El Tiempo en Cuenca

sábado, 12 de julio de 2008

La manía de imitar las peores políticas de Cenzano, parece que es algo que no se pueden aguantar algunos de los concejales del Partido Popular

Miguel Ángel Monserrat, concejal de movilidad

Tiene razón el presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo, Sinesio Barquín; es una barbaridad cortar el tráfico a la Plaza Mayor los fines de semana durante la temporada alta del turismo en Cuenca, sin haber hecho absolutamente nada por mejorar la accesibilidad al casco antiguo. Lo único que se consigue con eso, es aislar esa zona de la ciudad.

Y es que la manía de imitar las políticas de Cenzano, parece que es algo que no se pueden aguantar algunos de los concejales del Partido Popular en esta legislatura. Por mucho que sea en ocasiones para algo bueno, o incluso a veces por esnobismo, las cosas no se pueden hacer porque sí, sin meditar previamente las consecuencias para hacerlo bien. Y eso es lo que le está pasando ya también a este Equipo de Gobierno Municipal, con ese afán imitador que tienen algunos de las peores políticas de sus predecesores.

Es como cada vez que le da al concejal de movilidad, por cortar Carretería a tontas y a locas, cuando los comercios están cerrados y por allí no pasa ni un alma, dando la imagen de una calle fantasmagórica, solitaria, desolada y fea; y eso lo hace para qué. ¿Por que está de moda cortar calles del centro de las ciudades al tráfico rodado por eso de la peatonalización? ¿Por qué no lo hace en los momentos de máxima actividad de la ciudad, porque sabe que sería el caos?

Sinesio Barquín dice que cortar el trafico al Casco Antiguo de la ciudad, es una barbaridad, y que es algo que se hizo ya con la anterior Corporación y que no duró ni semana y media; y es verdad. Y si eso fue así es precisamente porque cortar a palo seco, sin ninguna medida para facilitar un acceso cómodo y eficaz de las personas hasta allí, supone, sin lugar a dudas, que la gente no vaya y elija otros lugares. Lo de buscar la posibilidad de habilitar un pequeño autobús y ver si la empresa concesionaria pone a disposición algún conductor, que dijo el otro día el Alcalde, es rácano y a todas luces insuficiente; es más, eso ya lo hizo también Cenzano y salió mal.

No se puede entender que ahora el Ayuntamiento pretenda juntarse el lunes con las partes afectadas para procurar perjudicarlas menos, cuando su obligación no es paliar las consecuencias de sus decisiones, sino que éstas estén bien pensadas y que sean beneficiosas. En esto nos encontramos de nuevo la manera que tenía de actuar el anterior Alcalde, que era muchas veces empezar la casa por el tejado; primero hacer las cosas a tontas y a locas, y luego, aun siendo previsible lo peor, a ver qué pasa y si llega el Ángel de la Guarda y echa una mano.

Los negocios de los bares y comercios de la parte alta de Cuenca se van a ver mermados con esta medida tomada así, al tuntún; porque se va a reducir considerablemente el número de visitantes al no encontrar un medio ágil, confortable y adecuado que los lleve; y un sistema de autobuses como el de Cuenca, no lo es.

Si se hacen los ascensores, háganse de la mejor manera, y además que no sea esta la única medida; y entonces, con un buen aparcamiento abajo, pues ya será distinto y el momento de plantearse si se puede cortar el tráfico rodado. Mientras tanto, no.

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