LA OPINIÓN.- Desde el primer momento que se conoció la creación de EMPUSER, Independientes por Cuenca siempre ha manifestado ante la opinión ciudadana el temor de que esta Empresa Pública de Servicios Municipales, se utilizara para librarse, de forma considerable, de la rigidez normativa que tienen establecidas las administraciones públicas para la realización de los contratos de obras y servicios; así como que el Ayuntamiento se descapitalizara engordándose, aún más, los sueldos de determinados funcionarios privilegiados, y los beneficios de algunos empresarios concretos.
Y lo peor, como ya venimos opinando desde estas páginas, no es solamente lo sucedido en la era de Cenzano, sino que en la actualidad, determinados sistemas perversos se sigan manteniendo por parte del Equipo de Gobierno del Partido Popular.
Les confieso que al enterarme, de que la Empresa Pública Municipal de Servicios -EMPUSER-, se iba a quedar en un simple cambio de nombre, me indigné por la falta de respeto que tienen algunos a su propio electorado; y me vino a la mente aquel dicho de la sabiduría popular que "aunque a la mona la vistan de seda, mona se queda".
Ya nos puso en antecedentes de sus intenciones el Sr. Alcalde cuando, en una entrevista poco después de elecciones, confesaba que en lugar de una auditoría, lo único que se iba a hacer con EMPUSER era una simple revisión de su funcionamiento; situando a años luz lo prometido, con lo que pensamos entonces que había sido una jugada electoralista para captar votos, y que no se pensaba cumplir. Ahora, de nuevo, el concejal delegado, Miguel Ortiz, después de una bronca en términos de insultos personales con el anterior, Javier Priego, retomó lo prometido en el Programa Electoral del Pp, y anunció que se contratarían los servicios de una empresa auditora; ya veremos si se cumple, o se queda en una simple amenaza por el calentamiento de aquellos días.
Recordemos que esta empresa nació el 23 de marzo de 2004, sembrando todo tipo de dudas ya desde el mismo instante en el que se creó el puesto de Concejal Delegado y Vicepresidente de la misma, para Javier Priego, al cual se le asignaba el sobredimensionado sueldo que ya disfrutaba en el Consistorio; y de esa manera se creaba en apariencia una vacante en el privilegiado grupo de ediles liberados, para ser ocupada por Ávila, al cual Martínez Cenzano le lanzaba un anzuelo envenenado.
A partir de ese momento, todo lo que ha tenido que ver con los nombramientos y contratos, tanto de los puestos de dirección, como de la plantilla de base, ha estado teñido de oscuro.
No han sido en absoluto transparentes, sino todo lo contrario, las asignaciones que se hicieron con respecto al personal de alta dirección de una empresa pública que, como es lógico, hubiera requerido la especialización necesaria por parte de las personas encargadas de su administración, si de verdad se quería suplir la incapacidad de la Institución. Al cargo del concejal Priego -58000 euros-, se sumaron otros como el de gerente, retribuido con otros 54000 euros, y así hasta completar un nuevo gasto para el Ayuntamiento de Cuenca de unos 500.000 euros.
Pero si ya era grave y escandaloso lo referido al nivel ejecutivo, no menos lo fue en relación a la dotación de personal, con el que Cenzano amplió y aumentó sustancialmente su pesebre. Se convocaron consursos para la provisión de plazas, que claramente estaban diseñados para dar entrada a un importante número de personas afines, con procesos de selección opacos desde las propias bases que rigieron las convocatorias, hasta las fases de puntuación y publicación de las calificaciones.
EMPUSER fue utilizada por el anterior Alcalde para enturbiar aún más las adjudicaciones de obras y servicios, que si bien antes se hacían, intentando bordear los límites de la legalidad a través de argucias que amparaban dentro del procedimiento administrativo, con cierto nivel de supervisión por parte de la oposición; con la Empresa Publica, ésta se veía fuertemente devaluada y, por tanto, prácticamente fuera del necesario control democrático.
No ha podido el nuevo Alcalde aguantarse la tentación de quedarse para sí ese mismo pastel que ahora pasaba a su bandeja, y de repartirlo, si cabe, con mayor grado de abaricia. Ha entrado "a saco" Francisco Javier Pulido, y siguiendo los pasos del anterior, se hace su propio pesebre cuanto antes.
