El Tiempo en Cuenca

martes, 2 de diciembre de 2008

¿Qué se dirán mañana los presidentes de los gobiernos de Castilla la Mancha y Aragón, para tratar el tema de la Autovía Cuenca-Teruel?

José María Barreda, con el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, en la sede del Gobierno aragonés.


LA OPINIÓN.-
No se muestra claramente decidido el presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón, el socialista Marcelino Iglesias, para defender el interés de los turolenses, ya que lo que antes parecía ser una afirmación clara de poner sobre el tapete una solución para que, lejos de renunciarse a la ejecución del tramo de la A-40 que une las ciudades de Cuenca y Teruel, como pretende Fomento, se instara al Gobierno de España a su ejecución; pero en vísperas de la reunión que mantendrá mañana con su homólogo de Castilla la Mancha, José María Barred, ahora utiliza un lenguaje ambiguo y lleno de condicionantes.

Dice Iglesias que se encontrará una solución para la autovía "si ésta existe"; como si se tratara de atravesar las montañas del “Cañón del Colorado”, o como si el juego al despiste que han llevado durante estos 5 años y medio que ha permanecido el Proyecto esperando esta negativa preconcebida, no hubiera sido tiempo suficiente, no solamente para haber encontrado la solución, que seguro que la hay, sino para que ya estuviera a pleno rendimiento.

No sabemos lo que hablarán mañana ambos presidentes, pero a buen seguro que Barreda podrá indicarle que la prioridad de la Junta de Comunidades pasa por lo que es la auténtica causa de que el Estado no vaya a acometer esta Autovía Cuenca-Teruel, y no los 4 aguiluchos y las centenares de hetáreas de pinares quemados que ponen por excusa.

Ya lo dijimos ante la opinión pública en octubre del 2002, justo al día siguiente de que Bono anunciara la Autovía de la Alcarria que bajando de Guadalajara, cincunvalará Madrid hasta Tarancón; que la Autovía de Teruel, con ese anuncio estaba claro que terminaría por no hacerse por la competencia de tráfico que le supondría.

Pero es más, el 1 de julio de este año, cuando Barreda presentó la Transmanchega, dijimos públicamente que no es solamente que no nos toque con ella ni un metro a menos de 80 km, sino que además no aporta beneficios a la ciudad de Cuenca, sino graves perjuicios. Faltaba poner la puntilla a la Autovía de Teruel, para que definitivamente se perdieran, si es que aún existía alguna, las esperanzas de que se haga; y con el anuncio hecho por Barreda de la nueva autovía que llamarán la Transmanchega, desde luego que la apuntillan, es la pieza del puzle que faltaba por completar; y así pasa del cajón del Ministerio de Medio Ambiente en que la tienen desde el 3 de abril de 2003, directa al desolladero.

Unos días antes, en la reunión que mantuvo el presidente autonómico con la ministra de Fomento, y después de contarnos los planes de ambas instituciones para convertir también la N-211 en autovía, decíamos que era un golpe casi definitivo contra las opciones de que se construya la de Teruel, y el anuncio posterior de Barreda con la nueva autovía Transmanchega, nos lo terminaba de ratificar.

José María Barreda y Magdalena Álvarez acordaron convertir en autovía de la N-211, en la provincia de Guadalajara, tal y como comprometió el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que unirá la A-2, en Guadalajara, con la A-23, en la provincia de Teruel; y que junto a la Autovía de la Alcarria, motivará que no se haga la Cuenca-Teruel, que ni la mencionaron.

La competencia que va a establecer la nueva Autovía de la Alcarria (Guadalajara-Tarancón), inventada por Bono, y la N-211 reconvertida en Autovía que va a complementar a ésta, en perjuicio a la que iba a ser de Cuenca-Teruel, las anteriores que "baypasearán" Madrid para el tráfico procedente del norte de España que se dirija al sureste, y lo llevarán hasta Albacete, para desde allí distribuirse por el resto de la geografía, conllevará la pérdida de gran parte de los flujos de tráfico para los que se concebía la Autovía de Teruel, y esto ha supuesto el enfriamiento del proceso que se estaba siguiendo en el Ministerio de Fomento por la última, que parece haber perdido definitivamente su interés por hacerla.

Pero por si era poco, se completa el rompecabezas con la Autovía Transmanchega anunciada por Barreda, y la cosa todavía empeora más la utilidad de la Cuenca Teruel, pues ésta primera supondrá también la continuación de la Autovía de la Alcarria, pero hacia Ciudad Real, con lo que el tráfico Noreste-Sur, que aún le quedaría a la de Teruel, se merma aún más con esta nueva opción.

Guadalajara tendrá conexión directa por autovía con la carretera de Andalucía A-4 a partir del año 2014, si se cumplen los planes anunciados por el presidente de la Junta, José María Barreda, sobre la construcción de una nueva carretera de titularidad regional, la Autovía Transmanchega, que partiendo de Tarancón (donde acaba la de La Alcarria), llegará hasta Puerto Lápice y Daimiel, atravesando el corazón de la "Mancha Centro".

De este modo, la capital arriacense quedará justo en el medio de una gran autovía alrededor de Madrid que unirá, por un lado, la A-1 y la A-2, entre Torrellaguna y Guadalajara; la A-2 y la A-3, entre Guadalajara y Tarancón, y finalmente la A-3 y la A-4, con la citada Transmanchega.

La nueva Autovía Tarancón-Daimiel enlazará a su vez con la autovía Tarancón-Cuenca, con la Autovía de los Viñedos, y con la autopista de peaje Ocaña-La Roda.

Con lo que encima, al perjuicio que le ocasiona con respecto a las posibilidades de la Cuenca-Teruel, debemos añadir que Cuenca pierde también las opciones de conexión directa por Autovía con las ciudades de Guadalajara y Ciudad Real, ya que se tendrá que hacer volteando siguiendo el tramo de la A-40 hasta Tarancón, y de ahí a Guadalajara siguiendo la futura Autovía de La Alcarria, o a Ciudad Real, a través de la anunciada hoy Autovía Transmanchega; con lo que la promesa de la Autovía de C. Real por La Almarcha y Alcázar de San Juan, de nuevo se torna en otra mentira.

Y todo eso lo dijo Independientes por Cuenca desde el primer momento; lo que hablarán mañana Barreda e Iglesias todavía es una incógnita, suponiendo que ellos mismos lo sepan; pero una idea podría ser que lanzasen el reto al Estado, de condicionar la ejecución de las Autovías diseñadas muchísimo después –desdoblamiento de la N-211, la de La Alcarria, y la Transmanchega-, a la realización de la Cuenca-Teruel. ¿O no estábamos nosotros antes?

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