LA OPINIÓN.-
Llevan diciendo la misma frase desde hace mucho; "estará cuanto antes". El caso es que hace ya más de trece años que lo prometieron, y aún continúan las obras.
El pasado 30 de abril se publicaba en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas el contrato de diseño, producción, suministro, montaje y mantenimiento de los contenidos expositivos que será adjudicado por la empresa pública Gestión de Infraestructuras de Castilla-La Mancha (GICAMAN) mediante concurso público. Unos días después informó el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, tendría un presupuesto máximo estimado de 3 millones de euros y contaría con un plazo de ejecución previsto de 10 meses a partir de su adjudicación, y fijó su apertura para principios del verano de 2009.
Sin embargo, en la noticia que destacamos hoy, Martínez Guijarro establece otra fecha posterior para la entrada en funcionamiento del Centro, lo que era evidente dado que todavía no se ha adjudicado el contrato mencionado con anterioridad; situándola esta vez para finales de 2009. Para este nuevo retraso, el consejero ha alegado que se adjudicara el proyecto de contenidos museísticos a lo largo del mes de septiembre, y que no se ha hecho antes dado que en estos momentos están analizando las distintas ofertas que se han presentado y, debido a su complejidad, querían hacer una visita a las obras para tomar conciencia de la realidad del espacio donde se van a ubicar. Como si no hubieran tenido tiempo antes para ello.
Era la primavera de 1995 y el PSOE se preparaba para afrontar unas elecciones que presagiaba muy complicadas. El 25 de junio del año 92, los conquenses habían salido en masa a la calle para reclamar la Autovía Madrid-Valencia por Cuenca, prometida desde el 89, e incluida en el BOE en el 91. Salieron más de veintisiete mil personas, pero el que debía haber estado a la cabeza, Martínez Cenzano, entonces Alcalde de Cuenca, esa tarde se quedó en su casa, algo que muchos entendieron como un acto de cobardía.
En aquella campaña electoral, si el PSOE quería afrontarla con alguna garantía, era necesario engordar la chistera de los engaños.
Por aquel entonces se repitieron promesas, como la del Palacio de Congresos y Exposiciones que llevaba más de diez años guardada entre nactalina en el baúl de los recuerdos; o, la Autovía de Tarancón, que repetían una y otra vez que estaba en fase de proyecto y que se empezaría al año siguiente; o la Joven Orquesta Nacional de España, que sin duda se instalaría en Cuenca, en el nuevo edificio de Palafox. Pero eso, por sí solo, era insuficiente ante el fiasco y el sentimiento de iniquidad que sentían los conquenses. Era necesario inventarse algo nuevo. Y Cenzano se sacó de la chistera el “Museo de las Ciencias” y el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”. Pero eso no le sirvió, y el Partido Popular se hizo con la Alcaldía de Cuenca en manos de Ferreros –a pesar de que el apoyo al PSOE fue todo un récord-.
Ya para las elecciones del 99, con un PP en clara desventaja por la mala gestión de Manuel Ferreros que repetía como candidato, para el PSOE sólo era necesario repetir las mismas promesas porque se habían incumplido, con la salvedad de un pobre y poco competitivo “Museo de las Ciencias” que no crea ningún interés en los turistas y nada más es visitado por escolares y ancianos en viajes subvencionados por la Junta. De nuevo, presentaron en su programa la ejecución y puesta en marcha de lo que todavía llamaban “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, y la JONDE. Y Cenzano consiguió su segunda legislatura.
Pero éste -el Jardín- no se ubicó, ni jamás lo hará en Cuenca, ya que el día 6 de mayo del 2003, con la presencia del rector de la Universidad Regional de Castilla-La Mancha, el director de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Albacete, el director de la Oficina de Gestión e infraestructuras de la UCLM, el alcalde de la ciudad, el consejero de Ciencia y Tecnología, y el presidente de la Asociación Española de Jardines Botánicos, se plantó una encina y se descubrió un monolito conmemorativo en el lugar donde está en la actualidad; Albacete.
Unos meses antes, a lo de Cuenca ya lo empezaron a llamar de otra forma: “Ars Natura”. Estaba claro que tenían que buscar un nombre sugerente, casi exclusivo, para lo que ya no podía ser el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, porque ese ya estaba en Albacete. No se sabía lo que se pretendía con ese proyecto, pero el nombre tenía que ser atractivo para presentarse a las elecciones del 25 de mayo de 2003, con algo que fuera llamativo para los electores. Se habían intentado apropiar del logro del trazado del AVE, repartiendo miles de boletines a todo color con la leyenda “hacemos” y grandes carteles en las paradas de autobús, pero eso la mayoría sabía que no era cierto.
