Convento de San Gil en Toledo, Sede del Parlamento de Castilla la Mancha
Hoy se han cumplido veinticinco años de la jornada electoral que iba a configurar el Parlamento de la recién creada Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha; en aquella ocasión el Psoe, que encabezaba José Bono, derrotó con 23 diputados, a una coalición formada por Alianza Popular, el Partido Popular y el Partido Liberal, que conseguía 21. Sería la primera victoria de una sucesión que aún mantiene la hegemonía socialista en la actualidad.
La denominación de Castilla la Mancha, sitúa como una categoría administrativa en la configuración del Estado, lo que es meramente una zona geográfica. Si los catalanes, vascos y gallegos tienen su principal seña de identidad en el idioma -aunque en algún caso estuviera prácticamente agotado, en desuso-, los castellano-manchegos se identifican cada vez más por la comarca que define la Autonomía. Si aquellos creen tener razones de peso para considerarse más que una región o comunidad autónoma -dicen que son una nación-, éstos piensan que por el hecho de estar en “la mancha” tienen derecho a ser comunidad autónoma, región, y luego ya veremos. Si no tienen el idioma para diferenciarse, utilizan la figura del Quijote como divisa -aunque haya que inventarse que “el caballero de la triste figura”, visitó sitios en los que ni cayó la imaginación de Cervantes, pero eso sí, son lugares de “la mancha”-. Si la historia de esta tierra nos habla siempre de Castilla, ellos se inventan que en 1493 un castellano-manchego acompañó a Colón en su segundo viaje a las Américas -lo dicen los libros de texto-, aunque aún faltaran 487 años para que surgiera “el invento” y el tal castellano-manchego fuera de Cuenca, comarca de “la sierra”.
La inclusión de la denominación de una zona geográfica en el propio nombre del “invento”, no solamente la elevó a ésta al rango de Región o de Comunidad Autónoma, y luego ya veremos; sino que además estableció una diferencia en detrimento claro de los territorios que no pertenecen a esa demarcación, al menos por concepto -si la provincia de Cuenca tiene una parte importante de mancha, su capital está en la sierra y muchos de sus pueblos en la alcarria-.
Albacete, Ciudad Real y Toledo, que son las tres provincias manchegas por definición, se han erigido en los tres vértices de la prosperidad y el poder de la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha, mientras que la alcarreña Guadalajara se queda bajo la inercia expansiva de Madrid, y Cuenca en tierra de nadie, marginada.
Conforme se han ido transfiriendo competencias del ámbito estatal, esas tres provincias han ido subiendo en la capacidad de autogobierno y gestión de los servicios públicos, así como en su potencial económico y generador de empleo reflejado en el PIB. Guadalajara, al amparo de Madrid se está convirtiendo en un eje de desarrollo, que el Gobierno manchego ya percibe importante para su propio suministro, y por eso cambia su orientación y comienza a invertir de forma considerable -180 millones de euros para el nuevo campus universitario, 30 millones más para el parque científico y tecnológico empresarial; su Hospital ya es Universitario.
Pero, ¿y Cuenca? ¿En Cuenca el AVE, que no querían por aquí ni Bono ni Barreda porque perjudicaba los intereses de Alcázar y Albacete, y ya veremos para cuando? ¿La autovía, que es sólo una parte de lo que se reivindicaba y era la más lógica entre Madrid y Valencia, y con más de veinte años de ejecución para terminarla? ¿Una promesa de nuevo hospital, que ya veremos si se cumple para cuándo? ¿Una universidad sin carreras científico-tecnológicas, porque esas se las reparten las demás provincias? ¿Un Instituto de la Comunicación Audiovisual, el Pedro Almodóvar, que sirve para pagar un par de buenos sueldos y tener colgado algún cartel de los que anunciaron alguna de las películas del director manchego? ¿La promesa de una Autovía para unirnos con Albacete, ya incumplida porque se ideó en las Cortes manchegas en 1993 y la prometió Barreda para el 2008, y ni se ha empezado a estudiar, ni los PGCLM contemplan el tramo Cuenca-Motilla? ¿Una Autovía de Teruel que está en letargo desde el 3 de abril del 2003, porque el Gobierno manchego ha promovido otra que se llevará hacia Albacete parte del flujo de tráfico para el que se diseñó la Cuenca-Teruel? ¿Un Palacio de Congresos y Exposiciones que no tiene ni proyecto de construcción, y que se ha pensado modesto, como para que no estorbe a otros de capitales del entorno, y que lo prometió Bono en su primera campaña electoral de aquel año 83? ¿Un jardín botánico, disfrazado con el nombre de Ars Natura, y prometido hace 13 años, mucho antes del que ya está a pleno rendimiento en la ciudad de Albacete? ¿Un Edificio Centro de Empresitas “El Terminillo”, que fue noticia hace año y medio porque se ampliaba en 200 metros cuadrados, para doblar los que tenía -de eso los dirigentes locales y autonómicos del Psoe se alimentaron políticamente casi una década-?
Tal vez algún conquense, pensó que al irse Bono de la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha las cosas iban a ir mejor para Cuenca. Sin embargo, nada más lejos de la realidad; y es que la cuestión de la política discriminatoria de los poderes autonómicos, como no cabía esperar de otra forma, transciende de lo meramente personal.
Si durante la dictadura todas las provincias que integran este “invento” estábamos inmersos en el terreno de la marginalidad, era de esperar que por la propia definición de lo que se perfiló como “Ente Preautonómico”, y se constituyó luego en Comunidad Autónoma, se nos viniera encima una nueva situación de exclusión que padecemos y, probablemente, seguiremos padeciendo en el futuro.
1 comentario:
Lo primero que debió hacerse es someter a referendum este nuevo ente. En mi opinión puede que ni hubiera sido una realidad, somos muchos los que no nos indentificamos con el ni nos identificaremos, y si ahora añadimos la marginación de Cuenca en este muy bien llamado por el autor de esta página "invento", nos sentimos mal en el y con ganas de salir.
Sr. Barreda me gustaría decirle que para mi no tiene legitimidad alguna esta región porque se le privó del necesario referéndum.Y no se debe imponer por vía de ley aunque sea orgánica a unos ciudadanos la pertenencia a una comunidad que no los define.Una vez hecho, se hace necesario pues, que aprendamos a quererla, algo imposible respecto de Cuenca por la política de contínua marginación. Es mi sentir mas sincero.
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