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viernes, 16 de mayo de 2008

San Sebastián entra fuerte en la pugna por la capitalidad 2016 de la cultura, «al servicio de la consecución de la paz» como tarjeta de presentación.


OPINIÓN.- “La paz”, frente al terrorismo de ETA; esa es ya la tarjeta de presentación de San Sebastián para aspirar a la capitalidad europea de la cultura para el año 2016, ni más ni menos.

No, no se trata ya solamente de las posibilidades que tiene una ciudad en sí misma para ello como San Sebastián, con el enorme potencial por su gran actividad; con una población de 185000 habitantes, de los cuales 16500 son estudiantes universitarios, siendo también la capital cultural del país vasco.

No, no se trata solamente de una ciudad con su mezcla del estilo cosmopolita y ambiente de viejo mundo donde el olor, sabor, vista, sonido y percepción de la vida rural todavía están frescos. De una ciudad en la que la Belle Epoque aún pervive. Que posee quizá la única playa de España en la que se conjuga en perfecta sintonía la naturaleza, la cultura, la historia y la expresión plena del ser humano para intervenir en la materia de manera bella a través de la arquitectura. En la Playa de la Concha se diluye lo natural con lo artificial en perfecta simbiosis, con una armonía que hace pensar que lo uno siempre ha sido parte de lo otro; y que todo fue hecho a la vez para ser bello.

No se trata tan solo de un lugar de España y Europa donde perdura el arte que ha sido capaz de plasmar el hombre a través del tiempo; en la que el Barroco, el Gótico, el Modernismo de corte francés y aburguesado, el Vanguardismo, tienen una representación importante de la capacidad del raciocinio para manipular los elementos y conseguir el encanto.

Ni siquiera se trata del potencial de San Sebastián por sus monumentos, sus museos de prestigio internacional como el de Arte Contemporáneo, el de Fotografía, el de Bellas Artes, de San Telmo, el de Historia; ni de sus teatros, algunos de gran solera, porque lo son el Teatro Victoria Eugenia de 1912 y el Principal de 1843, ni del ya moderno Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal diseñado por Moneo, ni del Centro Internacional de Cultura Contemporánea -Tabakalera-; ni de su gastronomía, considerada por algunos de los más expertos como la capital culinaria de España, y como un auténtico rasgo de identidad porque define, incluso, una forma característica de vida cotidiana que diferencia también en el comer al donostiarra.

Ni tampoco de sus Festivales; como el Festival Internacional de Cine, que celebrará este año su quincuagésima sexta edición, y que es un referente casi necesario en el mundo del celuloide, donde la presencia de los grandes protagonistas de la gran pantalla tienen una cita anual. O el de Derechos Humanos, que se encuentra en plena expansión. O la Semana de Cine Fantástico O, cómo no, su prestigioso Festival de Jazz, creado en 1965 y actualmente uno de los principales de Europa. O el Festival Publicitario Iberoamericano El Sol, que es el más prestigioso foro de reunión del sector publicitario y de creatividad publicitaria en España.

Se le debe hacer poco al Alcalde, Odón Elorza, el aval de sus universidades: el campus de la Universidad del País Vasco, de la de Navarra, de la de Deusto; el Centro Superior de Música del País Vasco –Musikene-

No, no se trata solamente de todo eso para sacar rédito, necesitan más. El Ayuntamiento de San Sebastián no se conforma para competir con el enorme potencial de que dispone para presentar la candidatura, se le queda corto. Ni siquiera le parece suficiente pretender ser el "modelo de referencia en Europa por su proyectos sobre la Cultura”. No, nada de eso va a conformar el argumento principal para basar la candidatura; eso no les da la seguridad suficiente para intentarlo; necesitan más.

El pleno del Ayuntamiento de San Sebastián aprobó ayer, con los votos de todos los grupos políticos, la presentación de la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura en 2016 como “herramienta importante para ganar la paz"; y eso el señor Elorza sabe muy bien que es la mejor garantía; pero poner a ETA en las mentes de quien decide, para mí, personalmente, por más que diga que lo de la capitalidad europea de la cultura se trata de un instrumento para la paz, para la libertad, además de ser "todo un reto", también me parece desleal y no muy lejos del chantaje.

JL COLLADA

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