Y de nuevo llegaban unas elecciones complicadas, con un nuevo Partido Político emergente, Independientes por Cuenca, fundado por los líderes de la Plataforma Cívica, que además de contar con el gran aval de esta infraestructura que supone la esperanza de futuro para nuestra tierra, había captado el interés de los conquenses reivindicando la Estación en el Centro –se recogieron unas diez mil firmas-. El PSOE, una vez más, tenía que abrir el baúl de los recuerdos, y desempolvar la chistera de las falsas promesas para intentar revalidar su mayoría absoluta: Que si de nuevo las autovías, que si el tren, que si el Palacio de Congresos; y, esa vez, como novedoso por el nombre, “Ars Natura”, que se encargó el propio Bono de presentar en un acto despampanante, entre multitud de medios de información y autoridades, la maqueta de un edificio rodeado de ríos, lagos y bosques, ubicado en la ladera del Huécar del Cerro del Socorro. No se corresponde ni el edificio, ni afortunadamente el lugar en el que se va a alojar.
Los socialistas sabían que el peligro no era el PP, que presentaba un candidato de repuesto; sin embargo los de la Plataforma…
Pero el PSOE revalidó la mayoría absoluta por un par de decenas de votos -nunca olvidaré la imagen de Cenzano, aúpa del entonces Secretario Provincial de su partido, Máximo Díaz Cano, cuando se conocieron unos resultados, de los que siempre me quedará la duda por no haberse consentido abrir la caja de los nulos-.
Hace meses se presentó en Cuenca el Vicepresidente de Castilla la Mancha, para llenarnos la cabeza de la riqueza y el turismo que va a generar este proyecto para la ciudad. Igual que lo hizo cuando inauguró el nuevo Tanatorio de la Ronda Oeste y habló de la vitalidad de la industria y el empleo en Cuenca; y suponía el traslado de una empresa con unos diez puestos de trabajo.
Ars Natura, como el incompetente “Museo de las Ciencias”, servirá de nuevo para que las escuelas y hogares de pensionistas lo incluyan en sus itinerarios, pagados por la Junta; y me temo que también pasará desapercibido para el turismo.
Ahora de nuevo nos vuelven a dar un plazo; para el tercer trimestre de 2009, aunque siguen sin el proyecto museístico y de viabilidad; es decir, ni qué va a haber allí, ni para qué va a servir; pues eso es lo que va a proponer la empresa que sea adjudicataria.
Llevan diciendo la misma frase desde hace mucho; "estará cuanto antes". El caso es que hace ya más de trece años que lo prometieron, y aún continúan las obras.
El pasado 30 de abril se publicaba en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas el contrato de diseño, producción, suministro, montaje y mantenimiento de los contenidos expositivos que será adjudicado por la empresa pública Gestión de Infraestructuras de Castilla-La Mancha (GICAMAN) mediante concurso público. Unos días después informó el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, tendría un presupuesto máximo estimado de 3 millones de euros y contaría con un plazo de ejecución previsto de 10 meses a partir de su adjudicación, y fijó su apertura para principios del verano de 2009.
Sin embargo, en la noticia que destacamos hoy, Martínez Guijarro establece otra fecha posterior para la entrada en funcionamiento del Centro, lo que era evidente dado que todavía no se ha adjudicado el contrato mencionado con anterioridad; situándola esta vez para finales de 2009. Para este nuevo retraso, el consejero ha alegado que se adjudicara el proyecto de contenidos museísticos a lo largo del mes de septiembre, y que no se ha hecho antes dado que en estos momentos están analizando las distintas ofertas que se han presentado y, debido a su complejidad, querían hacer una visita a las obras para tomar conciencia de la realidad del espacio donde se van a ubicar. Como si no hubieran tenido tiempo antes para ello.
Era la primavera de 1995 y el PSOE se preparaba para afrontar unas elecciones que presagiaba muy complicadas. El 25 de junio del año 92, los conquenses habían salido en masa a la calle para reclamar la Autovía Madrid-Valencia por Cuenca, prometida desde el 89, e incluida en el BOE en el 91. Salieron más de veintisiete mil personas, pero el que debía haber estado a la cabeza, Martínez Cenzano, entonces Alcalde de Cuenca, esa tarde se quedó en su casa, algo que muchos entendieron como un acto de cobardía.
En aquella campaña electoral, si el PSOE quería afrontarla con alguna garantía, era necesario engordar la chistera de los engaños.
