El Tiempo en Cuenca

sábado, 27 de diciembre de 2008

Miguel Ángel Monserrat, imitando a Cenzano, vuelve a plantear cortar -semipeatonalizar- Carretería sin crear ninguna alternativa para el tráfico.

Miguel Ángel Monserrat, concejal de movilidad



LA OPINIÓN.- Cortaron algún tiempo el tráfico de vehículos hacia la parte alta de la ciudad, y les dijimos que las cosas que se hacen a tontas y a locas, sin medidas importantes que supongan una clara alternativa como serán los ascensores, casi siempre salen mal, como de hecho sucedió con los polémicos cortes a la Plaza Mayor del pasado verano. No solamente salió mal, sino que se tuvo que interrumpir unos pocos fines de semana después. Y eso que tanto el Alcalde como el Concejal de Movilidad, se apresuraron a amenazarnos con el no retorno de una decisión que no iba más allá de la mera ocurrencia.

Es como cada vez que le da al concejal de movilidad, por cortar Carretería a tontas y a locas, cuando los comercios están cerrados y por allí no pasa ni un alma, dando la imagen de una calle fantasmagórica, solitaria, desolada y fea; y eso lo hace para qué. ¿Por que está de moda cortar calles del centro de las ciudades al tráfico rodado por eso de la peatonalización? ¿Por qué no lo hace en los momentos de máxima actividad de la ciudad, porque sabe que sería el caos?

Y de nuevo arremete Monserrat, como este verano con los cortes de la Plaza, con unas declaraciones en las que nos espeta que lo de la peatonalización de Carretería es irreversible pase lo que pase; y que piensa cortar ahora algunos días de diario cuando más tráfico hay, para poder ver por dónde reconducirlo. Pero no se trata de eso, como tantas veces hemos dicho desde Independientes por Cuenca, no se trata de buscar alternativas en las calles ya existentes, pues éstas ya dan de sí lo que pueden; y aun con Carretería abierta, todos sabemos que es bien poco. Se trata de llevar a cabo una obra mucho más compleja para crear nuevos viales, de manera que el Centro de Cuenca no quede condenado a ser una isla deshabitada.

Y es que la manía de imitar las políticas de Cenzano, parece que es algo que no se pueden aguantar algunos de los concejales del Partido Popular en esta legislatura. Por mucho que sea en ocasiones para algo bueno, o incluso a veces por esnobismo, las cosas no se pueden hacer porque sí, sin meditar previamente las consecuencias de hacerlo mal. Y eso es lo que le está pasando también a este Equipo de Gobierno Municipal, con ese afán imitador que tienen algunos de las peores políticas de sus predecesores.

El Concejal vuelve ahora con lo de peatonalizar a medias; es decir, con lo que pretendía al final de la legislatura anterior Cenzano. Y eso que parecía algo ya completamente desestimado por el actual Equipo de Gobierno, a tenor de las declaraciones que realizó hace unos meses el propio Alcalde.

No se trata sólo del aparcamiento, que sí también es importante, sino además de la existencia de ejes radiales que conecten el resto de la ciudad con el centro, se deben mantener y potenciar las relaciones con el resto de Cuenca, y no al contrario; mientras no se tenga una actitud decidida para hacer una vía de tráfico alaternativa a Carretería, nada. No se puede dejar el centro de Cuenca aislado, por bonito y agradable que resulte tenerlo peatonal. Y para eso se necesitan decisiones valientes por parte del Alcalde de Cuenca. Es necesario hacer una obra que seguramente resulte costosa y molesta; pero si de verdad se tiene la intención de eliminar el tráfico del centro, no queda más remedio. A menos que no importe que esta zona de la ciudad quede desconectada del resto, y eso suponga el efecto contrario del que se desea.

Debemos tener en cuenta, que para que una amplia zona de Cuenca se mantenga viva y no se avandone, es necesario no poner impedimentos ni a los residentes, ni a los visitantes del resto de la ciudad; y, hoy por hoy, por mucho que nos empeñemos, la gente se desplaza en sus vehículos, por lo que no se puede dejar el tráfico demasiado lejos. Y eso no quiere decir, que necesariamente el tráfico deba continuar inundando la calle, puede estar soterrado, como se ha hecho y se continúa haciendo en muchas ciudades que se adopta esta medida. Si va en serio lo de peatonalizar carretería, no se puede tener demasiado en serio un proyecto de tres cuartos, que lo único que hace es poner bolardos para seleccionar un tráfico, que en todo caso se trataría de una peatonalización a medias. Un proyecto raquítico fruto del eterno complejo con el que se realizan aquí las cosas. Malo para los que apoyan eso de la peatonalización, y peor para los que no. Y, mientras tanto, aún peor para comerciantes y residentes.

Hace ya unos diez años que el anterior Alcalde, Martínez Cenzano, empezó a hablar del siempre inminente desarrollo del proyecto de peatonalización de carretería y algunas calles aledañas.

Algunos comerciantes de la mencionada calle se ilusionaron, y vieron en esta idea la posibilidad de encontrar, en cierta medida, la revitalización de sus negocios ubicados en una zona que, si antes fue privilegiada, en la actualidad se ve desplazada por los centros comerciales que se encuentran "a las afueras" de la ciudad.

