LA OPINIÓN.- Reconozco que en esto de llamar a las cosas por un nombre distinto del que tienen, siento auténtica admiración por los dirigentes del Psoe. A una programación, la llaman proyecto curricular; a los chamizos de 30 metros, los llaman soluciones habitacionales; a un trasvase de agua les conviene llamarlo captación temporal, sistema de re-distribución equitativa de recursos hidráulicos o, como al Tajo-La Mancha que lo denominan Tubería Manchega. El caso es guardar las apariencias para que parezca que no hacen lo que ellos mismos critican, o que no hacen lo que hacen; aunque al final el pan siempre será pan y el vino, vino.
Con su particular habilidad para hacer las sopas de letras, incluso encuentran 15 maneras para evitar decir la palabra crisis; “escenario de crecimiento debilitado”, “periodo de desaceleración” , “aterrizaje suave”, “las cosas van claramente menos bien”, “debilidad del crecimiento económico” “ajuste económico”, “situación ciertamente difícil y complicada”, “condiciones adversas”, “una coyuntura económica claramente adversa”, “deterioro del contexto económico”, “difícil momento coyuntural”, “empeoramiento”, “brusca desaceleración”, “periodo de serias dificultades”, “gravedad de la situación”; para acabar llamándola como lo hacíamos todos desde el principio, “crisis”.
Y este ejemplo, la evolución del discurso de Zapatero para no reconocer por su nombre lo que es a todas luces palpable, lo que incluso se está padeciendo, es uno más del arte de esta gente del Psoe para retorcer el léxico usando sinónimos o frases en un neosocialista seudo-estilo rococó, de manera que las cosas parecen diferentes a lo que son; pero como dice el proverbio castellano “al pan, pan; y al vino, vino”, y ni la crisis es una desaceleración, ni la Tubería Manchega es algo diferente a un nuevo trasvase.
Y así nos lleva mareando la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha desde el origen mismo del invento: “Castilla la Mancha, una Tierra Milenaria” con el que comenzó la andadura o, el más reciente “Una Región Joven con Siglos de Historia” que aparece en la web del IV Centenario de don Quijote; son solamente dos de los eslóganes que ha utilizado el Psoe para disfrazar la realidad de este artificio con a penas 30 años de existencia.
Pero aún y así, por más y más que hayamos leído y escuchado hasta hartarnos y casi volvernos locos entre tanta mezcolanza literaria para decirnos lo contrario de lo que se piensa, o al menos algo bien diferente, y que lo tomemos con agrado; les faltaba el “más difícil todavía”.
Les habíamos oído llamar “Vía Rápida” a una carretera un poco más apañada que las normales, para que los vehículos circulen con algo más de seguridad; o “Vía de Gran Capacidad” al desdoblamiento de una carretera de dos carriles; pero les confieso que llamar Autovía, que es una carretera de dos calzadas con dos carriles en cada sentido, a una carretera que “tendrá una o dos calzadas de dos carriles de 3,50 metros” que refleja el documento que contiene las bases de licitación del Estudio Informativo de lo que Barreda nos prometió hace años que será la Autovía Cuenca-La Almarcha, es una expresión que ni comprendo, ni sé lo que va a ser de verdad, aunque me lo imagino; ¿y ustedes?
Con su particular habilidad para hacer las sopas de letras, incluso encuentran 15 maneras para evitar decir la palabra crisis; “escenario de crecimiento debilitado”, “periodo de desaceleración” , “aterrizaje suave”, “las cosas van claramente menos bien”, “debilidad del crecimiento económico” “ajuste económico”, “situación ciertamente difícil y complicada”, “condiciones adversas”, “una coyuntura económica claramente adversa”, “deterioro del contexto económico”, “difícil momento coyuntural”, “empeoramiento”, “brusca desaceleración”, “periodo de serias dificultades”, “gravedad de la situación”; para acabar llamándola como lo hacíamos todos desde el principio, “crisis”.
Y este ejemplo, la evolución del discurso de Zapatero para no reconocer por su nombre lo que es a todas luces palpable, lo que incluso se está padeciendo, es uno más del arte de esta gente del Psoe para retorcer el léxico usando sinónimos o frases en un neosocialista seudo-estilo rococó, de manera que las cosas parecen diferentes a lo que son; pero como dice el proverbio castellano “al pan, pan; y al vino, vino”, y ni la crisis es una desaceleración, ni la Tubería Manchega es algo diferente a un nuevo trasvase.
Y así nos lleva mareando la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha desde el origen mismo del invento: “Castilla la Mancha, una Tierra Milenaria” con el que comenzó la andadura o, el más reciente “Una Región Joven con Siglos de Historia” que aparece en la web del IV Centenario de don Quijote; son solamente dos de los eslóganes que ha utilizado el Psoe para disfrazar la realidad de este artificio con a penas 30 años de existencia.
Pero aún y así, por más y más que hayamos leído y escuchado hasta hartarnos y casi volvernos locos entre tanta mezcolanza literaria para decirnos lo contrario de lo que se piensa, o al menos algo bien diferente, y que lo tomemos con agrado; les faltaba el “más difícil todavía”.
Les habíamos oído llamar “Vía Rápida” a una carretera un poco más apañada que las normales, para que los vehículos circulen con algo más de seguridad; o “Vía de Gran Capacidad” al desdoblamiento de una carretera de dos carriles; pero les confieso que llamar Autovía, que es una carretera de dos calzadas con dos carriles en cada sentido, a una carretera que “tendrá una o dos calzadas de dos carriles de 3,50 metros” que refleja el documento que contiene las bases de licitación del Estudio Informativo de lo que Barreda nos prometió hace años que será la Autovía Cuenca-La Almarcha, es una expresión que ni comprendo, ni sé lo que va a ser de verdad, aunque me lo imagino; ¿y ustedes?
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