Por aquel entonces se repitieron promesas, como la del Palacio de Congresos y Exposiciones que llevaba más de diez años guardada entre nactalina en el baúl de los recuerdos; o, la Autovía de Tarancón, que repetían una y otra vez que estaba en fase de proyecto y que se empezaría al año siguiente; o la Joven Orquesta Nacional de España, que sin duda se instalaría en Cuenca, en el nuevo edificio de Palafox. Pero eso, por sí solo, era insuficiente ante el fiasco y el sentimiento de iniquidad que sentían los conquenses. Era necesario inventarse algo nuevo. Y Cenzano se sacó de la chistera el “Museo de las Ciencias” y el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”. Pero eso no le sirvió, y el Partido Popular se hizo con la Alcaldía de Cuenca en manos de Ferreros –a pesar de que el apoyo al PSOE fue todo un récord-.
Ya para las elecciones del 99, con un PP en clara desventaja por la mala gestión de Manuel Ferreros que repetía como candidato, para el PSOE sólo era necesario repetir las mismas promesas porque se habían incumplido, con la salvedad de un pobre y poco competitivo “Museo de las Ciencias” que no crea ningún interés en los turistas y nada más es visitado por escolares y ancianos en viajes subvencionados por la Junta. De nuevo, presentaron en su programa la ejecución y puesta en marcha de lo que todavía llamaban “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, y la JONDE. Y Cenzano consiguió su segunda legislatura.
Pero éste -el Jardín- no se ubicó, ni jamás lo hará en Cuenca, ya que el día 6 de mayo del 2003, con la presencia del rector de la Universidad Regional de Castilla-La Mancha, el director de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Albacete, el director de la Oficina de Gestión e infraestructuras de la UCLM, el alcalde de la ciudad, el consejero de Ciencia y Tecnología, y el presidente de la Asociación Española de Jardines Botánicos, se plantó una encina y se descubrió un monolito conmemorativo en el lugar donde está en la actualidad; Albacete.
Unos meses antes, a lo de Cuenca ya lo empezaron a llamar de otra forma: “Ars Natura”. Estaba claro que tenían que buscar un nombre sugerente, casi exclusivo, para lo que ya no podía ser el “Jardín Botánico de Castilla la Mancha”, porque ese ya estaba en Albacete. No se sabía lo que se pretendía con ese proyecto, pero el nombre tenía que ser atractivo para presentarse a las elecciones del 25 de mayo de 2003, con algo que fuera llamativo para los electores. Se habían intentado apropiar del logro del trazado del AVE, repartiendo miles de boletines a todo color con la leyenda “hacemos” y grandes carteles en las paradas de autobús, pero eso la mayoría sabía que no era cierto.
Y de nuevo llegaban unas elecciones complicadas, con un nuevo Partido Político emergente, Independientes por Cuenca, fundado por los líderes de la Plataforma Cívica, que además de contar con el gran aval de esta infraestructura que supone la esperanza de futuro para nuestra tierra, había captado el interés de los conquenses reivindicando la Estación en el Centro –se recogieron unas diez mil firmas-. El PSOE, una vez más, tenía que abrir el baúl de los recuerdos, y desempolvar la chistera de las falsas promesas para intentar revalidar su mayoría absoluta: Que si de nuevo las autovías, que si el tren, que si el Palacio de Congresos; y, esa vez, como novedoso por el nombre, “Ars Natura”, que se encargó el propio Bono de presentar en un acto despampanante, entre multitud de medios de información y autoridades, la maqueta de un edificio rodeado de ríos, lagos y bosques, ubicado en la ladera del Huécar del Cerro del Socorro. No se corresponde ni el edificio, ni afortunadamente el lugar en el que se va a alojar.
Los socialistas sabían que el peligro no era el PP, que presentaba un candidato de repuesto; sin embargo los de la Plataforma…
Pero el PSOE revalidó la mayoría absoluta por un par de decenas de votos -nunca olvidaré la imagen de Cenzano, aúpa del entonces Secretario Provincial de su partido, Máximo Díaz Cano, cuando se conocieron unos resultados, de los que siempre me quedará la duda por no haberse consentido abrir la caja de los nulos-.
Hace meses se presentó en Cuenca el Vicepresidente de Castilla la Mancha, para llenarnos la cabeza de la riqueza y el turismo que va a generar este proyecto para la ciudad. Igual que lo hizo cuando inauguró el nuevo Tanatorio de la Ronda Oeste y habló de la vitalidad de la industria y el empleo en Cuenca; y suponía el traslado de una empresa con unos diez puestos de trabajo.
Ars Natura, como el incompetente “Museo de las Ciencias”, servirá de nuevo para que las escuelas y hogares de pensionistas lo incluyan en sus itinerarios, pagados por la Junta; y me temo que también pasará desapercibido para el turismo.
Ahora de nuevo nos vuelven a dar un plazo; para el tercer trimestre de 2009, aunque siguen sin el proyecto museístico y de viabilidad; es decir, ni qué va a haber allí, ni para qué va a servir; pues eso es lo que va a proponer la empresa que sea adjudicataria.
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