El Tiempo en Cuenca

miércoles, 11 de junio de 2008

Pulido inicia una buena línea de trabajo de cara a la revitalización del Ferrocarril Convencional; que no sólo pasa por el Adif


LA OPINIÓN.-De esta forma sí; al comienzo de la legislatura advertíamos que el Alcalde de Cuenca no daba bien sus primeros pasos dejando escapar unas declaraciones de dos responsables de Renfe, absolutamente lesivas para el interés de los conquenses que pasa necesariamente por la revitalización del Ferrocarril Convencional; pero la actual estrategia de Pulido, que marca una línea de trabajo bien diferente en este asunto, nos hace ser más optimistas al respecto.

A finales de verano, nos preguntábamos dónde estaba Pulido mientras los directivos de RENFE anunciaban su postura en contra del Ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia.

Por aquel entonces, dos altos jefes de la Empresa Pública Estatal encargada de gestionar los servicios ferroviarios de nuestro país, utilizaban la verdad de Perogrullo para intentar argumentar lo que está claro que es la intención del Gobierno de España, que no es otra que continuar inhibiéndose de la obligación de conectar debidamente el primer y tercer mercado del Estado por el camino más lógico, que evidentemente es el que lo marca la línea recta, con la única finalidad de favorecer perversamente otros intereses ajenos al concepto de igualdad territorial.

Qué perogrullada fue decir que el actual viario del tren, en una situación vergonzosa de abandono durante décadas, no sería capaz de soportar el peso de las 900 toneladas de algunos comboyes de mercancías

Aunque el director ejecutivo de servicios de Mercancías y Logística de la Operación Pública y el responsable del Área Intermodal de RENFE; Francisco Bonache y Carlos Mantilla respectivamente, hablaran de inviabilidades, no era más que un lenguaje conocido para los conquenses, es siempre más de lo mismo para entorpecer la posibilidad de conectar el primer y tercer mercado peninsular, por el camino más corto, y de tratar de impedir la competitividad de ambos mercados, y sobre todo el desarrollo de todo el potencial portuario de Valencia, con respecto al de Barcelona. Como decimos, nada nuevo.

No es bueno que el Alcalde de Cuenca se reúna con cargos no electos, como los responsables de Adif – Empresa Pública de Gestión de Infraestructuras Ferroviarias-, para tratar sobre decisiones que no le competen, como la ubicación de la Estación del AVE, porque ni es ajustado que el Alcalde de una capital de provincia se someta desde abajo a quien no está refrendado por la decisión soberana del Pueblo, ni tampoco efectivo.

Al Adif se va a tratar de negocios que redunden en beneficio de Cuenca, como lo será y bueno, si se modifica radicalmente el convenio especulador que tiene firmado con el Ayuntamiento de Cuenca, al final de la era de Cenzano. Y esos cambios deben pasar por asegurarse la reserva del espacio necesario para la ubicación de unas instalaciones modernas para una Estación Intermodal, que centralice todos los servicios para el trasporte de viajeros, y toda la dotación de servicios de otro tipo que debe ir aparejada; y, por supuesto, que cualquier tipo de beneficio que obtenga Adif de un convenio con Cuenca, se revierta en inversiones aquí para ampliar y mejorar las infraestructuras de cuya gestión está encargada.

El Adif no está para hacer negocios con Cuenca, sino para gestionar inversiones que nos llenen aquellos terrenos - más de 17 hectáreas- de trenes modernos de AVE y Convencional, y de viajeros; y de servicios que garanticen la funcionalidad más eficiente, la mejor accesibilidad y la comodidad de una Estación Intermodal moderna.

La Generalidad Valenciana quiere tomar cartas en el asunto del Ferrocarril Convencional, después de que las principales asociaciones de empresarios y la Cámara de Comercio digan que están dispuestos a pagar lo que sea por el corredor directo por Cuenca, ya lo hicieron para pedir el AVE y se está construyendo, lo que nos hace ver mejor las cosas ahora con este medio de transporte necesario.

Por eso fue acertado lo del pasado 16 de octubre con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el alcalde de Cuenca, Francisco Javier Pulido, que mantuvieron una reunión en la que estudiaron soluciones para la entrada del AVE en estas dos ciudades, tras hablar del tren de Alta Velocidad Madrid-Comunidad Valenciana y de los problemas y soluciones que se plantean, tanto en Valencia como en Cuenca, para el acceso subterráneo de este medio de transporte; y la viabilidad del Ferrocarril Convencional por Cuenca.

Como lo vuelve a ser la mantenida ayer con el consejero de infraestructuras del Gobierno de la Comunidad de Madrid. En este encuentro, que como es lógico, se han tratado diversos temas relacionados con las infraestructuras de comunicación entre Madrid, Cuenca y la Comunidad Valenciana, porque la creación de empresas pasa por tener buenas infraestructuras, como ha reconocido Pulido. Pero sin abandonar, sino al contrario, el transporte de pasajeros también por este medio.