Es cierto que está bien poder recorrer la calle "a pie", de escaparate en escaparate, y sin el agobio y la incomodidad del tráfico; sin tener que cruzar con el inconveniente de esperar a hacerlo por los semáforos cuando "toca" a los peatones -si es que no hay algún conductor de esos que pasan por los cruces como si se tratara de un toro cuando sale por la puerta de toriles, después de haber estado enchiquerado durante horas-

Pero no es menos cierto, que ese no es el único problema que tiene el comercio en Carretería.

Por una parte, y sin tener en cuenta otros factores que afectan al comercio tradicional en general, la pérdida de una de las aceras debido a la colonización financiera. Desde el kiosco de Bonilla hasta la heladería no existen tiendas, porque todos los locales son de oficinas bancarias. Eso supone una falta de continuidad de la actividad comercial en un espacio físico demasiado amplio, que origina el mismo efecto psicológico adverso que algunas de las inconveniencias relatadas en el párrafo anterior. La actividad que realizan los bancos, salvo para la disposición de dinero en efectivo, enfria el ambiente que se debe dar para el estímulo de las compras. Más teniendo en cuenta que éstos cierran por la tarde, creándose por ello una sensación de vacío, de zona muerta y desangelada demasiado amplia. -pero esto tiene difícil solución-.

De otra parte, si nos limitamos a hacer peatonal Carretería y limítrofes, sin facilitar el acceso de las personas -que aunque parezca mentira, en el siglo XXI van en coche- incluso puede que incrementemos la situación de desahucio de la actividad.

Lo primero que es necesario, es asegurar el desplazamiento de la población hasta allí –tanto de residentes de la zona, como del resto de la ciudad-, y para eso es necesario crear nuevas y mejores vías de comunicación dentro de la ciudad -una podría ser la que quedara libre por encima del tren (y el AVE) soterrado-.

No se puede engañar diciendo que hay otras calles ya existentes por donde reconducir los flujos de tráfico, porque no es así. Ni vale la calle Colón, ni San Ignacio de Loyola, ni las del Parque de San Julián juntas -todos sabemos lo que pueden dar de sí-, por mucha rotonda que se hiciera como la del cruce de Cáritas que, por cierto, costó 550 mil euros!.

Además, para ayudar al comercio del centro de Cuenca, no sería adecuado tener un tráfico que le quedara lejos, alejándose así también a las personas, sino más bien al contrario, disponer de vías que lo acercaran hasta un aparcamiento muy próximo, que debería ser subterráneo, y lo suficientemente grande, no solamente para poder aparcar, sino también poder hacerlo cómodamente hasta las proximidades del establecimiento donde se realizan las compras, como ocurre en las grandes superficies a las que se quiere hacer competencia. Y éste podría estar en la Plaza de España, donde el anterior Alcalde perdió una extraordinaria oportunidad cuando se restauró, que en lugar de añadir muchas más plazas, incluso eliminó tres de las que había.

El problema de la circulación no es sólo que los coches estén aparcados en la calle -mientras el hueco que se deja sea suficiente y se pueda mover tráfico en distintas direcciones-, sino también los cruces de calles y que éstas además de muy estrechas, sean angulosas. El éxito de circulación por Carretería, donde hay pocos atascos para el gran tráfico que sostiene, viene dado por su rectitud. Es una calle estrecha, pero de doble sentido y prioritaria, y en la que los vehículos discurren con pocas interrupciones.

Debe haber dos cauces de tráfico en la ciudad. Uno perimetral, para aligerar y hacer posible la circunvalación de los vehículos que no se dirijan al interior; y otro radial, para beneficiar las relaciones con el centro, y de esa forma también mejorar el movimiento comercial de esa zona, e impedir que se genere una gran isla muerta en pleno centro de Cuenca, al quedar el tráfico demasiado lejos y ser poco accesible para vecinos y visitantes. Se podría repetir y extender a esta zona, lo que ocurrió con la Parte Alta.

Puede que el espacio que se "piensa" peatonalizar sea demasiado amplio, y que en lugar de acercar a la gente, la aleje si no se encuentran los medios para que las personas se muevan hasta allí y por allí con comodidad, sin tener que hacer largos desplazamientos a pie con sus compras.

De todas formas, parece que el miedo siempre lleva al Ayuntamiento a negar "la mayor", sea quien sea el Alcalde, y cambian de planes, y en lugar de decir que lo que se quiere es peatonalizar, ahora de lo que habla de nuevo es de regular o semi-peatonalizar, según comenta el Concejal del área, Monserrat, que ya lo decía la Concejala anterior de Urbanismo, Elena Carrasco, que incluso tuvo la osadía de decir que lo de peatonalizar era sólo una expresión de algunos conquenses-.

Ya se dice que no se trata de impedir la circulación de todos los vehículos, pues se pretende que los autobuses y el resto del servicio urbano siga pasando por Carretería, con lo que cabría preguntarse qué puede pasar cuando estén caminando confiadamente los viandantes cargados con paquetes, y de pronto pase un autobús "a todo meter". ¿Habrá un sistema que se encargue de dar la voz de alarma para que todo el mundo se retire o, a lo mejor el concejal de tráfico gritando: "que viene, que viene..."?, ¿o se incrementará el peligro de atropello porque, como sólo va a pasar de vez en cuando, iremos por mitad de la calle confiados y nos retiraremos cuando haya que dejarle libre el paso?.

O se peatonaliza, o no. Que no nos conviertan también esto en una de sus verdades "a medias".

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