Díez Barra, tras la reunión mantenida el martes 8 de abril por la tarde con responsables de la Politécnica
LA OPINIÓN.- Nosotros, al menos, tenemos muy presente aquella manifestación por las calles de nuestra ciudad, en protesta por el nuevo reparto, injusto y marginador, de titulaciones universitarias que había aprobado el Gobierno de Barreda. De nuevo Cuenca era discriminada por una decisión tomada desde los poderes autonómicos de Castilla la Mancha; y que fuera una vez más con respecto a la Universidad, era algo que la inmensa mayoría de los conquenses no estaban dispuestos a aceptar.
El 8 de abril, en una mañana fría y en plena jornada laboral, más de 2000 personas, la mayoría estudiantes, respondieron a la llamada de auxilio que se hacía desde todos los sectores de la comunidad universitaria, ofreciendo así una respuesta que, a todas luces, hacía presagiar la que se avecinaba fruto de la indignación masiva y colectiva. Era previsible que se estaba originando un movimiento importante, en el que seguramente los conquenses encontrarían el cauce para expresar todo el malestar por el maltrato secular desde la Junta de Comunidades.
Sin embargo aquello no pasó de lo incipiente, probablemente, por el exceso de credulidad y la falta de experiencia para estos casos de las personas que dirigían aquel movimiento que decidieron llamar “Salvemos el Campus”. Y me refiero al exceso de credulidad porque, en un rato, a unas horas de haberse celebrado la manifestación, el viceconsejero de Ciencia y Tecnología, Díez Barra, prácticamente dejó desmantelado el movimiento reivindicativo, al hablar de la posibilidad de desarrollar un Parque Científico y Tecnológico y algún postgrado en torno a las telecomunicaciones y la arquitectura, que con el paso de los meses, y las nuevas decisiones de la Junta, se está viendo claro que era mentira.
No pasan dos o tres semanas seguidas, sin que el Consejo de Gobierno de Castilla la Mancha apruebe la creación de algún instituto de investigación, o algún centro para el desarrollo de tecnología de carácter autonómico, con financiación incluida, en una de las capitales o ciudades importantes de lo que ya podemos denominar el cuadrilátero de desarrollo y prosperidad que conforman los núcleos principales de las demás provincias de esta autonomía; mientras, la provincia de Cuenca, entera, sigue abandonada y con pocas expectativas.
Si el Consejo de Gobierno de hoy, extraordinario y todo por ser en agosto, ha determinado la creación en Toledo del Centro de Investigación del Fuego, con un gasto de 13 millones de euros, para construirlo y dotarlo de personal investigador, y del Instituto de Meteorología de Castilla-La Mancha, con una inversión de 3,8 millones; el Consejo del pasado 29 de julio, dio luz verde a una inversión148 millones de euros en investigación médica, de los que la mayor parte irán destinados a la creación de dos grandes institutos de investigación, radicados en Albacete y Toledo, dentro del Plan de Investigación en Ciencias de la Salud 2008-2010 elaborado por la Consejería de Sanidad. Y así, una tras otra, se llevan tomando esta clase de decisiones desde que empezó a funcionar el invento.
La noticia que destacamos hoy, es una más de las decenas de noticias que durante este año de andadura de “El Cronista Independiente de Cuenca” venimos comentando en lo que se demuestra como claros ejemplos de la marginación a Cuenca desde esta Comunidad Autónoma que se inventó a finales de los años setenta.
No nos gusta decirlo, no; nos resulta desagradable, pero es necesario hacerlo pues la única forma de alcanzar las soluciones, es reconocer la existencia de los problemas; y la política injusta hacia esta tierra por parte de los poderes públicos autonómicos y, claro está, del Estado en clara influencia de éstos, es seguramente el mayor problema de los conquenses en todo el periodo constitucional.
Castilla la Mancha margina a Cuenca también en Industria, Tecnología e Investigación. Que la Junta de Comunidades margina a los conquenses, es algo que viene sucediendo desde que se inventó esta Comunidad Autónoma; desde Independientes por Cuenca, ya son muchas veces las que hemos manifestado la importancia que tienen la ciencia y la tecnología de cara a los nuevos tiempos, en los que la deslocalización de la industria tradicional es uno de los principales enemigos para el empleo en el mundo occidental
Son numerosas, también, las ocasiones en las que hemos llamado la atención sobre la política del Gobierno de Castilla la Mancha que, cada vez que adopta decisiones importantes, vuelve a situar a Cuenca en la marginalidad.