En el transcurso del encuentro, el Alcalde le ha mostrado al consejero el proyecto planteado por las Cámaras de Comercio de Valencia y Cuenca sobre la adecuación de la línea convencional de ferrocarril para el transporte de mercancías.

Manuel Lamela ha entendido la relevancia de este informe, y ha comentado al alcalde que lo trasladará a su viceconsejero para que estudie su viabilidad.

Lamela ha indicado que en la actualidad sólo el 4 por ciento de las mercancías que llegan a Valencia tienen salida por ferrocarril, y por ese motivo se ha mostrado muy interesado en el proyecto impulsado por las Cámaras. Además ha recordado que la Comunidad de Madrid ostenta la vicepresidencia del Puerto de Valencia y el interés que el transporte de mercancías tiene para el Gobierno madrileño, entre otras cuestiones.

El alcalde ha transmitido al consejero de la Comunidad de Madrid su interés para que se cuente con nuestra capital para cualquier proyecto de comunicación entre la capital de España y la Comunidad Valenciana y ha destacado la estratégica situación geográfica que tiene Cuenca.

Pero Pulido además de ir a esas reuniones a contar, a charlar y a convencer, debe ir sobre todo para traerse acuerdos.

Por ello, decimos que la actual estrategia emprendida por el Alcalde es la adecuada, y en ella hay que incluir reclamar al Gobierno de España la inversión de los casi 200 millones de euros, entre las provincias de Cuenca y Valencia, que contemplaban los Presupuestos Generales del Estado en el año 2000 para las obras de adecuación de la Línea, y que nunca se supo de ellos. Pulido se tiene que reunir cuanto antes con la ministra de Fomento, y si no demandar la falta de interés del Gobierno ante la opinión pública, que ya veríamos las medias que se emprenden para que lo haga.

Si el Estado incluyó esas cantidades, es porque ese Proyecto es importante y viable, y son otros intereses los que hacen que los gobiernos desistan del mismo.

No se debe pedir que se saquen las vías del tren con tanta ligereza como se hace; eso es razonable para las mercancías, pero el tráfico de pasajeros se vería aún más menguado y, lo que es peor, sin ninguna posibilidad de cara al futuro. Y, sin embargo, se debe abandonar la complicidad con los intereses de algunos personajes del mundo de la especulación inmobiliaria que, egoístamente, son excluyentes de los de los ciudadanos. El ejemplo más reciente lo tenemos en las declaraciones de Abraham Sarrión en la Tribuna de Cuenca, que califica de "demagogia" reivindicar la viabilidad del Ferrocarril Convencional por Cuenca. Y buscar la mejor solución para sin renunciar a tener una ciudad bien intercomunicada, que disponga de las instalaciones mejores y en el mejor emplazamiento dentro del núcleo urbano, como en la mayoría de ciudades.

El Ferrocarril Convencional, además de ser compatible con el AVE, es absolutamente imprescindible. Tres son los motivos fundamentales por los que tenemos que luchar con el mismo tesón que demostramos tener para conseguir el AVE: de un lado, es la garantía de vertebración de nuestro territorio provincial, que está fuertemente amenazado por la política de desmembración que se lleva practicando desde los inicios de la Autonomía Castellano Manchega; de otro, el acceso de los habitantes que residen en las zonas más desfavorecidas, tanto a la capital como a los sistemas modernos de comunicación de los que se va a disponer; y, por supuesto, el Ferrocarril Convencional es un aval de cara a la potenciación de la industria, de la que carecemos principalmente por la falta de unas comunicaciones adecuadas para el transporte de las mercancías, y la conexión con los ejes de la riqueza.

No podemos permitir que algo coyuntural, como es la dependencia por los votos de los partidos nacionalistas que tiene un Gobierno en minoría, nos vuelva a alejar de disponer de los medios necesarios para crecer con el ritmo ajustado a la situación privilegiada en la que se encuentra Cuenca, a medio camino del primer y tercer mercado de España. Conocemos la ventajas del corredor por Cuenca y, como pasó con el AVE, sabemos que tenemos razón. Ahora solo queda articular la mejor estrategia, y convencer.

Una buena base argumental, como ya hemos mencionado en esta y otras muchas ocasiones, son los más de 200 millones de euros por los que Cenzano nunca se interesó, que contemplaban los Presupuestos Generales del Estado del año 2000, y que desaparecieron sin que nadie; ni autoridades estatales, ni autonómicas, ni locales dieran explicación alguna de por qué. Ahora es el momento de que lo haga Pulido.

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