El Tiempo en Cuenca

viernes, 13 de marzo de 2009

En unos días están apareciendo noticias importantes sobre las Autovías que tejen la tela de araña en la que han atrapado a la Cuenca-Teruel



LA OPINIÓN.- En dos días se han producido tres noticias por parte de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, que debemos analizarlas de forma conjunta. De una parte, ayer, se publicaba la adjudicación del Estudio Informativo del nuevo corredor, que no sabemos muy bien si se trata de una carretera convencional o de una autovía, que unirá las localidades de Cuenca y la Almarcha; de otro, hoy se adjudica también el Estudio Informativo de la Autovía Transmanchega; y, además, el consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón, anunció ayer en las Cortes de Castilla-La Mancha que la Autovía de la Alcarria obtendrá la Declaración de Impacto Ambiental positiva en el mes de abril, tal y como se lo ha confirmado la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera Rodríguez.

El día 1 de julio pasado, que fue cuando se presentó la nueva Autovía Transmanchega, desde El Cronista Independiente de Cuenca, ya dábamos nuestra opinión sobre esta cuestión y decíamos que no es solamente que no nos toque con ella ni un metro a menos de 80 km, sino que además no aporta beneficios a la ciudad de Cuenca, sino graves perjuicios. Faltaba poner la puntilla a la Autovía de Teruel, para que definitivamente se perdieran, si es que aún existía alguna, las esperanzas de que se haga; y con la nueva autovía que llamarán la Transmanchega, desde luego que la apuntillan, es la pieza del puzle que faltaba por completar; y decíamos también que así pasaba del cajón del Ministerio de Medio Ambiente en que la tienían desde el 3 de abril de 2003, directa al desolladero; como de hecho ha ocurrido con el veto de Medio Ambiente..

Debemos recordar que aquel día del mes de julio, todavía no se había emitido el dictamen desfavorable de Impacto Ambiental para la Autovía de Teruel, pero sin embargo meses después se confirmaban los malos presagios con respecto a esta Autovía que para nosotros estaba condenada a muerte desde que Bono, en el año 2002, mostrara en las Cortes Manchegas su empeño por la Autovía de la Alcarria.

Por otra parte anunciábamos nuestra preocupación porque otra promesa, la Autovía que debe unir Cuenca con la Almarcha y Ciudad Real, llevara el mismo camino que la de Teruel tras el anuncio de la Transmanchega. Sin embargo, al día siguiente, seguramente por la inquietud que surgió con motivo del anuncio que realizó el presidente Barreda con respecto a la nueva Autovía Transmanchega, y el hecho de que dijera que Cuenca y Ciudad Real estarían conectadas de esta manera, obligándose a un giro por Tarancón, forzó una aclaración por parte del mismo; según el cual, " la autovía Transmanchega no va a sustituir a la prevista por La Almarcha y ha asegurado su ejecucion". Por eso el hecho de que ayer se licitara el Estudio Informativo de la Vía que unirá Cuenca y La Almarcha entendemos que no es una casualidad. Eso sí, debemos estar atentos al Estudio, pues en las condiciones que se establecen en la licitación se habla de una carretera con una o dos calzadas en cada sentido, lo que es demasiado confuso.

También el 1 de julio, tras el anuncio de la nueva Autovía –Transmanchega-, decíamos en El Cronista que “en la reunión que mantuvo el presidente autonómico con la ministra de Fomento unos días atrás, y después de contarnos los planes de ambas instituciones para convertir la N-211 en autovía, mostramos nuestra opinión de que eso era otro golpe casi definitivo contra las opciones de que se construyera la de Teruel, y el anuncio de la nueva autovía Tarancón-Daimiel, nos lo terminaba de ratificar.

José María Barreda y Magdalena Álvarez acordaron convertir en autovía la N-211, en la provincia de Guadalajara, tal y como comprometió el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que unirá la A-2, en Guadalajara, con la A-23, en la provincia de Teruel; y que junto a la Autovía de la Alcarria, según nosotros motiva que no se quiera hacer la Cuenca-Teruel, que ni la mencionaron en aquella reunión entre la Ministra y el Presidente.

La competencia que va a establecer la nueva Autovía de la Alcarria (Guadalajara-Tarancón), inventada por Bono, y la N-211 reconvertida en Autovía que va a complementar a ésta, en perjuicio a la que iba a ser de Cuenca-Teruel, las anteriores que "baypasearán" Madrid para el tráfico procedente del norte de España que se dirija al sureste, y lo llevarán hasta Albacete, para desde allí distribuirse por el resto de la geografía, conllevará la pérdida de gran parte de los flujos de tráfico para los que se concebía la Autovía de Teruel, y esto ha supuesto el enfriamiento del proceso que se estaba siguiendo en el Ministerio de Fomento por la última, que parece haber perdido definitivamente su interés por hacerla.

Pero por si era poco, se completa el rompecabezas con la Autovía Transmanchega, y la cosa todavía empeora más la utilidad de la Cuenca Teruel, pues ésta primera supondrá también la continuación de la Autovía de la Alcarria, pero hacia Ciudad Real, con lo que el tráfico Noreste-Sur, que aún le quedaría a la de Teruel, se merma aún más con esta nueva opción.

Guadalajara tendrá conexión directa por autovía con la carretera de Andalucía A-4 a partir del año 2014, si se cumplen los planes anunciados por el presidente de la Junta, José María Barreda, sobre la construcción de una nueva carretera de titularidad regional, la Autovía Transmanchega, que partiendo de Tarancón (donde acaba la de La Alcarria), llegará hasta Puerto Lápice y Daimiel, atravesando el corazón de la "Mancha Centro".

De este modo, la capital arriacense quedará justo en el medio de una gran autovía alrededor de Madrid que unirá, por un lado, la A-1 y la A-2, entre Torrellaguna y Guadalajara; la A-2 y la A-3, entre Guadalajara y Tarancón, y finalmente la A-3 y la A-4, con la citada Transmanchega.

La nueva Autovía Tarancón-Daimiel enlazará a su vez con la autovía Tarancón-Cuenca, con la Autovía de los Viñedos, y con la autopista de peaje Ocaña-La Roda.

Con lo que encima, al perjuicio que le ocasiona con respecto a las posibilidades de la Cuenca-Teruel, debemos añadir que Cuenca pierde también las opciones de conexión directa por Autovía con las ciudades de Guadalajara y Ciudad Real, ya que se tendrá que hacer volteando siguiendo el tramo de la A-40 hasta Tarancón, y de ahí a Guadalajara siguiendo la futura Autovía de La Alcarria, o a Ciudad Real, a través de la anunciada hoy Autovía Transmanchega; con lo que la promesa de la Autovía de C. Real por La Almarcha y Alcázar de San Juan, de nuevo se torna en otra mentira.

Pero aquí todos tranquilos, porque seguro que alguna vez tendrán que terminar el último tramo para unirnos definitivamente por Autovía con Tarancón.

Todo esto lo pudieron leer ustedes en El Cronista Independiente de Cuenca el pasado 1 de julio; es decir, casi 5 meses antes de que el Gobierno de Zapatero, a través del dictamen negativo de Impacto Ambiental, vetara la Autovía Cuenca-Teruel; aunque era algo que ya nos temíamos, como manifestamos a los medios de información locales en octubre de 2002, justo al día siguiente de que Bono anunciara su intención de hacer la Autovía de la Alcarria.

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