Cuenca también está excluida en la infraestructura de Centros Europeos de Empresas e Innovación (CEEI), también excluida en los proyectos de investigación más prometedores como pueden ser los vinculados a las nuevas tecnologías, las ciencias biomédicas o la biotecnología.
Cuenca también está excluida en la infraestructura de investigación de la universidad regional.
Lo que está claro, como se reconoce en las directrices que marca la Unión Europea, no existe futuro creíble para el desarrollo económico, la prosperidad y el empleo, sin investigación e innovación
Parece que aquí ya no se acuerda nadie, pero noticias como la de hoy nos deben hacer recordar el engaño con el que el Gobierno de Barreda frenó las movilizaciones que se estaban iniciando en Cuenca, por la ampliación de titulaciones universitarias de nuevo injusta, y marginadora para nuestra provincia.
No debemos olvidar, lo dicho por el viceconsejero de Ciencia y Tecnología para frenar en seco las movilizaciones del Campus de Cuenca, reuniéndose con los directores de los centros universitarios, y todo apunta a que engañándolos, cuando les prometió varios postgrados y un Parque Científico y Tecnológico en nuestra ciudad, del que ya nadie dice nada.
En el Pleno Municipal de enero del año 2006, Independientes por Cuenca presentó sendas mociones en las que se pedía al Ayuntamiento que instase al Gobierno de Castilla la Mancha, para la implantación en Cuenca de un Polígono Avanzado de Empresas, un Parque Científico-Tecnológico que incluyera, entre otros, un instituto de investigación biomédica, y el Centro Autonómico de Investigación del Material de la Construcción.
Aunque fueron aprobadas; de nuevo la falta de diligencia por parte del entonces Alcalde Martínez Cenzano y, una vez más, el desinterés del Gobierno manchego, hizo que algo tan necesario para el despegue de nuestra provincia en materia de desarrollo y empleo, como es la industria en el ámbito de la tecnología y la investigación, volviera a colarse por el agujero del saco roto que nos reservaron a los conquenses desde que se inventó esta Autonomía.
LA OPINIÓN.- Nosotros, al menos, tenemos muy presente aquella manifestación por las calles de nuestra ciudad, en protesta por el nuevo reparto, injusto y marginador, de titulaciones universitarias que había aprobado el Gobierno de Barreda. De nuevo Cuenca era discriminada por una decisión tomada desde los poderes autonómicos de Castilla la Mancha; y que fuera una vez más con respecto a la Universidad, era algo que la inmensa mayoría de los conquenses no estaban dispuestos a aceptar.
El 8 de abril, en una mañana fría y en plena jornada laboral, más de 2000 personas, la mayoría estudiantes, respondieron a la llamada de auxilio que se hacía desde todos los sectores de la comunidad universitaria, ofreciendo así una respuesta que, a todas luces, hacía presagiar la que se avecinaba fruto de la indignación masiva y colectiva. Era previsible que se estaba originando un movimiento importante, en el que seguramente los conquenses encontrarían el cauce para expresar todo el malestar por el maltrato secular desde la Junta de Comunidades.
Sin embargo aquello no pasó de lo incipiente, probablemente, por el exceso de credulidad y la falta de experiencia para estos casos de las personas que dirigían aquel movimiento que decidieron llamar “Salvemos el Campus”. Y me refiero al exceso de credulidad porque, en un rato, a unas horas de haberse celebrado la manifestación, el viceconsejero de Ciencia y Tecnología, Díez Barra, prácticamente dejó desmantelado el movimiento reivindicativo, al hablar de la posibilidad de desarrollar un Parque Científico y Tecnológico y algún postgrado en torno a las telecomunicaciones y la arquitectura, que con el paso de los meses, y las nuevas decisiones de la Junta, se está viendo claro que era mentira.
No pasan dos o tres semanas seguidas, sin que el Consejo de Gobierno de Castilla la Mancha apruebe la creación de algún instituto de investigación, o algún centro para el desarrollo de tecnología de carácter autonómico, con financiación incluida, en una de las capitales o ciudades importantes de lo que ya podemos denominar el cuadrilátero de desarrollo y prosperidad que conforman los núcleos principales de las demás provincias de esta autonomía; mientras, la provincia de Cuenca, entera, sigue abandonada y con pocas expectativas.
