Hoy, el Presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, Vicente Obispo Ballesteros, dice que espera que se cumpla la caducidad del Trasvase, para que el agua del Tajo pueda regar la llanura manchega y contribuir así a hacer riqueza en nuestra región.
Esto si no se ve, no se cree; entre que rieguen los murcianos que, quieras que no, están pagando por el agua que utilizan, o que rieguen los agricultores de la llanura manchega, que a buen seguro lo podrán hacer bajo la premisa de pertenecer a una autonomía en la que se encuentran la cabecera del río y los pantanos, y seguro que aún no estando la comarca que se beneficiará ni en uno ni en otro lugar, lo harán con reducción en los costes, y por tanto siendo éste el motivo por el que la zona ribereña dejará de ser acreedora, mal que no se le haya pagado lo que se le debe hasta ahora; pero que ahí está la deuda, para poder exigirla; entre que el agua se trasvase a tierras murcianas, o a las manchegas de C. Real, Albacete o Toledo, no entendemos por qué un Alcalde de un municipio alcarreño, y Presidente de una asociación de municipios alcarreños, se decanta abiertamente por los segundos.
La obligación del Sr. Obispo, es defender los intereses de su pueblo, y del resto de poblaciones a las cuales representa a través de esa asociación; y eso no pasa por pedir la caducidad de un trasvase, para amparar la viabilidad de otro, siendo ambos, tanto el uno, como el otro, a tierras ajenas, y que tanto el Trasvase Tajo-Segura, como el futuro Trasvase Tajo-la Mancha, que impulsa la Junta de Comunidades, lo único que ocasionan a las tierras ribereñas es miseria y emigración.
Para defender a los municipios ribereños, lo primero que debe hacer el Sr. Obispo, es reclamar a la Junta los más de 200 millones de euros que se debe a una tierra que antes de la existencia del Trasvase, se encontraba en la misma situación que otras que ahora son ricas por el mismo. La deuda de un dinero que han pagado los regantes de la cuenca del Segura, y que por ley debiera haber revertido en compensar lo perdido en la cuenca cedente del agua. Dinero que ha administrado la Junta de Comunidades; es decir, la misma administración que ahora tanto cacarea el final del Trasvase al Segura, utilizando como coartada el concepto de autonomía, para promocionar uno nuevo a la mancha, entre otras cosas, para resolver las carencias de agua que ha ocasionado la especulación urbanística con desmanes como el de Seseña, donde Francisco Hernando “el Pocero” ha levantado una inmensa urbanización en pleno secarral; o para el macro-complejo de ocio y turismo, “Reino de don Quijote” a tres km de C. Real. Y cómo no, como ha expresado hoy el señor Obispo, para crear grandes extensiones de agricultura intensiva en las provincias que abarca la llanura manchega.
Para ser digno representante de la asociación que preside, debe pedir que se invierta en carreteras que mejoren la mala comunicación de sus pueblos; en crear sistemas adecuados de regadío para una agricultura que debe abandonar lo secano, y reciclarse hacia cultivos más productivos; que se mejore una sanidad, que les queda de lejos; que se emplee dinero para crear una infraestructura que capte turismo. En definitiva, que se activen las medidas necesarias para procurar que toda esta región alcarreña, abandonada de los suyos, contenga los recursos necesarios para la creación de empleo y riqueza, no solamente para fijar la escasa y envejecida población que le queda, sino para que ésta aumente significativamente.
Hoy Vicente Obispo, se ha pronunciado ante los medios de información, como lo hubiera hecho el mejor de los representantes que pudieran tener los ya aventajados agricultores de aquella comarca manchega, en lugar de como lo debería haber hecho el Presidente de la Asociación de Municipios Ribereños. Está claro que de entre los pobres destaca el cacique; y, con sus palabras, anteponiendo los intereses del Gobierno de Barreda, por encima del de sus devastados pueblos, no cabe la menor duda que este señor está destacando, pero de mala manera.
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