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viernes, 20 de marzo de 2009

No se debe peatonalizar el centro de Cuenca sin crear nuevas vías radiales y perimetrales y nuevos aparcamientos en la zona



LA OPINIÓN.- No se debe peatonalizar el centro de Cuenca sin crear nuevas vías radiales y perimetrales y nuevos aparcamientos en la zona, ya que limitarse a cortar el tráfico sin más, podría llevar al abandono por parte de los residentes, al quedar muy limitadas las condiciones de accesibilidad a sus domicilios, y el comercio quedarse aislado demasiado lejos de los flujos de tráfico, lo que podría influir además negativamente en la percepción psicológica que tendría la población sobre todo ese espacio.

Al comienzo de la legislatura el Alcalde de Cuenca, Francisco Pulido, declaraba: “cuando estaban nuestros compañeros del Partido Popular en la oposición, ya dijimos que era un proyecto que no nos ilusionaba, porque intuíamos que no tenía una viabilidad clara, donde no se acababa de hacer una peatonalización al 100%, y estamos trabajando para subsanar esos detalles que no nos gustaban”. El pasado 27 de mayo de 2008 repitió esas declaraciones y tenía razón, porque o se peatonaliza, o no. Que no nos conviertan también esto en una de sus verdades "a medias". Además reconoció por primera vez que entre los inconvenientes de esa posible peatonalización se encuentra el abundante tráfico de esa parte de la ciudad y la falta de aparcamiento.

También el concejal de Tráfico comentaba que iba a tener una reunión con algún interesado en el edificio del mercado y en la posibilidad de ampliar el aparcamiento de la Plaza de España. “Estamos trabajando en ello, hemos tenido contacto no con una, sino con varias empresas interesadas en ese proyecto”, aseguraba el alcalde de Cuenca el 27 de mayo que es condición indispensable para poner en marcha el proyecto de peatonalización solucionar los problemas de tráfico y aparcamiento.

Pero parece que el Ayuntamiento está reculando también en esto en su intención de hacer algo importante ya que, sin embargo, nada de esto se ha hecho; de una parte el edificio del mercado va a ser otro, pero con idénticas funciones, por tanto eso de que una empresa corra con parte de los gastos de la urbanización que requiere peatonalizar en condiciones, por ahí parece que no hay nada, ya veremos qué pasa con el solar que dejará el edificio de sindicatos; y de otra parte, se siguen haciendo pruebas en el sentido de cortar la calle sin más. Y las palabras más recientes del concejal de Movilidad no nos llevan al optimismo de que se vaya a llevar a cabo la peatonalización con la ambición que se requiere.

No solamente se trata de peatonalizar a secas, o de semi-peatonalizar como últimamente pretendía Cenzano; sino de llevar a cabo un importante proyecto que afecte a una gran parte del centro urbano, y que garantice los flujos de tráfico hacia allí, para que no empeore la relación con el resto de las zonas de Cuenca, y el riesgo de dejar este espacio aislado. Y eso solamente se consigue con una obra de ingeniería.

Independientes por Cuenca fue el primer Partido en entender la cuestión de la peatonalización de carretería con una visión mucho más amplia. En Cuenca estamos acostumbrados a lo pequeño, a soluciones de las de andar por casa; de esas que pronto se convierten en nuevos problemas.

Hace meses el presidente de la Cámara de Comercio, Agustín Tello, abogaba por primera vez por que se lleve a cabo la peatonalización de Carretería, no de un modo parcial, como preveía el anterior equipo de Gobierno Municipal, sino de forma que impida la circulación de todo tipo de vehículos, incluido el transporte público.

Eso sí, para ello el presidente de la Cámara se mostró partidario de construir unos túneles por debajo de Carretería que permitan circular a los vehículos por esta zona de la ciudad; que es nuestra propuesta programática.

A su entender, estos túneles podrían tener sus entradas en zonas la Avenida de Castilla-La Mancha, Calderón de la Barca y el parque de San Julián, espacio este último donde se mostró partidario de construir un aparcamiento subterráneo. Aquí nostros disentimos, porque un parque emblemático no se puede someter al castigo de este tipo de obras.

“Creo que Carretería hay que peatonalizarla pero no de cualquier manera, sino haciendo un proyecto que, aunque suponga un presupuesto muy alto, sea definitivo”, señaló.

En este sentido, insistió en que «no es suficiente con que se hagan las aceras más anchas y se deje pasar a unos vehículos y a otros no, sino que la calle entera tiene que cerrarse al tráfico».

