y el presidente de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), Enrique Cerezo, para la puesta en marcha del proyecto Cuenca ICDEA, Instituto del Conocimiento, la Digitalización y del Emprendedor Audiovisual de España; más que una intención verdadera, nos parece, mientras no nos demuestren lo contrario, un afán de notoriedad para mostrarse en la imagen.

La Junta no pone nada, y eso es más de lo mismo; pero Juan Ávila se ofrece otra vez, como con el Nuevo Hospital o el Palacio de Congresos, para gestionar de nuevo una cesión de suelo en El Terminillo para un proyecto importante, y eso es una nueva forma de hacer las cosas bien, en una institución, la Diputación, a la que sus presidentes anteriores para nada nos tenían acostumbrados; y de eso nos felicitamos.