El Tiempo en Cuenca

lunes, 13 de octubre de 2008

Si Mª Ángeles García llega a ser la presidenta del PP, ¿cuál será la disciplina que prevalezca; la de la Tte de alcalde, o la del propio Alcalde?


LA OPINIÓN.- El Partido Popular se está metiendo en un laberinto muy complicado con motivo de su próximo Congreso Provincial, que a buen seguro le va a traer consecuencias muy serias a corto plazo.

Para aspirar a la presidencia de un Partido, lo más racional, es o bien ser número uno dentro de un órgano colegiado, como un Equipo de Gobierno Municipal; o se ocupa un cargo unipersonal, como lo son los diputados y senadores; o se es un afiliado sin más.

Si definitivamente Mª Ángeles García, como parece ser que sucederá, se convierte en la nueva presidenta del Partido Popular de Cuenca, ¿cuál va a ser la disciplina que prevalezca en la principal institución que gobierna este Partido en nuestra provincia, la de la Tte de alcalde, o la del propio alcalde?

Se crea una contradicción tan importante, que puede suponer, de un lado, la pérdida de credibilidad de la autoridad necesaria que requiere el Alcalde para poder gobernar; y de otro, la necesidad de que uno de los dos tenga que dejar el cargo institucional que ostenta en la actualidad por deseo de la soberanía del pueblo en unas elecciones. Y todo eso por los caprichos, seguramente, de aquellos que se niegan a renunciar a perder un ápice de influencia en la defensa de sus intereses personales en un Partido que gobierna la Capital.

Es difícil entender que pretenda aspirar a la presidencia alguien que por razón de su cargo, se encuentra en un Equipo de Gobierno en segundo lugar, y por tanto, bajo el criterio del Alcalde; pero es más incomprensible que algo así esté avalado por la cúpula de un Partido Popular Autonómico, que está demostrando ser poco serio y muy despreocupado para que sea posible una buena administración del Ayuntamiento de Cuenca.

No es bueno para Cuenca que se intervenga de esta manera la gestión municipal, por lo que Pulido debería hacer prevalecer el deseo de los conquenses, que fue elegirlo a él para gobernar, y conseguir mantener con autoridad esa autonomía necesaria para las decisiones que afectan al Municipio; pero ello, con toda probabilidad, debe pasar por la dimisión de la concejala que aspira al mandato en su propio Partido; antes, incluso, de que se celebre el Congreso.

Nadie podría llegar a comprender que el Alcalde fuera solamente la cara de la sonrisa, y su mano la ejecutora de los deseos de quien pasó por las urnas de tapadillo bajo el refugio de su sombra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que pasa ¿que la Mariangeles no os va a pagar los peajes que os prometió Catalá a cuenta de lo de Pulido?

Anónimo dijo...

Pulido de Presidente y Catalá 8el que escribió el libro ) de Secretario.
Melli cobrando y tú a Toledo de Diputado Regional.
Que bien os lo pusieron, ese fue el precio de la traición.
Pero, los tontos no cobran,