Cuando estás sucio, aunque pretendas aparentar lo contrario, no dejas de estarlo porque te pongas la ropa nueva; y eso es lo que pretende el nuevo Primer Edil con el cambio de nombre de EMPUSER. Quiere que pensemos que está cumpliendo su promesa electoral, y que olvidando el antiguo nombre por otro; SIM, por EMPUSER, dará apariencia de limpio, a lo que sigue contaminado. No era necesario comprar este caro atuendo, no; hubiera sido preferible seguir con el mismo, pero aseado. Por mucho que vehículos, monos, carteles, impresos, etc., lleven impreso el nuevo nombre: "SIM", "SIM", "SIM", por todas partes; al igual que antes: "EMPUSER"..., no podré evitar pensar, cada vez que lo vea, que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda"
Y lo peor, como ya venimos opinando desde estas páginas, no es solamente lo sucedido en la era de Cenzano, sino que en la actualidad, determinados sistemas perversos se sigan manteniendo por parte del Equipo de Gobierno del Partido Popular.
Les confieso que al enterarme, de que la Empresa Pública Municipal de Servicios -EMPUSER-, se iba a quedar en un simple cambio de nombre, me indigné por la falta de respeto que tienen algunos a su propio electorado; y me vino a la mente aquel dicho de la sabiduría popular que "aunque a la mona la vistan de seda, mona se queda".
Ya nos puso en antecedentes de sus intenciones el Sr. Alcalde cuando, en una entrevista poco después de elecciones, confesaba que en lugar de una auditoría, lo único que se iba a hacer con EMPUSER era una simple revisión de su funcionamiento; situando a años luz lo prometido, con lo que pensamos entonces que había sido una jugada electoralista para captar votos, y que no se pensaba cumplir. Ahora, de nuevo, el concejal delegado, Miguel Ortiz, después de una bronca en términos de insultos personales con el anterior, Javier Priego, retomó lo prometido en el Programa Electoral del Pp, y anunció que se contratarían los servicios de una empresa auditora; ya veremos si se cumple, o se queda en una simple amenaza por el calentamiento de aquellos días.
Recordemos que esta empresa nació el 23 de marzo de 2004, sembrando todo tipo de dudas ya desde el mismo instante en el que se creó el puesto de Concejal Delegado y Vicepresidente de la misma, para Javier Priego, al cual se le asignaba el sobredimensionado sueldo que ya disfrutaba en el Consistorio; y de esa manera se creaba en apariencia una vacante en el privilegiado grupo de ediles liberados, para ser ocupada por Ávila, al cual Martínez Cenzano le lanzaba un anzuelo envenenado.
A partir de ese momento, todo lo que ha tenido que ver con los nombramientos y contratos, tanto de los puestos de dirección, como de la plantilla de base, ha estado teñido de oscuro.
No han sido en absoluto transparentes, sino todo lo contrario, las asignaciones que se hicieron con respecto al personal de alta dirección de una empresa pública que, como es lógico, hubiera requerido la especialización necesaria por parte de las personas encargadas de su administración, si de verdad se quería suplir la incapacidad de la Institución. Al cargo del concejal Priego -58000 euros-, se sumaron otros como el de gerente, retribuido con otros 54000 euros, y así hasta completar un nuevo gasto para el Ayuntamiento de Cuenca de unos 500.000 euros.
Pero si ya era grave y escandaloso lo referido al nivel ejecutivo, no menos lo fue en relación a la dotación de personal, con el que Cenzano amplió y aumentó sustancialmente su pesebre. Se convocaron consursos para la provisión de plazas, que claramente estaban diseñados para dar entrada a un importante número de personas afines, con procesos de selección opacos desde las propias bases que rigieron las convocatorias, hasta las fases de puntuación y publicación de las calificaciones.
EMPUSER fue utilizada por el anterior Alcalde para enturbiar aún más las adjudicaciones de obras y servicios, que si bien antes se hacían, intentando bordear los límites de la legalidad a través de argucias que amparaban dentro del procedimiento administrativo, con cierto nivel de supervisión por parte de la oposición; con la Empresa Publica, ésta se veía fuertemente devaluada y, por tanto, prácticamente fuera del necesario control democrático.
No ha podido el nuevo Alcalde aguantarse la tentación de quedarse para sí ese mismo pastel que ahora pasaba a su bandeja, y de repartirlo, si cabe, con mayor grado de abaricia. Ha entrado "a saco" Francisco Javier Pulido, y siguiendo los pasos del anterior, se hace su propio pesebre cuanto antes.
Cuando estás sucio, aunque pretendas aparentar lo contrario, no dejas de estarlo porque te pongas la ropa nueva; y eso es lo que pretende el nuevo Primer Edil con el cambio de nombre de EMPUSER. Quiere que pensemos que está cumpliendo su promesa electoral, y que olvidando el antiguo nombre por otro; SIM, por EMPUSER, dará apariencia de limpio, a lo que sigue contaminado. No era necesario comprar este caro atuendo, no; hubiera sido preferible seguir con el mismo, pero aseado. Por mucho que vehículos, monos, carteles, impresos, etc., lleven impreso el nuevo nombre: "SIM", "SIM", "SIM", por todas partes; al igual que antes: "EMPUSER"..., no podré evitar pensar, cada vez que lo vea, que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda"
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