viernes, 11 de abril de 2008
Castilla la Mancha margina a Cuenca
Que Castilla la Mancha es una comunidad autónoma artificial, en la que Cuenca nunca ha encontrado una buena acogida y, en la que ninguna de las provincias que entraron a formar parte de la misma, en un principio, tenían signos claros de identidad para conformarla, es algo difícil de cuestionar.
Sin embargo, el avatar de los tiempos a lo largo de este cuarto de siglo de Autonomía, si bien a las demás les ha servido para ser receptoras de una política que ha favorecido un grado importante de crecimiento en todos los niveles, acorde a las oportunidades que se han presentado con la llegada de la democracia, el desarrollo autonómico y la integración de España en el Mercado Común Europeo, lo que les ha inducido un grado importante de aceptación hacia esta nueva personalidad; a Cuenca no le ha servido para abandonar la situación de pobreza, marginalidad y despoblación, que era el punto de origen de todos, debido a una política discriminatoria por parte de los nuevos poderes surgidos del “invento autonómico” y su influencia en los del Estado. Y eso crea un sentimiento de iniquidad, incompatible con el de identidad a una región de conveniencia que idearon unos cuantos políticos de finales de los setenta.
Cuenca ha sido marginada en todos los aspectos que definen el rumbo común de prosperidad en la que se encuentran el resto de provincias de Castilla la Mancha; lo fue ya en su inicio con la decisión de incumplir la promesa de establecer la capitalidad, aún siendo la única que por su situación geográfica cumple con los objetivos de descentralización del poder estatal, y de proximidad por su colindancia con las demás provincias.
Lo fue de forma muy grave, con la usurpación del Real Decreto de reparto de Centros Universitarios. Lo ha seguido siendo cada vez que se han tomado decisiones que afectan a las infraestructuras y en general a la integración territorial; recordemos la pérdida de los trenes Talgo y ter, en beneficio de la línea de Alcázar y Albacete. Lo es en las inversiones que se hacen para la implantación de industria y el fomento de la investigación y la nueva tecnología. Y, como de nuevo hemos visto en los Presupuestos de este año, lo seguirá siendo también por el incumplimiento de las viejas y nuevas promesas, como el Palacio de Congresos y Exposiciones, que data de la primera campaña para la elecciones autonómicas del año 83; o, ahora la Autovía Cuenca-Albacete, que el propio Barreda anunció en el Parador de Cuenca que estaría en servicio en este 2008; y el nuevo Hospital, del que también se olvidan en la Ley Presupuestaria.
Y lo vuelve a ser con el nuevo reparto que propone ahora el Gobierno de Barreda; y que como no iba a ser de otra forma asume el Rector.
De todas las políticas que han venido marcando esa situación de favoritismo a Ciudad Real, Albacete y Toledo principalmente; la que crea mayor desazón quizá sea la llevada a cabo con el agua. La Ley del Trasvase Tajo-Segura, estable que la Cuenca cedente es prioritaria sobre cualquier otro territorio, y es más, también fija el canon que se debe pagar por el aprovechamiento del agua, para evitar el daño y la despoblación que ocasiona su almacenamiento y expolio. Y esto los regantes del Levante lo llevan haciendo siempre; pero sin embargo la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, que es la administradora del dinero, nunca lo ha reinvertido en nuestros pueblos de la alcarria y la sierra; cientos de millones de euros que hubiesen podido evitar, en gran medida, la lamentable situación de pobreza y abandono en el que están.
Pero es más, se está haciendo un nuevo embalse cerca de Cuenca, en Carrascosa del campo, que servirá para almacenar agua destinada a la mancha de C. Real principalmente; y aquí creará de nuevo más emigración y pobreza. Con ello está claro que aunque desde la Junta quieran que veamos otra cosa; Barreda Utiliza el Concepto de Autonomía, para beneficiar a Ciudad Real con 50 HM cúbicos de agua del Trasvase Tajo-Segura.
En fin, lo del reparto de nuevas titulaciones es un capítulo más en esta historia de injusticia por la arbitrariedad en una política que nos perjudicó y lo sigue haciendo, breve aún, pero que definirá muchos años el futuro de los conquenses si seguimos sin hacer nada para evitarlo.
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