LA OPINIÓN.- Es absolutamente falso que las administraciones central, autonómica y local alcanzaran algún acuerdo oficial, como indica EFE al comentar la noticia que destacamos, sobre la ubicación de la Estación del AVE en Cuenca; y eso se demuestra con los certificados expedidos por la Subdelegación del Gobierno de Cuenca, por la Diputación Provincial y por lo que nos dijo al respecto el Delegado de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, Ángel Valiente.
De haber existido el acuerdo, no nos cabe la menor duda de que se habría llevado a cabo la escenificación del mismo delante de la prensa y todos los periódicos locales servirían de fieles testigos a quienes quieren alterar la realidad.
Si lo oficioso, los apretones de manos fuera de las instituciones, suplanta a los acuerdos firmados en documentos públicos, se le está otorgando el beneplácito a un estado al margen del Derecho Constitucional y Democrático. Y eso es lo que se pretende al asegurar que el Gobierno de España, la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Cuenca llegaron a un acuerdo sin disponer de algún documento que lo avale, habiéndose hecho públicos por nuestra parte los que afirman lo contrario.
La Plataforma AVE Dentro va a recurrir ante la Audiencia Nacional la publicación en el BOE, en próximas fechas, del Proyecto Básico de la misma; y eso nos parece adecuado, si bien todo lo que rodea este asunto seguramente debería ser objeto de investigación por parte de los órganos jurídicos del Estado.
Desde un primer momento, Independientes por Cuenca ha hecho un seguimiento escrupuloso a un proceso, el que sitúa un Apeadero para el Tren de Alta Velocidad en el Paraje de La Estrella, a casi 6 km de la ciudad, que no solamente está teñido con tonos negruzcos, sino que además está cargado de falsedades que hemos ido relatando a la opinión pública conforme ha ido dando frutos el acopio por nuestra parte de pruebas que han ratificado nuestros temores.
No existe ningún acuerdo firmado en el momento actual sobre la ubicación de la Estación del AVE; y ese es un paso administrativo indispensable para la validez definitiva de lo que se haga al respecto. Por ello, dado que las competencias le vienen delegadas al Ayuntamiento por el pto. 3 del Acuerdo de Murcia de 8 de enero de 2001, el Alcalde está en su legítimo derecho de someter a Pleno para su aprobación el acuerdo sobre una consulta pública en este sentido; y es lo que hará.
"Por el momento no sabemos nada. ADIF todavía no ha aprobado el convenio. Sabemos que ha habido una especie de reestructuración...El Palacio de Congresos iría en uno de los suelos del polígono de RENFE y que estará cerca de la Estación que se construirá en las inmediaciones de la Ronda Suroeste entre las Quinientas y Villa Luz, cerca del Palacio de Congresos"; éstas palabras las pronunció el anterior alcalde, Martínez Cenzano, a finales de marzo de 2006.
Son muchas las pruebas de que la ministra de Fomento no dijo la verdad en su visita a Naharros el pasado 19 de junio, cuando declaró que "la estación estará en el mismo sitio donde se acordó en 2002 por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, por el Ayuntamiento de Cuenca y por el Ministerio de Fomento", y lo dicho por Cenzano en marzo de 2006, es decir, 4 años después del inexistente acuerdo al que se refirió la ministra, es solamente una prueba más.
Si hubiera habido un acuerdo oficial en 2002, que sabemos que no, ¿cómo iba a decir Cenzano que se construiría la Estación en las inmediaciones de la Ronda Suroeste entre las Quinientas y Villa Luz, próxima al lugar donde iría ubicado el Palacio de Congresos, dentro uno de los polígonos de Renfe? No tiene sentido, ¿verdad?
Y es que una vez más nos sirve de ejemplo el refranero español por aquello de que “antes se coge a un mentiroso que a un cojo”, y Magdalena Álvarez, está claro que o bien habló desconociendo la verdad o lo hizo mintiendo.
Si lo dicho por la ministra hubiera sido cierto, ¿por qué el 9 de febrero de 2004, Cenzano y Cordente dieron una rueda de prensa conjunta en la que anunciaron un supuesto acuerdo al que se llegó según ellos en una presunta reunión de la Comisión de seguimiento para la ubicación de la estación celebrada tres días antes, el 6 de febrero de 2004, consistente en situar la estación en La Estrella; y no en 2002 como dijo Magdalena Álvarez? No hubiera hecho falta volver a acordar lo ya acordado dos años antes según la fecha señalada por la ministra; y mucho menos inventarse aquella reunión, porque no existió según los certificados que obran en nuestro poder de la propia Secretaría de Estado de Fomento, y de la Secretaría del Ayuntamiento de Cuenca, en los que se dice que en esa fecha no consta reunión alguna de la Comisión de Seguimiento para la Ubicación de la Estación de Cuenca.