Lo de construir un túnel subterráneo no es en su opinión ninguna utopía, sobre todo “después de lo que se ha visto en otras ciudades, donde con los avances técnicos que hay se puede conseguir prácticamente cualquier cosa, hasta que los ríos pasen por encima de los túneles”

Hace ya casi dos años, en la pasada campaña para las Elecciones Locales, la candidatura de Independientes por Cuenca mantuvo una reunión con el presidente de la Cámara de Comercio, Agustín Tello, y miembros de su Junta Directiva, en la que le expusimos, entre otros muchos, nuestro proyecto para la peatonalización de Carretería.

Nosotros le dijimos que tal y como lo concebía Cenzano, y el estudio que había encargado el Ayuntamiento, la semi-peatonalización que se planteaba iba a perjudicar al comercio, y en general a todo el centro de Cuenca.

Le expusimos que es lógico, y así lo hemos expresado siempre desde Independientes por Cuenca, que la cuestión de la peatonalización de carretería, supone mucho más que cortar unas cuantas calles para el tráfico privado, y hacer algún aparcamiento a las afueras de la ciudad.

Con el proyecto de Martínez Cenzano ni se hacía una peatonalización

Nosotros siempre hemos hablado de la necesidad de tratar el problema del tráfico desde una doble vertiente; los flujos del mismo y el aparcamiento.

Le dijimos que el anterior Alcalde, perdió una magnífica oportunidad la penúltima vez que tuvo en obras la Plaza de España, pues en ese momento se terminaba el contrato con la empresa adjudicataria del parking,, y hubiera sido un buen momento para llevar a cabo una ampliación más que considerable del mismo. Sin embargo, después de muchos meses de obras, no solamente no se aumentaron las plazas, sino que además se perdieron dos, Ni siquiera se resolvió el problema de filtraciones de agua de la fuente que quedó mutilada.

Le manifestamos al presidente de la Cámara, que lo conveniente, si verdaderamente se pretende activar la actividad comercial del centro urbano, y proteger las necesidades de los vecinos, garantizar del orden de unas 1000 plazas más de garaje, Y, para que eso sea posible es necesario afrontar decisiones con valentía. Es evidente que el espacio de la Plaza de España no da para tanto; pero sí que allí se podría llegar a superar las 400, más teniendo en cuenta la situación de deterioro del Mercado Municipal de Abastos, que puede ser sustituido por ampliar su funcionalidad. De otro lado, tendríamos que analizar la posibilidad de habilitar otra infraestructura más de estas características, en la zona de la Plaza de la Hispanidad y los jardines de la Diputación.

Continuamos exponiéndole, por otra parte, que si no se tiene en cuenta que el centro urbano necesita ser accesible para el tráfico; es más, si a éste le ponemos trabas para llegar desde el resto de la ciudad, se nos puede quedar como una gran isla en mitad de Cuenca. No se trata sólo del aparcamiento, que sí también es importante, sino además de la existencia de ejes radiales que conecten el resto de la ciudad con el centro, se deben mantener y potenciar las relaciones con el resto de Cuenca, y no al contrario; mientras no se tenga una actitud decidida para hacer una vía de tráfico alternativa a Carretería, nada.

No se puede dejar el centro de Cuenca aislado, por bonito y agradable que resulte tenerlo peatonal. Y para eso se necesitan decisiones valientes por parte del Alcalde de Cuenca. Hay que hacer una obra que seguramente resulte costosa y molesta; pero si de verdad se tiene la intención de eliminar el tráfico del centro, no queda más remedio. A menos que no importe que esta zona de la ciudad quede desconectada del resto, y eso suponga el efecto contrario del que se desea.

Debemos considerar, que para que una amplia zona de Cuenca se mantenga viva y no se abandone, es necesario no poner impedimentos ni a los residentes, ni a los visitantes del resto de la ciudad; y, hoy por hoy, por mucho que nos empeñemos, la gente se desplaza en sus vehículos, por lo que no se puede dejar el tráfico demasiado lejos.

Y todo eso no quiere decir, que necesariamente el tráfico deba continuar inundando la calle, puede estar soterrado, como se ha hecho y se continúa haciendo en muchas ciudades que se adopta esta medida. Si va en serio lo de peatonalizar carretería, no se puede tener demasiado en serio un proyecto de tres cuartos, que lo único que hace es poner bolardos para seleccionar un tráfico, que en todo caso se trataría de una peatonalización a medias. Un proyecto raquítico fruto del eterno complejo con el que se realizan aquí las cosas. Malo para los que apoyan eso de la peatonalización, y peor para los que no. Y, mientras tanto, aún peor para comerciantes y residentes.

