El consejero aragonés, Javier Velasco, revisa algunos planos junto al consejero valenciano Mario Flo
Foto:DIARIO DE TERUEL
LA OPINIÓN.- Habrá movilizaciones para evitar el engaño; no es de recibo que se pretenda presentar como un proyecto nuevo lo que son modificaciones a una parte del trazado. Ni es creíble el informe desfavorable del Ministerio de Medio Ambiente, ni tampoco lo que nos dicen ahora con respecto a la alternativa de la Autovía Teruel-Cuenca.
Si fuera cierto que los gobiernos de España y las Comunidades Autónomas de Castilla la Mancha, Aragón y Valencia, tuvieran la intención de acometer la Autovía solucionando los supuestos problemas con la mayor celeridad, no se nos presentarían estas soluciones como un nuevo proyecto del que está por hacer desde el principio toda la tramitación, sino que se licitarían las obras de aquellas partes que no se cuestionan, ni por el informe, ni por ellos mismos, ya que el secretario de Estado de Planificación, Víctor Morlán, que es el mayor detractor de esta infraestructura, hoy, tras la reunión en Madrid con los presidentes, ha declarado que esta alternativa mantiene un trazado idéntico desde Cuenca hasta la zona de Cañete, introduciendo algunas modificaciones a partir de ahí, en su parte central, y de nuevo recuperando el trazo original a partir de Ademuz.
¿Por qué contemplar todo el recorrido en su conjunto, en lugar de fragmentarlo en tres; de un lado lo que no tiene inconveniencias medioambientales, y de otro lo que sí, para que se puedan iniciar las obras de aquello que no se tiene que replantear, mientras se estudia y se sigue la tramitación de lo que sí?
No era creíble la conclusión del informe medioambiental emitido por el Gobierno de Zapatero, ya que para emitir una conclusión negativa sin más alternativas ni soluciones técnicas, no era necesario emplear cinco años y siete meses de estudio, por más que hoy haya dicho Morlán que la autovía Teruel-Cuenca es "un compromiso del presidente del Gobierno y forma parte de un eje que nos conecta por el sur de Madrid, el este y el oeste de España", y que “la voluntad del Gobierno es acelerar todo el proceso” y haya recordado que "tenemos la ventaja de que disponemos de mucha documentación para seguir avanzando". No, eso no es más que palabrería de la barata, porque lo único que demostraría la intención del Gobierno por llevar a cabo esta Autovía, y por tanto de que fueran ciertas sus palabras, sería licitar y adjudicar las obras de esos más de 80 km que nadie discute coincidentes con esa alternativa.
El planteamiento de un trazado alternativo para esta autovía, después del impacto ambiental negativo del Ministerio de Medio Ambiente, es una un engaño para retrasar esta obra; y eso lo llevamos diciendo en Independientes por Cuenca desde que surgiera el manifiesto que editó la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha en ese sentido, y cuya firma desaconsejamos en todo momento.
El Ministerio de Fomento debe poner las medidas técnicas necesarias para salvar los problemas de tipo medioambiental, como se hace con otras infraestructuras semejantes, y que se dejen de monsergas como realizar nuevos estudios para buscar un trazado alternativo en su conjunto al actual.
No es cierto que no existan soluciones para adaptar el tramo que se cuestiona medioambientalmente; sino que la negativa del Gobierno del Psoe a hacer la Autovía Cuenca-Teruel, es el final de una estrategia que comenzó incluso antes de que este partido accediera al Gobierno de España, y que tuvo sus inicios con la propuesta de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha de hacer la Autovía de la Alcarria, y que prácticamente se sentenció con el desdoblamiento de la N-211 y el anuncio de la Transmanchega.
No es un problema que venga por una enorme dificultad medioambiental de unir Cuenca con Teruel mediante una Autovía, pues eso hace muchos años que nos lo hubieran espetado; no es eso ni mucho menos. Se trata de la mala política que favorece a unos, mientras perjudica a los de siempre. Es más, nos da la impresión que el proceso que ha seguido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, para que después de 5 años y 7 meses de disimulo concluya de forma desfavorable, lo que lo hace poco creíble, más bien parece responder a una decisión de tinte exclusivamente político, que basado en los parámetros que se siguen siempre para dictaminar en este tipo de proyectos.
Si la voluntad por parte de todos fuera realmente decidida, estaría cuestionándose solamente el tramo concreto que se ve afectado por la declaración ambiental negativa, y no nos hablarían de repetir el proceso completo del proyecto de la Autovía. Es más, exigirían al Gobierno de España que se licitaran los proyectos constructivos y, de una vez por todas, las obras del resto de los tramos que no entran en contradicción en el informe que emitió el mes pasado el Ministerio de Medio Ambiente.
Que se liciten los tramos de la Autovía que no ofrecen dudas, como el Cuenca-Cañete; y que se negocien las soluciones para los que sí que pueden presentar problemas; si es que es cierto que realmente éstos son tan graves como expone el Gobierno de Zapatero a través de Medio Ambiente en un informe de apenas 11 folios, para lo que ha “necesitado” 5 años y 7 meses de estudios, que nosotros pensamos que no, pues nos creemos más al geólogo que realizó el informe de geología y geotecnia del estudio informativo, Juan Aparicio, que en un escrito remitido recientemente expresa que la A-40 en el tramo que une las ciudades de Cuenca y Teruel, es compatible con el Medio Ambiente.
