sábado, 29 de septiembre de 2007
Artículos para recordar; "Castilla la mancha; un Invento que mañana cumple ventitrés años" (31-05-06) Tragedia en siete actos, un prólogo y un epílogo
Continúa de los publicados los días 16, 18, 19, 23 y 26 de septiembre
QUINTO ACTO.-
Por aquellas fechas se tramaba contra Cuenca lo que posiblemente sea la consecuencia más grave de que nuestra provincia entrara en el invento. La Caja de Ahorros de Cuenca, que ya tenía en su dominio a la de C. Real, se encontraba en uno de sus mejores momentos y en plena expansión financiera. Al otro lado de la autonomía estaban en una situación extremamente delicada las cajas de Albacete y Toledo. Ésta última incluso estaba apercibida por el Banco de España, y con riesgo de embargo.
La Caja Provincial de Ahorros de Cuenca, fundada en 1944, era probablemente uno de los mayores orgullos de los conquenses. Ejemplo de buena gestión alcanzó el puesto 14 del ranking de las cajas de ahorro españolas, siendo a fecha de la fusión la caja de ahorros más importante y con más recursos de esta autonomía.
Pero el poder real, no se entiende sin el control financiero. La fusión de las cajas de ahorro fue la una de las principales promesas de Bono en sus dos primeras legislaturas. Y la cumplió.
La Junta topaba con dos grandes obstáculos; la Caja de Ahorros de Guadalajara, y la Caja de Ahorros de Cuenca y C. Real. El 30 de enero de 1991 es destituido tras una operación política sin precedentes, el presidente de la Caja de Ahorros de Cuenca, para allanar el camino que condujera al logro de la pretensión de José Bono. Ese mismo año, el 27 de julio, es nombrado presidente de la misma Ángel Álvaro. La fusión de la Caja de Guadalajara se deshecha por la fuerte oposición alcarreña, con lo que Bono tiene definitivamente libre el camino. En 1991 se cierra la cuenta de beneficios con un nuevo record para la Caja de Cuenca, que la afianza todavía más a la cabeza de la comunidad.
Así las cosas, la Asamblea General de la Caja de Ahorros de Cuenca y C. Real, dio el visto bueno a la fusión creyendo ingenuamente que ser la sede social equivaldría a mantener el control en tierras conquenses, lo que estaba claro, y así lo ha demostrado el tiempo, era absolutamente falso.
El proceso de fusión no encontró ningún obstáculo en la provincia de Cuenca, con Cenzano en el Ayuntamiento de la Capital y la única prensa ya en manos de Santiago Mateo. Nadie mostró abiertamente su postura ante el nuevo despojo, con la sola excepción que protagonizó el Ayuntamiento de Villarejo de la Peñuela, en cuyo pleno de 25 de mayo se pronunciaba en este sentido "por razones de solidaridad, de justicia y de equilibrio regional...Cuenca es la única capital que no cuenta con sede de carácter regional".
El 26 de junio del 92, al día siguiente de la gran manifestación por la autovía, se celebró en Cuenca el acto de fusión, que acabó con disturbios en la puerta del Ayuntamiento, y a la salida de la Sede Central en el Parque de S. Julián. No acudió el presidente autonómico, aunque lo hizo unos días después en otro acto por el mismo motivo, junto al ministro de economía, Carlos Solchaga. Así se culminó la cuarta de las grandes consecuencias del invento.
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