Hace ya unos diez años que el anterior Alcalde, Martínez Cenzano, empezó a hablar del siempre inminente desarrollo del proyecto de peatonalización de carretería y algunas calles aledañas.

Algunos comerciantes de la mencionada calle se ilusionaron, y vieron en esta idea la posibilidad de encontrar, en cierta medida, la revitalización de sus negocios ubicados en una zona que, si antes fue privilegiada, en la actualidad se ve desplazada por los centros comerciales que se encuentran "a las afueras" de la ciudad.

Es cierto que está bien poder recorrer la calle "a pie", de escaparate en escaparate, y sin el agobio y la incomodidad del tráfico; sin tener que cruzar con el inconveniente de esperar a hacerlo por los semáforos cuando "toca" a los peatones -si es que no hay algún conductor de esos que pasan por los cruces como si se tratara de un toro cuando sale por la puerta de toriles, después de haber estado enchiquerado durante horas-

Pero no es menos cierto, que ese no es el único problema que tiene el comercio en Carretería.

Por una parte, y sin tener en cuenta otros factores que afectan al comercio tradicional en general, la pérdida de una de las aceras debido a la colonización financiera. Desde el kiosco de Bonilla hasta la heladería no existen tiendas, porque todos los locales son de oficinas bancarias. Eso supone una falta de continuidad de la actividad comercial en un espacio físico demasiado amplio, que origina el mismo efecto psicológico adverso que algunas de las inconveniencias relatadas en el párrafo anterior. La actividad que realizan los bancos, salvo para la disposición de dinero en efectivo, enfría el ambiente que se debe dar para el estímulo de las compras. Más teniendo en cuenta que éstos cierran por la tarde, creándose por ello una sensación de vacío, de zona muerta y desangelada demasiado amplia. -pero esto tiene difícil solución-.














De otra parte, si nos limitamos a hacer peatonal Carretería y limítrofes, sin facilitar el acceso de las personas -que aunque parezca mentira, en el siglo XXI van en coche- incluso puede que incrementemos la situación de desahucio de la actividad.

Lo primero que es necesario, es asegurar el desplazamiento de la población hasta allí –tanto de residentes de la zona, como del resto de la ciudad-, y para eso es necesario crear nuevas y mejores vías de comunicación dentro de la ciudad -una podría ser la que quedara libre por encima del tren (y el AVE) soterrado-.

No se puede engañar, como pretendió Cenzano, diciendo que hay otras calles ya existentes por donde reconducir los flujos de tráfico, porque no es así. Ni vale la calle Colón, ni San Ignacio de Loyola, ni las del Parque de San Julián juntas -todos sabemos lo que pueden dar de sí-, por mucha rotonda que se hiciera como la del cruce de Cáritas que, por cierto, costó 550 mil euros!

Además, para ayudar al comercio del centro de Cuenca, no sería adecuado tener un tráfico que le quedara lejos, alejándose así también a las personas, sino más bien al contrario, disponer de vías que lo acercaran hasta un aparcamiento muy próximo, que debería ser subterráneo, y lo suficientemente grande, no solamente para poder aparcar, sino también poder hacerlo cómodamente hasta las proximidades del establecimiento donde se realizan las compras, como ocurre en las grandes superficies a las que se quiere hacer competencia.

El problema de la circulación no es sólo que los coches estén aparcados en la calle -mientras el hueco que se deja sea suficiente y se pueda mover tráfico en distintas direcciones-, sino también los cruces de calles y que éstas además de muy estrechas, sean angulosas. El éxito de circulación por Carretería, donde hay pocos atascos para el gran tráfico que sostiene, viene dado por su rectitud. Es una calle estrecha, pero de doble sentido y prioritaria, y en la que los vehículos discurren con pocas interrupciones.

Debe haber dos cauces de tráfico en la ciudad. Uno perimetral, para aligerar y hacer posible la circunvalación de los vehículos que no se dirijan al interior; y otro radial, para beneficiar las relaciones con el centro, y de esa forma también mejorar el movimiento comercial de esa zona, e impedir que se genere un gran lugar muerto en pleno centro de Cuenca, al quedar el tráfico demasiado lejos y ser poco accesible para vecinos y visitantes. Se podría repetir y extender a esta zona, lo que ocurrió con la Parte Alta.

Si el espacio que se quiere peatonalizar es demasiado amplio, puede que en lugar de acercar a la gente, la aleje si no se encuentran los medios para que las personas se muevan hasta allí y por allí con comodidad, sin tener que hacer largos desplazamientos a pie con sus compras.

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