Si fuera cierto que los gobiernos de España y las Comunidades Autónomas de Castilla la Mancha, Aragón y Valencia, tuvieran la intención de acometer la Autovía solucionando los supuestos problemas con la mayor celeridad, no se nos presentarían estas soluciones como un nuevo proyecto del que está por hacer desde el principio toda la tramitación, sino que se licitarían las obras de aquellas partes que no se cuestionan, ni por el informe, ni por ellos mismos, ya que el secretario de Estado de Planificación, Víctor Morlán, que es el mayor detractor de esta infraestructura, hoy, tras la reunión en Madrid con los presidentes, ha declarado que esta alternativa mantiene un trazado idéntico desde Cuenca hasta la zona de Cañete, introduciendo algunas modificaciones a partir de ahí, en su parte central, y de nuevo recuperando el trazo original a partir de Ademuz.
¿Por qué contemplar todo el recorrido en su conjunto, en lugar de fragmentarlo en tres; de un lado lo que no tiene inconveniencias medioambientales, y de otro lo que sí, para que se puedan iniciar las obras de aquello que no se tiene que replantear, mientras se estudia y se sigue la tramitación de lo que sí?
No era creíble la conclusión del informe medioambiental emitido por el Gobierno de Zapatero, ya que para emitir una conclusión negativa sin más alternativas ni soluciones técnicas, no era necesario emplear cinco años y siete meses de estudio, por más que hoy haya dicho Morlán que la autovía Teruel-Cuenca es "un compromiso del presidente del Gobierno y forma parte de un eje que nos conecta por el sur de Madrid, el este y el oeste de España", y que “la voluntad del Gobierno es acelerar todo el proceso” y haya recordado que "tenemos la ventaja de que disponemos de mucha documentación para seguir avanzando". No, eso no es más que palabrería de la barata, porque lo único que demostraría la intención del Gobierno por llevar a cabo esta Autovía, y por tanto de que fueran ciertas sus palabras, sería licitar y adjudicar las obras de esos más de 80 km que nadie discute coincidentes con esa alternativa.
El planteamiento de un trazado alternativo para esta autovía, después del impacto ambiental negativo del Ministerio de Medio Ambiente, es una un engaño para retrasar esta obra; y eso lo llevamos diciendo en Independientes por Cuenca desde que surgiera el manifiesto que editó la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha en ese sentido, y cuya firma desaconsejamos en todo momento.
El Ministerio de Fomento debe poner las medidas técnicas necesarias para salvar los problemas de tipo medioambiental, como se hace con otras infraestructuras semejantes, y que se dejen de monsergas como realizar nuevos estudios para buscar un trazado alternativo en su conjunto al actual.
No es cierto que no existan soluciones para adaptar el tramo que se cuestiona medioambientalmente; sino que la negativa del Gobierno del Psoe a hacer la Autovía Cuenca-Teruel, es el final de una estrategia que comenzó incluso antes de que este partido accediera al Gobierno de España, y que tuvo sus inicios con la propuesta de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha de hacer la Autovía de la Alcarria, y que prácticamente se sentenció con el desdoblamiento de la N-211 y el anuncio de la Transmanchega.
No es un problema que venga por una enorme dificultad medioambiental de unir Cuenca con Teruel mediante una Autovía, pues eso hace muchos años que nos lo hubieran espetado; no es eso ni mucho menos. Se trata de la mala política que favorece a unos, mientras perjudica a los de siempre. Es más, nos da la impresión que el proceso que ha seguido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, para que después de 5 años y 7 meses de disimulo concluya de forma desfavorable, lo que lo hace poco creíble, más bien parece responder a una decisión de tinte exclusivamente político, que basado en los parámetros que se siguen siempre para dictaminar en este tipo de proyectos.
Si la voluntad por parte de todos fuera realmente decidida, estaría cuestionándose solamente el tramo concreto que se ve afectado por la declaración ambiental negativa, y no nos hablarían de repetir el proceso completo del proyecto de la Autovía. Es más, exigirían al Gobierno de España que se licitaran los proyectos constructivos y, de una vez por todas, las obras del resto de los tramos que no entran en contradicción en el informe que emitió el mes pasado el Ministerio de Medio Ambiente.
Que se liciten los tramos de la Autovía que no ofrecen dudas, como el Cuenca-Cañete; y que se negocien las soluciones para los que sí que pueden presentar problemas; si es que es cierto que realmente éstos son tan graves como expone el Gobierno de Zapatero a través de Medio Ambiente en un informe de apenas 11 folios, para lo que ha “necesitado” 5 años y 7 meses de estudios, que nosotros pensamos que no, pues nos creemos más al geólogo que realizó el informe de geología y geotecnia del estudio informativo, Juan Aparicio, que en un escrito remitido recientemente expresa que la A-40 en el tramo que une las ciudades de Cuenca y Teruel, es compatible con el Medio Ambiente.
1 comentario:
Cuenca y Teruel comienzan los tramites para la segregación de sus respectivas Autonomías.
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