LA OPINIÓN.- El martes, tras el Consejo extraordinario de Gobierno, declaraba el vicepresidente del Gobierno de Castilla la Mancha, que plantearse otro trasvase es un disparate; pero claro está, refiriéndose a la posibilidad de construir un nuevo acueducto para derivar agua desde el Tajo Medio a la cuenca del Segura planteada por Murcia. Sin embargo, para llevar a cabo un trasvase desde Carrascosa del Campo –Cuenca- a Ciudad Real, el ejecutivo manchego no solamente da su beneplácito, sino que lo impulsa.
La llaman Tubería Manchega, por aquello de que retorciendo el léxico, y buscando sinónimos o frases con el neosocialista seudo-estilo rococó, las cosas parecen diferentes a lo que son; pero como dice el proverbio castellano “al pan, pan; y al vino, vino”, y ni la crisis es una desaceleración, ni la Tubería Manchega es algo diferente a un nuevo trasvase.
No cabe ninguna duda de que el Partido Popular defiende el Trasvase del Ebro que aprobó el Gobierno de Aznar dentro de un Plan Hidrológico que contaba con el beneplácito del Gobierno manchego que ahora promulga lo contrario porque fue derogado por Zapatero. En Cuenca no hace falta que repitan esa defensa; se pueden ahorrar las energías en la insistencia. No lo dudamos.
Pero mientras el agua del Ebro sirve para poner en regadío tierras en el interior de Aragón, incluso en el desierto de los Monegros.
Eso sí, el PP de Cuenca siempre obediente, en primera fila. Al Trasvase del Ebro lo llaman solidaridad aunque sea del interior pobre de Aragón con el próspero arco mediterráneo.
También el PP de Cuenca, aunque hagan ver otra cosa, en su fuero interno defiende el trasvase Tajo-Segura. Lo llaman solidaridad, pero lo es del interior pobre de Cuenca y Guadalajara, con el rico arco mediterráneo y, si seguimos escurriendo el acueducto, con Albacete, Toledo y Ciudad Real.
Pero que no cunda el pánico, aún sin trasvase del Ebro, Valencia y Murcia recibirán inversiones multimillonarias con los planes del Estado. Y con esta guerra del agua que, como por arte de magia, primero se abre y luego se cierra, Albacete, Toledo y Ciudad Real conseguirán acelerar inversiones hidráulicas previstas hace tiempo; conseguirán agua del trasvase.
Y Cuenca, como en la dictadura, como en 30 años de democracia, se queda con la promesa hasta ahora no cumplida de tener agua en los grifos de los pueblos que ven pasar la del trasvase.
Pero vayamos al Plan Hidrológico Nacional. La disputa principal entre Psoe y Pp se centra en el trasvase del Ebro; en el Tajo, por mucho que se hable de caducidades dentro de no se sabe cuándo, se sigue y se sigue trasvasando, en años de poca lluvia y en los de sequía; están de acuerdo. Por eso las obras que van a permitir que el agua del trasvase fluya hacia La Mancha, incluido el faraónico proyecto del presidente autonómico “Reino de Don Quijote”, son exigencia de ambos partidos. Y para Cuenca agua en los grifos.
Agua que discurrirá por la llamada tubería manchega, obra que acomete el actual Gobierno socialista, pero que en los mismos términos fue anunciada en 2002 por el anterior Gobierno de la nación.
Por supuesto, el embalse de Carrascosa que realiza el Psoe - en Cuenca mas trasvases; ojo, no menos - fue proyectado por el Gobierno del PP. Agua de Cuenca para Albacete y Ciudad Real, e inundará más de 300 hectáreas de la vega fértil del paraje llamado "Campos del Paraíso". Hectómetros de agua que circularán por el nuevo Trasvase a La Mancha, o tubería o como lo quieran llamar, no sólo para beber, no como dijo antes de ayer el vicepresidente Lamata y tanto le gusta decir a Barreda: “nunca les vamos a negar agua para beber, hoy mismo están bebiendo agua procedente de nuestra región, pero sí vamos a cuestionar el agua para desarrollos económicos” en referencia a los murcianos; el agua que se va a llevar desde Cuenca hasta Ciudad Real, servirá además de para beber, para abastecer el macrocomplejo de Ocio y Turismo "Reino de don Quijote" que se está terminado de hacer a tres kilómetros de aquella capital, con hoteles, casinos, piscinas, campos de golf, apartamentos, etc, además de para regar, como los murcianos, centenares de hectáreas en aquellas tierras.
Una diputada nacional del PP en la anterior legislatura, exigía en el Congreso al Gobierno el cumplimiento de los compromisos del anterior. Compromisos con el siguiente saldo para Cuenca:
Más de 1000 millones de euros en Castilla La Mancha y para Cuenca 80, y la mayor parte ¡para mejora del embalse de Alarcón!.
Lamata, dentro del juego político, le preguntaba una vez más a María Dolores de Cospedal desde que es la secretaria nacional del Pp "sí, o no a la caducidad del Tajo-Segura en 2015"; y si no hicieran malabares dialécticos, la respuesta de la presidenta popular ya sabemos cuál sería, la misma que daría Zapatero. No sabemos muy bien cuál será la postura del Pp conquense en el futuro, pero nos la tememos; y quizá para saberlo tendremos que preguntar a Valcárcel, Presidente murciano, o a Camps, Presidente de Valencia o, incluso a Barreda y De Cospedal en sus planes para la mancha.
El vicepresidente autonómico, usa el argumento de que ”lo único positivo de esta iniciativa es que parece que están reconociendo que la cabecera del Tajo está agotada, se da a entender que asumen que ya no pueden sacar más agua y, por ello, quieren ver si la pueden sacar de otro lado” para lo que le conviene, porque eso mismo debería servir para no seguir haciendo el nuevo trasvase Tajo-la Mancha.
Y a todos, a Barreda a de Cospedal, les hacemos la misma pregunta, ¿que hay para Cuenca?, que es la provincia del trasvase por cabecera, por embalses, por recorrido. Lo dice la ley. Por ahora el oprobio de seguir siendo expoliada en sus recursos naturales y humillada por el entreguismo de sus políticos, siempre obedientes a la voz de su amo y sordos al clamor de los conquenses.
1 comentario:
very nice! hahahahaha
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