Si el Consejo de Gobierno de hoy, extraordinario y todo por ser en agosto, ha determinado la creación en Toledo del Centro de Investigación del Fuego, con un gasto de 13 millones de euros, para construirlo y dotarlo de personal investigador, y del Instituto de Meteorología de Castilla-La Mancha, con una inversión de 3,8 millones; el Consejo del pasado 29 de julio, dio luz verde a una inversión148 millones de euros en investigación médica, de los que la mayor parte irán destinados a la creación de dos grandes institutos de investigación, radicados en Albacete y Toledo, dentro del Plan de Investigación en Ciencias de la Salud 2008-2010 elaborado por la Consejería de Sanidad. Y así, una tras otra, se llevan tomando esta clase de decisiones desde que empezó a funcionar el invento.
La noticia que destacamos hoy, es una más de las decenas de noticias que durante este año de andadura de “El Cronista Independiente de Cuenca” venimos comentando en lo que se demuestra como claros ejemplos de la marginación a Cuenca desde esta Comunidad Autónoma que se inventó a finales de los años setenta.
No nos gusta decirlo, no; nos resulta desagradable, pero es necesario hacerlo pues la única forma de alcanzar las soluciones, es reconocer la existencia de los problemas; y la política injusta hacia esta tierra por parte de los poderes públicos autonómicos y, claro está, del Estado en clara influencia de éstos, es seguramente el mayor problema de los conquenses en todo el periodo constitucional.
Castilla la Mancha margina a Cuenca también en Industria, Tecnología e Investigación. Que la Junta de Comunidades margina a los conquenses, es algo que viene sucediendo desde que se inventó esta Comunidad Autónoma; desde Independientes por Cuenca, ya son muchas veces las que hemos manifestado la importancia que tienen la ciencia y la tecnología de cara a los nuevos tiempos, en los que la deslocalización de la industria tradicional es uno de los principales enemigos para el empleo en el mundo occidental
Son numerosas, también, las ocasiones en las que hemos llamado la atención sobre la política del Gobierno de Castilla la Mancha que, cada vez que adopta decisiones importantes, vuelve a situar a Cuenca en la marginalidad.
Cuenca también está excluida en la infraestructura de Centros Europeos de Empresas e Innovación (CEEI), también excluida en los proyectos de investigación más prometedores como pueden ser los vinculados a las nuevas tecnologías, las ciencias biomédicas o la biotecnología.
Cuenca también está excluida en la infraestructura de investigación de la universidad regional.
Lo que está claro, como se reconoce en las directrices que marca la Unión Europea, no existe futuro creíble para el desarrollo económico, la prosperidad y el empleo, sin investigación e innovación
Parece que aquí ya no se acuerda nadie, pero noticias como la de hoy nos deben hacer recordar el engaño con el que el Gobierno de Barreda frenó las movilizaciones que se estaban iniciando en Cuenca, por la ampliación de titulaciones universitarias de nuevo injusta, y marginadora para nuestra provincia.
No debemos olvidar, lo dicho por el viceconsejero de Ciencia y Tecnología para frenar en seco las movilizaciones del Campus de Cuenca, reuniéndose con los directores de los centros universitarios, y todo apunta a que engañándolos, cuando les prometió varios postgrados y un Parque Científico y Tecnológico en nuestra ciudad, del que ya nadie dice nada.
En el Pleno Municipal de enero del año 2006, Independientes por Cuenca presentó sendas mociones en las que se pedía al Ayuntamiento que instase al Gobierno de Castilla la Mancha, para la implantación en Cuenca de un Polígono Avanzado de Empresas, un Parque Científico-Tecnológico que incluyera, entre otros, un instituto de investigación biomédica, y el Centro Autonómico de Investigación del Material de la Construcción.
Aunque fueron aprobadas; de nuevo la falta de diligencia por parte del entonces Alcalde Martínez Cenzano y, una vez más, el desinterés del Gobierno manchego, hizo que algo tan necesario para el despegue de nuestra provincia en materia de desarrollo y empleo, como es la industria en el ámbito de la tecnología y la investigación, volviera a colarse por el agujero del saco roto que nos reservaron a los conquenses desde que se inventó esta Autonomía.
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