sábado, 20 de octubre de 2007
Cuenca no pertenece a la misma Comunidad Autónoma que las demás provincias de Castilla la Mancha, porque casi parecemos de distintos planetas.
Mapa de Castilla la Nueva; Antonio Ponz 1785
En Cuenca se vende como un logro histórico que quizás, algún día, en los terrenos de Renfe, después de que se prometiera por Bono en 1983, tal vez algún día, tengamos un Palacio de Congresos. Una infraestructura que para nuestro sector turístico es como el agua para la cosecha cuando empieza a brotar.
En Albacete, o en Toledo, ya es una realidad; y en Guadalajara lleva camino de serlo pronto.
Alguna vez también llegará el Ave a Cuenca, puede que un día de un mes de 2014. Pero C. Real cuenta con él desde hace quince años, Guadalajara desde hace tres y Toledo dos; y como Albacete, en poco tiempo, C. Real también dispondrá de aeropuerto.
Lo que está claro es que Cuenca no pertenece a la misma Comunidad Autónoma que los demás, porque casi parecemos de distintos planetas. Mientras en Cuenca aún respiramos gracias a la ilusión de que algún día llegue el AVE, en Albacete, por ejemplo, llevan disfrutando desde el año 82 del intercity -Los trenes Intercity realizan trayectos diurnos entre grandes ciudades. Sus características más destacables son: alta frecuencia, mínima duración del viaje y pocas paradas intermedias. Los trenes Intercity (Electrotren y Talgo) presentan los más altos estándares de calidad y confort. Disponen de: vídeo, teléfono y servicios de restauración y prensa-; y desde los años 90, también del Alaris -un tren de altas prestaciones con velocidades superiores a los 220km/h-; además de contar con los trenes talgo -parte de los cuales salieron de la vía de Cuenca, y el total del tráfico de mercancías entre Madrid y la Comunidad Valenciana.
Y en cuestión de autovías y carreteras, no hace falta ni nombrarlo.
Si nos quitaron el Campus por el que lucharon los conquenses, incluso después de haberse aprobado por Real Decreto, a cambio de casi nada; C. Real, Albacete y Toledo se repartieron las titulaciones importantes y de implantación única; quedándose Guadalajara al margen por su proximidad a la Universidad de Alcalá; pero ahora, que aquí nos niegan cualquier tipo de ampliación, en Guadalajara se crea un nuevo Campus –una Universidad de hecho- con más de 180 millones de euros.; y ya se preparan nuevas ingenierías para Albacete y C. Real.
Mientras se desarrolla una novedosa e importantísima industria aeronáutica, marcando lo que ya se conoce como el triángulo europeo de la industria aeronaval, con sus vértices en Albacete, Toledo y C. Real; en Cuenca seguimos recreándonos con la etérea industria de la cultura. Una industria sin universidad, sin infraestructura realmente importante, sin implicación ni de los ciudadanos, ni en un sentido inversor por parte de las instituciones.
Y quizás algún día Cuenca sea tratada en esta Comunidad como una provincia de entre cinco, ni más ni menos, una entre cinco; pero dos décadas y media de existencia de este “invento de Autonomía”; que tampoco se afana lo más mínimo de cara a los presupuestos de 2008 por que ello sea de esa manera, nos hace pensar que no.
Hace unos días, se producía otra de esas noticias, que aún importantes, pasan desapercibidas por la falta de una sociedad crítica, con una opinión amaestrada por una prensa oficialista subvencionada por voluntad de unos políticos de poca monda, los de aquí, siempre dóciles a sus jefes de la “corte manchega”. La Junta de Gobierno de la UCLM aprobaba la creación de tres nuevos centros de investigación: se trata del Instituto de Investigación en Energías Renovables, con sede en Albacete; el Instituto de Tecnologías y Sistemas de la Información, en el Campus de Ciudad Real; y el Instituto de Nanociencia, Nanotecnología y Materiales Moleculares, con ubicación en el Campus toledano.
En Cuenca, sin embargo, ocupando páginas enteras el final de la rehabilitación de un edificio para dedicarlo a museo de música electroacústica, que ya estaba ubicado en “Las Carmelitas”; edificio cedido por un constructor, Aurelio González, que siempre se ha beneficiado de convenios y recalificaciones de legalidad dudosa, como Villaromán IV, que supone robarle al cerro “del Socorro” miles de metros cúbicos de tierra necesarios para el drenaje de aguas pluviales que ahora inundan la ciudad cada vez que llueve un poco más de lo normal, aún sin gran intensidad horaria; y es el promotor que ha encajonado el micro-campus universitario entre bloques de apartamentos.
Pero eso sí, podemos disfrutar de la horrenda pasarela negra y acceder al gimnasio Luis Yúfera, que gentilmente regalaron los propietarios de SEUR; y decir que aquí está el Instituto de la Comunicación Audiovisual “Pedro Almodóvar”, que es esa nave pequeña e inactiva que a penas se distingue en el Campus.
Cada vez estamos más convencidos, de que Cuenca nunca debió entrar en este invento que se empeñaron en llamar Castilla la Mancha.
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1 comentario:
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