LA OPINIÓN.- No fue oportuno antes de ayer Pulido organizando el espectáculo-poupurrit del Auditorio, a base de canciones de las de antes con letras de proyectos conocidos, y cantadas con el toniquete que emplean los niños de San Ildefonso al cantar los números de la suerte. Está claro que algunas fechas motivan a nuestro Alcalde. En Semana Santa desfila, incansablemente, detrás de las procesiones. Da la impresión de que a Pulido le hace tanta ilusión desfilar, que con tal de marchar al tan tan de los tambores y sin perder el paso le viene bien incluso vestirse de Alcalde. Y ahora que llegan las Navidades, a recoger las bolas de la pedrea, o a entusiasmarse porque una parte de su espíritu, la mayor, la más infantil, está pletórica porque se acercan los Reyes Magos.
Decimos que no fue oportuno Pulido montando su opereta, precisamente cuando la ciudad se enteraba, de sopetón, de otro de esos grandes engaños que hacen época; como el del 92, o parecido.
Es una inconveniencia releernos su programa electoral, y parte del de los demás, el día en el que lo que debería hacer es leer la cartilla a un partido, el Psoe, que ha aniquilado de un plumazo una autovía, la Cuenca-Teruel, lo que supone ahogar en gran medida las esperanzas que teníamos de salir de la incomunicación y el subdesarrollo.
Es impertinente leernos un cuento, al estilo de la “Cenicienta”, en lugar de enriquecer desde su responsabilidad de Alcalde la conciencia colectiva que debe imperar en los peores momentos, ese sentimiento social de iniquidad que ayuda a las sociedades a unirse para cambiar el destino.
¿Cómo se va a revitalizar Cuenca con decisiones de los gobiernos, como la que acaba de publicar el BOE, que motivan que continúe tan mal comunicada? ¿Quién va a venir a invertir aquí en estas condiciones? ¿Qué empresario va a tener la temeridad de instalar su industria en ese macro-polígono alejado de los grandes canales de comunicación?
Pulido el miércoles lo único que consiguió, es desviar la atención de los conquenses alejándola de la adversidad de lo concreto, que viene de la mano de las decisiones que adoptan sus oponentes, los responsables del Psoe, para acercarla al mundo de lo etéreo.
Pulido debió utilizar antes de ayer todos los recursos disponibles a su alcance, para haber dado una rueda de prensa de resonancia nacional; en vez de divertir a unos cuantos a base de coplillas. Lo que tenía que hacer es concentrarse en buscar soluciones y coordinar a instituciones, agentes sociales, y ciudadanos en general para que esta vez no se salgan con la suya como ya pasó en el 92 cuando se perdió la Autovía Madrid-Valencia, y esa responsabilidad que ahora le toca a él no la quiso asumir Cenzano.
Ahora cuando ya está agonizando este 2008, se repite la historia de aquella primavera del 92; pero con una diferencia, si Cenzano lloraba, éste encima nos canta una jota y se parte de risa.
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