Magdalena Álvarez se refirió a lo tratado en la mal llamada Mesa del Pacto por Cuenca, que no tiene carácter oficial, sino meramente de opinión, en la que en torno a esa coordinadora extinta ideada por Cenzano para auspiciar de una forma engañosa su política, se aglutinaban diversos colectivos de la ciudad; pero es que encima tenemos certificados de las Administraciones que participaron en aquel Pacto por Cuenca, en los que se dice que no consta acuerdo alguno, tampoco en esa entidad, sobre la ubicación de la Estación del AVE..
En la reunión de la Mesa del Pacto por Cuenca del 12 de julio de 2002, no figuraba en la convocatoria dentro del orden del día el tema de la ubicación de la estación del AVE. Se debatió a propuesta del entonces Alcalde, que ocultó la propuesta oficial del estudio informativo de ubicar la estación en los actuales terrenos ferroviarios. Y encima no existe acta aprobada de esa reunión, y nada más se supo de la Mesa de El Pacto por Cuenca, aquella fue la última vez que se juntó.
El entonces Alcalde de Cuenca, utilizando esta ambigüedad convocó a la Mesa del Pacto, con la finalidad de emitir un documento con la decisión unánime de situar la estación alejada por impedimentos técnicos. Como se sabe disponía de dos informes contradictorios y del Estudio Informativo del Ministerio de Fomento. Este último, que recogía la opción del Estado para la Estación Central Intermodal, ni lo mencionó, pero sí dijo que la Estación en el Centro mantendría la barrera urbanística de las vías y por tanto la ciudad dividida.
Sin embargo Cenzano ocultó en aquella reunión, además del anterior, el documento oficial del ingeniero D. Vicente Belinchón, que complementa el estudio informativo, con la viabilidad para soterrar las vías con una inversión de 8.000 millones de pesetas asumibles por las Instituciones más las plusvalías. En cambio, y aquí está la parte más delicada en cuanto a su presunta ilegalidad, el único informe que mostró a los componentes de la Mesa fue el firmado por D. Gonzalo Igualada que era favorable a sus intereses, pero basado en datos falsos, como situar la Estación actual a 5 metros de altura de variación con su cota real, lo que motivaría así la construcción de túneles kilométricos, con costes multimillonarios.
Gonzalo Igualada además de ser Ingeniero Municipal y responsable de la Sección Técnica de planeamiento urbanístico, es propietario de la empresa constructora DALPA, que está asociada con otras cuatro a DAVECON, y que tiene anunciada una promoción de cientos de viviendas en el entorno del paraje de La Estrella, donde pretenden situar el Apeadero.
¿Por qué no se toma un acuerdo dentro de una institución perteneciente al ámbito oficial, como sería el Pleno Municipal o la propia Comisión de Seguimiento?, pues tal vez para evitar introducir ese controvertido informe de Igualada dentro del ámbito de lo público, que podría haber llevado a Cenzano de esa forma, entre otros, a una situación legalmente comprometida.
De esta forma, un organismo consultivo, no oficial y no vinculante, formado por parte de organizaciones representantes de la sociedad, se convertía en cómplice, con una decisión sesgada y basada en el ocultamiento de documentos decisivos que hubieran cambiado el acuerdo final, que evidentemente no era ni oficial ni vinculante.
El Ministerio de Fomento delegó las competencias sobre la ubicación de las Estaciones del AVE de la línea Madrid-Levante en los ayuntamientos; y eso lo debe tener claro la ciudadanía de Cuenca. Y tampoco es tarde ni retrasaría nada; en primer lugar, porque algo tan importante para Cuenca no se puede despachar con una falsedad, sin que funcione el sistema de derecho que estipulan las leyes; y en segundo lugar, porque aún sabiendo que las obras de soterramiento llevarían algún tiempo más que el previsto para la puesta en funcionamiento del AVE, que ya veremos, el Apeadero de la Estrella puede ser una solución provisional, pero de ninguna manera, debería ser definitiva.
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