El Tiempo en Cuenca

domingo, 12 de octubre de 2008

Para el próximo año tampoco habrá partidas presupuestarias en ninguna de las administraciones para respaldar la candidatura de Cuenca 2016

A todos se les llenaba la boca de saliva antes de las elecciones locales, por la verborrea que utilizaron para ilusionar a los conquenses, de nuevo, en uno de esos proyectos con pocos visos de que quieran apoyarlo para que se pueda hacer realidad.

Unos y otros se descoyuntaban en los medios de información, y en sus mítines, para intentar distraer la atención de los ciudadanos que, con buena lógica, están más que hartos de unos políticos que siempre que se acercan los comicios, se asoman por estos lares con el mismo tipo de cantinelas; los unos y los otros, esmerándose en su charlatanería para salir victoriosos en la carrera del engaño.

En el Pleno del viernes, pudimos saber por la argumentación que hizo Mª Ángeles García al voto desfavorable a una moción del Psoe al respecto, que el Ayuntamiento de Cuenca tampoco este año va a destinar una partida para apoyar la candidatura de Cuenca. En el Proyecto de Presupuestos de la Junta de Comunidades ya hemos visto que tampoco. Y en los de la Diputación nos tememos que tres cuartos de lo mismo.

Lo más anormal del asunto, es que lo que a unos les sirve para votar una cosa porque mandan en un sitio; eso mismo lo utilizan para no votarla en el otro porque allí son la oposición.

Si el Partido Popular pidió en las Cortes de Castilla la Mancha, y en la Diputación, el año pasado que se destinara en ambos presupuestos una partida específica, que respalde y consolide un proyecto de cara a la nominación de Cuenca para que sea designada a ostentar la capitalidad europea de la cultura en el año 2016; llega en el Ayuntamiento y, como aquí mandan ellos; pues no la incluyen. Y el Psoe que aquí critica lo hecho por el Pp, y establece la base argumental de su rechazo a los Presupuestos Municipales, en el hecho de que no contemplen un apartado específico para esta cuestión; llegan en la Junta y Diputación; y como allí mandan ellos, hacen lo propio. Si todo esto no es una tomadura de pelo, pues que venga Dios y lo vea.

El anuncio de Barreda, cuando aún faltaban tres meses para elecciones, quizá no fue, ni más ni menos, que una nueva táctica electoralista en la que se proponía a los votantes un futuro intangible, como mínimo hasta el año 2011, que será cuando definitivamente se decida cuál de las aspirantes será la ciudad nominada para ocupar el lugar en el trono de la cultura europea.

Esto podría suponer una ilusión verídica, si lo dicho fuera medianamente creíble. Si lo hubieran prometido otros.

Y es que cuando llegan las elecciones, y más si encima se les tornan complicadas electoralmente, a estos políticos se les calienta la boca de hacer promesas. Lo malo es que nada más que terminan de contar los votos, éstas se disuelven en el aire como el humo.

Pero lo cierto y verdad que para conseguir que Cuenca sea nominada para ser Capital Cultural Europea, se necesita una clara intención por parte de todas la administraciones; una apuesta decidida, y mucho dinero. Lo malo, como podemos ver, es que ni lo uno ni lo otro.

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